Un cierre de gloria establecieron los Elefantes de Cienfuegos a la participación cubana en la Serie del Caribe. Fue un “trabuco” lo que llevaron a la duodécima edición del clásico invernal, según refieren los archivos, y para demostrarlo no solo finalizaron campeones, sino invictos. Panamá presenciaba tan importante momento, mientras despedía febrero su primera quincena (10-15) del año 1960.
Era esta la quinta corona al hilo de las novenas criollas, una racha iniciada por los verdinegros, también en tierras panameñas, con su primer título en 1956 (los Tigres de Marianao se impondría en las dos versiones siguientes y los Alacranes del Almendares luego). Dirigidos entonces por Oscar Rodríguez, los representantes del centro sur de la Isla terminaron con balance de cinco victorias y un revés, escoltados por el “Caguas”, de Puerto Rico (3-3), el “Chesterfield” local (3-3) y el “Valencia”, de Venezuela (1-5).
Pero aplastante, como buenos Elefantes, sería la despedida cuatro años después, otra vez en Panamá, bajo las órdenes de Tony Castaño. El “Caguas” boricua repetía entre los rivales a derrotar, con el añadido del “Malboro” de casa y el “Rapiños” venezolano, todos vencidos en par de ocasiones por los paquidermos sureños.
En el estreno superaron a los “Rapiños” morochos, con pizarra de ocho carreras por cinco, apoyados por el desempeño monticular de Camilo Pascual y Orlando Peña. Los de la Isla del Encanto cayeron después (4-2), esta vez ante los envíos de Raúl Sánchez y Pedro Ramos.
Con susto ganaron a los locales, ante quienes perdían por diferencia de dos anotaciones (2-4) al término de la novena entrada; sin embargo, faltando apenas un out para las definiciones reaccionaron los del “Cienfuegos” con un racimo de cuatro cartones para conseguir la victoria. Similar les sucedió en el segundo choque frente a los venezolanos, un triunfo también luchado en el noveno con dos anotaciones que dejaron al campo (4-3) a sus oponentes.
Indescifrable se presentó Camilo Pascual para los boricuas en la segunda ronda, permitiéndoles solo un hit con rúbrica de Félix Torres; fuera de eso, la blanqueada resultó inminente (4-0). Muy distinto aconteció en el adiós ante el “Malboro”, un desafío con protagonismo de la ofensiva (10-7), del cual salió sonriente por los paquidermos Pedro Ramos y jonroneó Octavio “Cookie” Rojas.
A partir de aquí, tras cambiar su estatus de béisbol profesional a amateur, Cuba se ausentó de dicho evento, del cual fue país fundador en 1949 junto a Panamá, Venezuela y Puerto Rico. Esta salida dividió en dos etapas la lid, pues en lo adelante también faltaría Panamá y para suplir ambas vacantes entrarían la República Dominicana y México.
En la primera fase la Mayor de las Antillas figuró como la nación de mejor desempeño, al conquistar siete de los doce trofeos en disputa, repartidos entre los Alacranes de Almendares (2), los Leones de La Habana (1), los Tigres de Marianao (2) y los Elefantes de Cienfuegos (2).
Así, más de medio siglo atrás, correspondió a los Elefantes el inicio y cierre de una histórica racha para los elencos cubanos, una especie de broche de oro para un accionar de igual quilate en la Serie del Caribe. Entonces, tras una larga pausa en esa historia, toca al “Villa Clara” escribir el resto de las páginas…
ROSTER
Manager: Tony Castaño
Lanzadores: Camilo Pascual (15-5), Pedro Ramos (12-5), Raúl Sánchez (12-4), Ted Wieand (4-4), Tony Díaz (3-4), Héctor Maestri (1-0), Pedro Carrillo (1-1), Walter Craddock (0-1), Dagoberto Concepción (0-0), Roberto Taño (0-0) y Orlando Peña (10-9).
Receptores: Dutch Dotterer (ave.212), José Azcúe (.264), Rafael “Son” Noble (.222) y Arturo Suárez (.333).
Jugadores de cuadro: George Altman 1B (.251), Ossie Álvarez 2B (.260), Octavio “Cookie” Rojas 2B (.204), Don Eaddy 3B (.256), Leonardo Cárdenas SS (.279) e Hiraldo “Chico” Ruiz (.214).
Jugadores: Román Mejías (.281), Tony “Haitiano” González (.310), Rogelio “Borrego” Álvarez (.248), Dan Dobbeck (.236) y Ultus Álvarez (.208).
