Nadie sabe las vueltas que da la vida…, dice un viejo refrán que cobra vigencia cada día en este mundo repleto de sorpresas, alegrías y sinsabores.
Pero en el caso de Maikel Nenínger, ex lanzador de los equipos Metropolitanos e Industriales en las Series Nacionales de Cuba y de la selección nacional de Costa Rica, el pasado miércoles fue otro día inolvidable en su vida, cuando después de 10 años se reencontró con su gran amigo Kendry Morales, inicialista y designado de los Marineros de Seattle.
“Hacía ratos estaba loco por irme hasta Seattle para ver a Kendry. Yo vivo en Houston, Texas, y aun asi me lancé hasta allí. En conversación con dos amigos les hablé de mis deseos e intenciones y ellos me dijeron que me acompañarían, así sucedió y nos lanzamos para allá repletos de alegría por el esperado encuentro”, me dijo Nenínger visiblemente emocionado.
Con tal alegría en su rostro me contó que él y Kendry estudiaron y entrenaron juntos desde bien jovencitos en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Mártires de Barbados, del Cotorro, en La Habana, participaron en series provinciales en la capital cubana e hiceron varias preselecciones para los conjuntos Metropolitanos e Industriales.
“Cuando llegamos al estadio nos ubicamos al costado derecho encima del banco de home club, el del equipo de Kendry. Ese día ellos jugaban con los Astros de Houston y para mayor contentura mía fue el día que mi amigo pegó su jonrón 100 en las Grandes Ligas. Yo lo sentí como un recibimiento a mi presencia…”
“Pues estando allí sentados lo llamé varias veces… Gritaba ¡Kendry!, ¡Kendry!… insistentemente y no me oía, o simplemente no reaccionó en ese momento, pues los peloteros como él están acostumbrados a que los llamen por su nombre casi las nueve entradas de un partido”…
“Al no poder desde la grada, bajamos y nos fuimos por detrás del dogout bien pegados ahora a la cerca y lo volví a llamar por su nombre y nada tampoco. Entonces se me ocurrió gritarle ¡Asere, qué bolá! Y entonces de inmediato volteó su cabeza y me reconoció al instante”.
Después entró para el banco, volvió a salir y me lanzó una pelota donde me escribió sus señas para encontrarnos cuando terminara el encuentro”, agregó Nenínger.
Y cuando terminó el juego, Kendry salió en busca de su amigo: “Nos dimos un fuerte abrazo, un abrazo de viejos conocidos e inmediatamente nos fuimos con él hasta su apartamento allí en Seattle y dialogamos muchísimas horas”…
“Recordamos nuestra juventud, hablamos de la pelota de Cuba, de su andar por Grandes Ligas, de todo cuanto dejamos de dialogar durante esos 10 años en que por caprichos de la vida tomamos rumbos diferentes”, me comentó finalmente este ex lanzador quien en su etapa como jugador en la Isla gozaba de un excelente velocidad.
Imagino cómo debieron haberse sentido ambos en este reencuentro. Me alegro por Nenínger, su viaje no fue en bano a la linda ciudad del estado de Washington, bañado por las aguas del Océano Pacífico.
En mi caso particular también albergo la ilusión de poder estrechar algún día nuevamente la mano de Kendry Morales, a quien conocí personalmente en el año 2000 cuando me desempeñaba como redactor deportivo del periódico Tribuna de La Habana, de la capital cubana.
De aquella fecha a la actual han pasado muchísimas cosas buenas en la vida deportiva de Kendry, ganador hoy de un prestigioso lugar en el mejor béisbol del mundo.
Aún recuerdo que el día de nuestro encuentro en la Isla, en dicho periódico, Kendry reflejaba en su rostro plena satisfacción luego de su regreso exitoso del Premundial Juvenil desarrollado en Hermosillo, México en mayo del propio 2000, donde fue seleccionado como el Jugador Más Valioso de esa competencia.
Nunca olvido tampoco los impresionantes numeritos que plasmó posteriormente en tres temporadas jugadas en Cuba, en la primera de las cuales fue seleccionado el Mejor Novato al implantar marcas en anotadas, hits, jonrones, impulsadas, extrabases, total de bases recorridas, bateo de poder, partidos y entradas jugadas.
Aquí los dejo con la entrevista que le hiciera a Kendry en aquel tiempo.
