El pronóstico de Víctor Mesa ya no se cumplirá. Cuba cayó por tercera ocasión consecutiva ante la selección universitaria de Estados Unidos y regresará con más derrotas que victorias en la gira amistosa de cinco partidos por ciudades norteamericanas.

El marcador fue otra vez cerrado, 1x0, con lechada de cuatro hits compartida por cuatro tiradores estadounidenses.

Lo peor del desempeño cubano en esta visita ha sido su pobre demostración ofensiva. No se puede ganar en ningún béisbol con un equipo que en tres juegos anote solo tres carreras, conecte 16 hits (promedio por debajo de 200) y se tome ¡36 ponches! Es decir, casi la mitad de los outs entregados por el conjunto cubano han sido entregados por la vía de los strikes (a ritmo de 12 por juego).

Ciertamente que dos de los principales pesos pesados de la artillería cubana no hicieron el viaje (Frederich Cepeda y José Dariel Abreu, ambos lesionados), y que tampoco fueron incluido bateadores de largo metraje, como los receptores Eriel Sánchez y Yosvani Peraza. Pero no hay justificación para esta sequía productiva, que ha sido calificada ya de "anemia" por la prensa cubana que cubre el tope amistoso.

Una nota positiva

Una nota positiva para el equipo que comanda Víctor Mesa: la eficaz labor del pitcheo, con solo seis carreras permitidas en 29 entradas (solo cuatro de ellas limpias y dos de ellas por la Regla Schiller de la IBAF). Una actuación extraordinaria de los lanzadores, incluidos abridores y relevistas. Una estrella de oro para Rasiel Iglesias, que ha estado a gran altura en sus tres salidas al montículo.

No hay que sacar conclusiones apresuradas sobre el béisbol cubano a partir de esta gira. A su beneficio hay que decir que el equipo fue conformado a la carrera, después de escasos días de preparación en el estadio Latinoamericano, y anunciado con puro sigilo el pasado lunes, apenas minutos antes de coger el avión rumbo a EEUU. De manera que la falta de cohesión pudo afectar esta resaca de bates caídos.

Al mismo tiempo, enfrentan una selección que ha tenido una preparación de primer nivel, con partidos frente a conjuntos de ligas profesionales en Japón, desde el pasado verano en La Habana. La escuadra estadounidense tenía 18 encuentros de preparación celebrados antes de enfrentar a los cubanos, con balance de 15-3, por lo que no debe sorprender su labor frente a los visistantes.

Norge Luis, a gran altura

En el juego del sábado en el Werner Field, en Omaha, el abridor Brandon Finnegan completó siete episodios con solo tres hits permitidos, 10 ponches y una sola base por bolas. Los indiscutibles cubanos estuvieron a cargo de William Luis, Erisbel Arruebarruena, Yunior Paumier y Lázaro Herrera, que se lo conectó al relevista David Berg.

En la lomita opuesta, Norge Luis Ruiz demostró que es hoy una de las grandes promesas del pitcheo cubano y que su selección como Novato del Año de la 52 Serie Nacional fue más que justa. Con 19 años, Norge Luis está en el foco de atenciópn de muchos cazatalentos de Grandes Ligas, sobre todo después de su actuación del sábado, con 11 ponches propinados, dos boletos y una carrera permitida.

Después de retirar a los primeros nueve bateadores a quienes se enfrentó, Ruiz toleró en el cuarto inning hits consecutivos de Trea Turner y Alex Bregman. Después de un out forzado en segunda por batazo de Kyle Schwarber, Michael Conforto bateó un fly a los jardines que trajo a Turner con la carrera que a la postre decidió el partido.

Este domingo el conjunto cubano viajó a Carolina del Norte, estado donde celebrará los dos partidos finales del tope. El lunes será en el National Training Complex, de Cary, y el martes en Durham, ambos juegos a partir de las 7:05 p.m.

Tratarán de llevarse al menos una victoria, pero ya el pronóstico de Víctor Mesa de que ganarían tres o más juegos en la gira por tierras estadounidenses no podrá cumplirse.

Sin mas por ahora.