Por caminos oscuros transitó el equipo Pinar del Río por la primera fase de la presente Serie Nacional. Clasificó entre los ocho mejores aferrado a un clavo ardiente, y esperó por el día señalado para reforzar su endeble estructura y relanzar su candidatura.

Intentó apretar el acelerador en el arranque del tramo definitorio, pero tal como van las cosas, todo parece indicar que rellenó su tanque con combustible «santiguado». Este sábado Matanzas le propinó su séptima derrota sucesiva, y ya nada puede disimular que la nave vueltabajera anda a la deriva.

Giraldo González, su manager, hizo lo que todos esperábamos. Aprovechó su privilegiada opción para elegir, y se apoderó de la moneda más valiosa de cuantas había en la bolsa. Solo que Alfredo Despaigne, el toletero granmense que cualquier director querría en sus filas, no ha logrado mostrarse como la pieza más cotizada que todos suponíamos.

Su misión de «tapar» a Yosvani Peraza, el cuarto bate pativerde, no acaba de cuajar. El promedio en esta fase de solo .231 anda tan lejos de los habituales numeritos de Despaigne, como el pálido .385 en su casillero de slugging, o los únicos cuatro extrabases que ha podido conectar hasta el momento.

Con ellos, solo ha podido traer a cuatro de sus nuevos compañeros hacia el home, y según reflejan las estadísticas de la Federación Cubana, solo uno de esos remolques sucedió en las 18 ocasiones en que ha encontrado corredores en posición anotadora. Sin duda alguna, Despaigne no vive sus mejores días, y el equipo se lo siente.

Frente a los lanzadores yumurinos, se fue en blanco en cuatro comparecencias. La más lamentable sucedió en el octavo episodio, con hombres en primera y tercera después del doble de Donal Duarte y el cañonazo de Peraza.

En esa entrada los pinareños lograron luego llenar las almohadillas, pero falló Osniel Madera y la cifra de dejados en bases llegó hasta ocho. Muy difícil es concretar así un triunfo, todavía más si el cuerpo de abridores sigue sin hacerse justicia. Entre Vladimir Baños, Yosvani Torres y Erlis Casanova se reparten diez de los 13 fracasos pinareños en el presente tramo.

Esta vez fue Torres quien salió perjudicado. Sus compañeros habían logrado desdibujar la ventaja matancera, pero en el séptimo episodio soportó los vuelacercas de Yariel Duque y Maikel Castellanos que establecieron una diferencia insalvable.

Así, las posibilidades de los tabaqueros siguen apagándose, y si no mejoran su desempeño, pueden terminar en puras cenizas. Les restan 23 partidos para cambiar la historia, algo así como generar un tsunami desde una simple marea.