Tras las huellas de un talento
…Dicen que ese muchachón le puede dar un jonrón a cualquiera, pitchea durísimo y juega casi todas las posiciones; es de Arroyo, tiene solo 16 añitos y se llama Kendry. Ya está jugando la provincial. Si no se malogra, probablemente tendremos otro +“Niño” en la pelota cubana.
Esa conversación la escuché hace solo unos días en el Metrobús-7, cuando me dirigía al periódico. Al llegar a la Redacción me di a la tarea de averiguar cuánto había de cierto en aquellas palabras. Me communiqué de inmediato con el INDER de Arroyo Naranjo, y el colega Mario Vicente Cabrera me reafirmó la certeza de aquel diálogo popular.
Gracias al eficiente Mario, recibo al dia siguiente la visita de Kendry Morales Rodríguez, quien acompañado por su mamá Noelia Rodríguez, la abuelita Paula Portieles y su novia Monnia Fernández, se colocó de inmediato en el “cajón de bateo”, listo para conectar buenos batazos a mis interrogantes.
¿Cuándo das tus primeros pasos en la pelota?
- A los ocho años, en Cumanayagua, provincia de Cienfuegos. Después, en 1995, asisto a mi primera competencia de nivel, los Juegos Escolares, en 13-14 años.
Entonces te trasladaste para La Habana…
- En 1996, e ingreso en la EIDE Mártires de Barbados, del Cotorro. Participo en varios torneos en mi último año en la categoría 13-14 jugando la inicial. Ya en el 98, en 15-16, también alterno como lanzador, y en los Escolares de ese año solo permití una limpia en 31 entradas y a la ofensiva promedié 357, lo que me posibilitó participar en el Panamericano de Mazatlán, México.
¿Qué pasó en tu segundo año en 15-16?
- En los Escolares-99, en los cuales la capital fue segunda en esa categoría, gané dos y no perdí, terminé con 420 de average, y quedé líder jonronero con tres. Vuelvo a la preselección.
¿Como qué?
- Como primer lanzador, cuarto bate e inicialista. Asisto al certamen continental de Ecuador, triunfé en tres desafíos, incluyendo el decisivo ante Venezuela, terminé por encima de los 350 al bate y fui seleccionado el jugador más valioso y líder de pitcheo del torneo.
¿Es cierto que eres ambidextro?
- Sí, le pego bien a la bola a las dos manos.
Estuviste inmenso el pasado mes de mayo en el Premundial juvenil de Hermosillo, México, donde Cuba, con Víctor Mesa al frente del conjunto, venció invicta. Dame más detalles.
- Allí también me escogieron como el atleta más valioso de la lid. Vencí en los dos juegos que lancé, y tiré para 1,15 PCL, y a la ofensiva produje para 387, en el cuarto turno, además de quedar entre los primeros en hits, dobles, triples y cuadrangulares.
Háblame de Víctor como director.
- Es muy bueno, seguro de lo que hace, nos inspira mucho a la hora de jugar, es estudioso y nos enseña a buscar las debilidades del contrario.
En lo adelante, ¿seguirás como serpentinero o inicialista?
- Víctor me ha dicho que puedo realizar aún las dos funciones, y así lo haré, aunque te confieso que me gusta más lanzar.
Tu mejor arma sobre el montículo…
- La velocidad. He llegado a las 93 millas. También utilizo la curva, el slider, el cambio y el tenedor.
¿Cómo quién quisieras ser?
- Admiro a Antonio Pacheco y a Norge Luis Vera.
Aspiraciones…
- Tener una buena provincial con Arroyo Naranjo, llegar a la Nacional y hacer algún día el “team” Cuba.
¿Con qué equipo preferirías debutar en Series Nacionales?
Jugar con cualquiera de los dos equipos de la capital me llenaría de satisfacción. Pero bueno, primero tengo que ganármelo.
¿Qué haces en tus ratos libres?
- Echar “pitenes” con mis amigos en el Parque Lenin.
¿Eres tan bueno en los estudios?
- Estoy en onceno grado, y mis notas están por encima de 90.
Se nos agota el tiempo, tira tu último envío.
- Agradecer a todos los que me han ayudado y me inspiran a seguir adelante. A Luis Suárez, mi entrenador de la EIDE; a mis actuales preparadores; al amigo Lázaro Morejón; a mi familia, en especial a Hernán Sotolongo…
+ Aclaración: “Niño”: Así se le conoció al pelotero Omar Linares, quien debutó en las Series Nacionales a la edad de 15 años.
