¿Es necesario detener un mes la 54 Serie Nacional de Béisbol en Cuba por la participación en los Centroamericanos de Veracruz?
Comienzo con esta simple interrogante, pero que de seguro puede ser controvertida, y mucho, en cuanto a posibles respuestas.
Desde mi punto de vista no, y digo más.
Hacerlo denota claramente la falta de seriedad que impera en la pelota cubana, donde cada año encontramos siempre un motivo. La concreta es que, utilizando un término beisbolero, seguimos descontrolados y alejados de la zona buena.
Primero. No existe una liga en el mundo, seria y fuerte que detenga su curso durante todo un mes por la incursión de un equipo en un determinado evento.
Segundo. Se detendrá el campeonato en detrimento de su lucidez y calidad, pues un mes de inactividad competitiva pudiera ser muy perjudicial para algunos jugadores en lo individual y por ende sus equipos. No es lo mismo mantenerse en juego bajo la presión del certamen que estar concentrado entrenando a la espera de la reanudación.
Tercero. Tiene que ver con lo anterior. Muchos peloteros y equipos han venido de menos a más y el pare de la temporada les llegaría en su mayor momento de rendimiento, forma que tal vez no sea la misma en la reanudación.
Cuarto. Es cierto que los Centroamericanos son los juegos regionales más antiguos del mundo, y tienen su importancia y su nivel, pero no representa lo mismo que un Panamericano, una Olimpiada o un Clásico Mundial, por lo que se pudiera llevar un equipo de jóvenes figuras destacadas en la serie, sin tener que apelar a las principales, y por consiguiente no detener el campeonato.
Quinto. ¿Donde está el respeto a propios jugadores, aficionados y pueblo en general, que de una u otra forma tiene que ver, sigue y apoya la pelota como deporte nacional?
La pelota cubana no está bien, aunque la contratación de algunos jugadores en la Liga Japonesa, viene como bálsamo para los dolores, aunque en mi opinión muy poca dosis para tantos desmanes.
Mientras los directivos sigan improvisando métodos y estrategias más allá de lo razonable, el béisbol seguirá languideciendo hasta apagarse en el epicentro de su propio caos. Se impone con urgencia desterrar la chapucería.
Colaboración de Alex Bertolin Trujillo.
Comienzo con esta simple interrogante, pero que de seguro puede ser controvertida, y mucho, en cuanto a posibles respuestas.
Desde mi punto de vista no, y digo más.
Hacerlo denota claramente la falta de seriedad que impera en la pelota cubana, donde cada año encontramos siempre un motivo. La concreta es que, utilizando un término beisbolero, seguimos descontrolados y alejados de la zona buena.
Primero. No existe una liga en el mundo, seria y fuerte que detenga su curso durante todo un mes por la incursión de un equipo en un determinado evento.
Segundo. Se detendrá el campeonato en detrimento de su lucidez y calidad, pues un mes de inactividad competitiva pudiera ser muy perjudicial para algunos jugadores en lo individual y por ende sus equipos. No es lo mismo mantenerse en juego bajo la presión del certamen que estar concentrado entrenando a la espera de la reanudación.
Tercero. Tiene que ver con lo anterior. Muchos peloteros y equipos han venido de menos a más y el pare de la temporada les llegaría en su mayor momento de rendimiento, forma que tal vez no sea la misma en la reanudación.
Cuarto. Es cierto que los Centroamericanos son los juegos regionales más antiguos del mundo, y tienen su importancia y su nivel, pero no representa lo mismo que un Panamericano, una Olimpiada o un Clásico Mundial, por lo que se pudiera llevar un equipo de jóvenes figuras destacadas en la serie, sin tener que apelar a las principales, y por consiguiente no detener el campeonato.
Quinto. ¿Donde está el respeto a propios jugadores, aficionados y pueblo en general, que de una u otra forma tiene que ver, sigue y apoya la pelota como deporte nacional?
La pelota cubana no está bien, aunque la contratación de algunos jugadores en la Liga Japonesa, viene como bálsamo para los dolores, aunque en mi opinión muy poca dosis para tantos desmanes.
Mientras los directivos sigan improvisando métodos y estrategias más allá de lo razonable, el béisbol seguirá languideciendo hasta apagarse en el epicentro de su propio caos. Se impone con urgencia desterrar la chapucería.
Colaboración de Alex Bertolin Trujillo.