De la nómina del equipo en la temporada no fueron Arturo Suárez, Ted Wineand y Walter Craddock. Orlando Peña asistió como refuerzo.
*Estadísticas individuales en el campeonato nacional, título que los llevó a representar a Cuba en la serie del Caribe de ese año
Era esta la quinta corona al hilo de las novenas criollas, una racha iniciada por los verdinegros, también en tierras panameñas, con su primer título en 1956 (los Tigres de Marianao se impondría en las dos versiones siguientes y los Alacranes del Almendares luego). Dirigidos entonces por Oscar Rodríguez, los representantes del centro sur de la Isla terminaron con balance de cinco victorias y un revés, escoltados por el “Caguas”, de Puerto Rico (3-3), el “Chesterfield” local (3-3) y el “Valencia”, de Venezuela (1-5).
Pero aplastante, como buenos Elefantes, sería la despedida cuatro años después, otra vez en Panamá, bajo las órdenes de Tony Castaño. El “Caguas” boricua repetía entre los rivales a derrotar, con el añadido del “Malboro” de casa y el “Rapiños” venezolano, todos vencidos en par de ocasiones por los paquidermos sureños.
En el estreno superaron a los “Rapiños” morochos, con pizarra de ocho carreras por cinco, apoyados por el desempeño monticular de Camilo Pascual y Orlando Peña. Los de la Isla del Encanto cayeron después (4-2), esta vez ante los envíos de Raúl Sánchez y Pedro Ramos.
Con susto ganaron a los locales, ante quienes perdían por diferencia de dos anotaciones (2-4) al término de la novena entrada; sin embargo, faltando apenas un out para las definiciones reaccionaron los del “Cienfuegos” con un racimo de cuatro cartones para conseguir la victoria. Similar les sucedió en el segundo choque frente a los venezolanos, un triunfo también luchado en el noveno con dos anotaciones que dejaron al campo (4-3) a sus oponentes.
Indescifrable se presentó Camilo Pascual para los boricuas en la segunda ronda, permitiéndoles solo un hit con rúbrica de Félix Torres; fuera de eso, la blanqueada resultó inminente (4-0). Muy distinto aconteció en el adiós ante el “Malboro”, un desafío con protagonismo de la ofensiva (10-7), del cual salió sonriente por los paquidermos Pedro Ramos y jonroneó Octavio “Cookie” Rojas.
A partir de aquí, tras cambiar su estatus de béisbol profesional a amateur, Cuba se ausentó de dicho evento, del cual fue país fundador en 1949 junto a Panamá, Venezuela y Puerto Rico. Esta salida dividió en dos etapas la lid, pues en lo adelante también faltaría Panamá y para suplir ambas vacantes entrarían la República Dominicana y México.
En la primera fase la Mayor de las Antillas figuró como la nación de mejor desempeño, al conquistar siete de los doce trofeos en disputa, repartidos entre los Alacranes de Almendares (2), los Leones de La Habana (1), los Tigres de Marianao (2) y los Elefantes de Cienfuegos (2).
Así, más de medio siglo atrás, correspondió a los Elefantes el inicio y cierre de una histórica racha para los elencos cubanos, una especie de broche de oro para un accionar de igual quilate en la Serie del Caribe. Entonces, tras una larga pausa en esa historia, toca al “Villa Clara” escribir el resto de las páginas…
ROSTER
Manager: Tony Castaño
Lanzadores: Camilo Pascual (15-5), Pedro Ramos (12-5), Raúl Sánchez (12-4), Ted Wieand (4-4), Tony Díaz (3-4), Héctor Maestri (1-0), Pedro Carrillo (1-1), Walter Craddock (0-1), Dagoberto Concepción (0-0), Roberto Taño (0-0) y Orlando Peña (10-9).
Receptores: Dutch Dotterer (ave.212), José Azcúe (.264), Rafael “Son” Noble (.222) y Arturo Suárez (.333).
Jugadores de cuadro: George Altman 1B (.251), Ossie Álvarez 2B (.260), Octavio “Cookie” Rojas 2B (.204), Don Eaddy 3B (.256), Leonardo Cárdenas SS (.279) e Hiraldo “Chico” Ruiz (.214).
Jugadores: Román Mejías (.281), Tony “Haitiano” González (.310), Rogelio “Borrego” Álvarez (.248), Dan Dobbeck (.236) y Ultus Álvarez (.208).
De la nómina del equipo en la temporada no fueron Arturo Suárez, Ted Wineand y Walter Craddock. Orlando Peña asistió como refuerzo.
*Estadísticas individuales en el campeonato nacional, título que los llevó a representar a Cuba en la serie del Caribe de ese año