Pero en el caso de Maikel Nenínger, ex lanzador de los equipos Metropolitanos e Industriales en las Series Nacionales de Cuba y de la selección nacional de Costa Rica, el pasado miércoles fue otro día inolvidable en su vida, cuando después de 10 años se reencontró con su gran amigo Kendry Morales, inicialista y designado de los Marineros de Seattle.
“Hacía ratos estaba loco por irme hasta Seattle para ver a Kendry. Yo vivo en Houston, Texas, y aun asi me lancé hasta allí. En conversación con dos amigos les hablé de mis deseos e intenciones y ellos me dijeron que me acompañarían, así sucedió y nos lanzamos para allá repletos de alegría por el esperado encuentro”, me dijo Nenínger visiblemente emocionado.
Con tal alegría en su rostro me contó que él y Kendry estudiaron y entrenaron juntos desde bien jovencitos en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Mártires de Barbados, del Cotorro, en La Habana, participaron en series provinciales en la capital cubana e hiceron varias preselecciones para los conjuntos Metropolitanos e Industriales.
“Cuando llegamos al estadio nos ubicamos al costado derecho encima del banco de home club, el del equipo de Kendry. Ese día ellos jugaban con los Astros de Houston y para mayor contentura mía fue el día que mi amigo pegó su jonrón 100 en las Grandes Ligas. Yo lo sentí como un recibimiento a mi presencia…”
“Pues estando allí sentados lo llamé varias veces… Gritaba ¡Kendry!, ¡Kendry!… insistentemente y no me oía, o simplemente no reaccionó en ese momento, pues los peloteros como él están acostumbrados a que los llamen por su nombre casi las nueve entradas de un partido”…
“Al no poder desde la grada, bajamos y nos fuimos por detrás del dogout bien pegados ahora a la cerca y lo volví a llamar por su nombre y nada tampoco. Entonces se me ocurrió gritarle ¡Asere, qué bolá! Y entonces de inmediato volteó su cabeza y me reconoció al instante”.
Después entró para el banco, volvió a salir y me lanzó una pelota donde me escribió sus señas para encontrarnos cuando terminara el encuentro”, agregó Nenínger.
Y cuando terminó el juego, Kendry salió en busca de su amigo: “Nos dimos un fuerte abrazo, un abrazo de viejos conocidos e inmediatamente nos fuimos con él hasta su apartamento allí en Seattle y dialogamos muchísimas horas”…
“Recordamos nuestra juventud, hablamos de la pelota de Cuba, de su andar por Grandes Ligas, de todo cuanto dejamos de dialogar durante esos 10 años en que por caprichos de la vida tomamos rumbos diferentes”, me comentó finalmente este ex lanzador quien en su etapa como jugador en la Isla gozaba de un excelente velocidad.
Imagino cómo debieron haberse sentido ambos en este reencuentro. Me alegro por Nenínger, su viaje no fue en bano a la linda ciudad del estado de Washington, bañado por las aguas del Océano Pacífico.
En mi caso particular también albergo la ilusión de poder estrechar algún día nuevamente la mano de Kendry Morales, a quien conocí personalmente en el año 2000 cuando me desempeñaba como redactor deportivo del periódico Tribuna de La Habana, de la capital cubana.
De aquella fecha a la actual han pasado muchísimas cosas buenas en la vida deportiva de Kendry, ganador hoy de un prestigioso lugar en el mejor béisbol del mundo.
Aún recuerdo que el día de nuestro encuentro en la Isla, en dicho periódico, Kendry reflejaba en su rostro plena satisfacción luego de su regreso exitoso del Premundial Juvenil desarrollado en Hermosillo, México en mayo del propio 2000, donde fue seleccionado como el Jugador Más Valioso de esa competencia.
Nunca olvido tampoco los impresionantes numeritos que plasmó posteriormente en tres temporadas jugadas en Cuba, en la primera de las cuales fue seleccionado el Mejor Novato al implantar marcas en anotadas, hits, jonrones, impulsadas, extrabases, total de bases recorridas, bateo de poder, partidos y entradas jugadas.
Aquí los dejo con la entrevista que le hiciera a Kendry en aquel tiempo.
