Con su victoria este martes ante el conjunto de Camagüey, el derecho Yeniel Blanco se afianzó sorpresivamente como líder en juegos ganados en la actual Serie Nacional, con balance de seis victorias y un solitario revés.

El muchacho ha dejado una muy grata impresión con la franela de los Coco-drilos. En su incursión con el equipo de Villa Clara durante dos campañas fungió como relevista y nunca tuvo la oportunidad de abrir un partido. En su efímero paso por los Naranjas ni ganó ni perdió y promedió para 4.63 de carreras limpias.

Sin duda, la revelación de esta joven figura es una de las buenas noticias de la actual contienda en el área de pitcheo. Oriundo de la localidad de General Carrillo, en el municipio de Remedios, el diestro de 24 años de edad tuvo con Matanzas la oportunidad providencial de encaramarse en la lomita en calidad de abridor, en ocasiones con apenas cuatro días de descanso, y el resultado es bien halagüeño.

Todavía impresionado por lo que ha hecho hasta la fecha y sin saber a ciencia cierta hasta dónde puede llegar, Yeniel Blanco estuvo en su última salida ante Camagüey a punto de realizar una proeza. Retiró por su orden a los primeros 22 bateadores hasta que en el octavo episodio, ya con un out en el pizarrón, admitió el primer sencillo salido del bate del zurdo Dary Bartolomé.

Aunque el juego perfecto es una hazaña que no ocurre todos los días, el mu-chacho soñó en grande y estuvo a solo cinco outs de lograrla.

En el partido demostró un excelente control, sin regalar nada. Tiró 66 strikes y 36 bolas. Fue bien defendido por su equipo, sobre todo cuando en el sexto capítulo el jardinero Guillermo Heredia hizo un engarce digno de admiración para el tercer out de la entrada.

"Hasta ese momento solo pensé en la victoria, en definitiva lo más importante para el conjunto, pero a partir de ahí asumí que era posible lograr la hazaña con la que sueña todo lanzador, lo cual se hizo más visible en el octavo. Me dije, si domino a Willliam Luis y Bartolomé, esto puede suceder, es juego perfecto. Pero bueno, salió un roletazo algo incómodo para el defensor de la primera base y se convirtió en el primer jit. Así es la pelota".

De carácter afable y mirada inteligente, Blanco se muestra en el box como un consagrado. Ese aplomo y el arte de saber combinar los lanzamientos lo convierten en un lanzador difícil, sin disponer, como se dice, de una bola ultrarrápida. Otro pitcher que hace comprender que los buenos no son solo los que tiran duro, sino los que saben lanzar en la zona indeterminada, para confundir al bateador.

"Con control todo sale bien", dice para recalcar el mérito luego de reconocer que en su entrenamiento hace hincapié en la carrera. "Es lo mejor para el brazo", sostiene.

—¿Qué pasará de ahora en lo adelante?

—Saldré a darlo todo en cada salida y a ganar todos los juegos que me sean posible. Que esperen lo mejor de mí.

Confesó que en los instantes en los cuales acarició la posibilidad del juego perfecto pensó en sus compañeros de equipo, en aquellos que confían en él, y sobre todo, en la alegría que algo así suscitaría en la gente de su natal General Carrillo. "Allí me quieren mucho, me adoran. Es el lugar donde más disfruto estar".

—¿Entonces te quedas en Matanzas o regresas a Villa Clara?

—Es una pregunta muy difícil de responder, pero puedo asegurar que me siento como un matancero más y haré todo a mi alcance para contribuir a la victoria del equipo.