Tras las huellas de un talento
…Dicen que ese muchachón le puede dar un jonrón a cualquiera, pitchea durísimo y juega casi todas las posiciones; es de Arroyo, tiene solo 16 añitos y se llama Kendry. Ya está jugando la provincial. Si no se malogra, probablemente tendremos otro +“Niño” en la pelota cubana.
Esa conversación la escuché hace solo unos días en el Metrobús-7, cuando me dirigía al periódico. Al llegar a la Redacción me di a la tarea de averiguar cuánto había de cierto en aquellas palabras. Me communiqué de inmediato con el INDER de Arroyo Naranjo, y el colega Mario Vicente Cabrera me reafirmó la certeza de aquel diálogo popular.
Gracias al eficiente Mario, recibo al dia siguiente la visita de Kendry Morales Rodríguez, quien acompañado por su mamá Noelia Rodríguez, la abuelita Paula Portieles y su novia Monnia Fernández, se colocó de inmediato en el “cajón de bateo”, listo para conectar buenos batazos a mis interrogantes.
¿Cuándo das tus primeros pasos en la pelota?
- A los ocho años, en Cumanayagua, provincia de Cienfuegos. Después, en 1995, asisto a mi primera competencia de nivel, los Juegos Escolares, en 13-14 años.
Entonces te trasladaste para La Habana…
- En 1996, e ingreso en la EIDE Mártires de Barbados, del Cotorro. Participo en varios torneos en mi último año en la categoría 13-14 jugando la inicial. Ya en el 98, en 15-16, también alterno como lanzador, y en los Escolares de ese año solo permití una limpia en 31 entradas y a la ofensiva promedié 357, lo que me posibilitó participar en el Panamericano de Mazatlán, México.
¿Qué pasó en tu segundo año en 15-16?
- En los Escolares-99, en los cuales la capital fue segunda en esa categoría, gané dos y no perdí, terminé con 420 de average, y quedé líder jonronero con tres. Vuelvo a la preselección.
¿Como qué?
- Como primer lanzador, cuarto bate e inicialista. Asisto al certamen continental de Ecuador, triunfé en tres desafíos, incluyendo el decisivo ante Venezuela, terminé por encima de los 350 al bate y fui seleccionado el jugador más valioso y líder de pitcheo del torneo.
¿Es cierto que eres ambidextro?
- Sí, le pego bien a la bola a las dos manos.
Estuviste inmenso el pasado mes de mayo en el Premundial juvenil de Hermosillo, México, donde Cuba, con Víctor Mesa al frente del conjunto, venció invicta. Dame más detalles.
- Allí también me escogieron como el atleta más valioso de la lid. Vencí en los dos juegos que lancé, y tiré para 1,15 PCL, y a la ofensiva produje para 387, en el cuarto turno, además de quedar entre los primeros en hits, dobles, triples y cuadrangulares.
Háblame de Víctor como director.
- Es muy bueno, seguro de lo que hace, nos inspira mucho a la hora de jugar, es estudioso y nos enseña a buscar las debilidades del contrario.
En lo adelante, ¿seguirás como serpentinero o inicialista?
- Víctor me ha dicho que puedo realizar aún las dos funciones, y así lo haré, aunque te confieso que me gusta más lanzar.
Tu mejor arma sobre el montículo…
- La velocidad. He llegado a las 93 millas. También utilizo la curva, el slider, el cambio y el tenedor.
¿Cómo quién quisieras ser?
- Admiro a Antonio Pacheco y a Norge Luis Vera.
Aspiraciones…
- Tener una buena provincial con Arroyo Naranjo, llegar a la Nacional y hacer algún día el “team” Cuba.
¿Con qué equipo preferirías debutar en Series Nacionales?
Jugar con cualquiera de los dos equipos de la capital me llenaría de satisfacción. Pero bueno, primero tengo que ganármelo.
¿Qué haces en tus ratos libres?
- Echar “pitenes” con mis amigos en el Parque Lenin.
¿Eres tan bueno en los estudios?
- Estoy en onceno grado, y mis notas están por encima de 90.
Se nos agota el tiempo, tira tu último envío.
- Agradecer a todos los que me han ayudado y me inspiran a seguir adelante. A Luis Suárez, mi entrenador de la EIDE; a mis actuales preparadores; al amigo Lázaro Morejón; a mi familia, en especial a Hernán Sotolongo…
+ Aclaración: “Niño”: Así se le conoció al pelotero Omar Linares, quien debutó en las Series Nacionales a la edad de 15 años.