Quienes siguen viendo con esperanza el acercamiento que desde hace tres años mantienen los gobiernos de Cuba y Estados Unidos recibieron otro duro golpe por estos días, cuando algo tan noble como el deporte da una pista de que poco o nada ha cambiado en la mentalidad de los que rigen el destino cubano.

Por supuesto, no es nada nuevo, pero en el contexto actual, y con las posibilidades de muchos de obtener información por otras vías, no encontramos mucho sentido a querer ocultar lo que ha ocurrido en la postemporada de las Grandes Ligas.

Se sabe que los Cachorros de Chicago exorcizaron al fin la Maldición de la cabra, en buena medida gracias al aporte del taponero cubano Aroldis Chapman, pero la Televisión cubana decidió cancelar el programa Béisbol internacional, donde a lo largo del año se pasan partidos de la pelota profesional tanto de Estados Unidos como de Japón y algunos países latinoamericanos.

Parece ser esta una de las primeras medidas que tomó el flamante presidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), Alfonso Noya, quien asumió el cargo a finales del pasado mes de octubre, en sustitución de Danilo Sirio, amante declarado del deporte.

Pues bien, el señor Noya no calentó demasiado la silla de su despacho para decretar la suspensión de Béisbol internacional hasta la Serie del Caribe de febrero próximo, como informaron a Havana Times fuentes del ICRT.

Según nos contaron, la idea no era cancelar el programa, sino dejar de poner la postemporada estadounidense pero, como es lógico, los conductores no tenían cara para presentar un juego de la Liga Mexicana o Dominicana, cuando se estaban celebrando los encuentros más esperados del año para los fanáticos beisboleros.

Además de ser absurda de por sí, la medida era incluso contradictoria en el propio ICRT, pues en espacios informativos como Meridiano deportivo y el Noticiero Nacional Deportivo se reportó el triunfo de los Cachorros. Claro, no se pusieron las rectas de humo de Chapman, pero se informó. Entonces, no se entiende muy bien el objetivo del veto.

Tampoco es la primera vez que sucede, ya este mismo año estuvo suspendido el béisbol de Grandes Ligas no solo en Béisbol internacional, sino también en otros programas como Béisbol de siempre, que sin material estadounidense tiene muy poco que contar en materia de imágenes, por lo poco que se guarda de las Series Nacionales de Cuba.

Como era de esperar, los seguidores de este deporte en la Isla sufren otro golpe, y luego las propias autoridades se quejan de que los más jóvenes se inclinen por el fútbol, lógico si ven lo mejor de ese deporte y no lo mejor del béisbol.

El periodista retirado Sergio Gómez, quien por más de 30 años laboró en la redacción de la agencia de noticias Prensa Latina, lo explicó así en las redes sociales:

“Si alguien quiere saber cómo continua involucionando el béisbol en Cuba, solo tiene que analizar la programación del único canal deportivo en la Isla:

1- Impedir la transmisión del mejor béisbol del mundo: la Serie Mundial, lo que imposibilita a los peloteros cubanos observar la calidad y buena técnica de los protagonistas para mejorar la de ellos y, sobre todo, de los entrenadores y árbitros actuales. Claro, todos sabemos que es por miedo de la dirección que piensa que con eso los que aún tenemos aquí quieran seguir los pasos de los que ya tenemos allá.

2- Ofrecer deportes que pocos cubanos conocen y mucho menos practican, me imagino que sea para complacer a los extranjeros que residen o tienen negocios en Cuba.

3- Presentar el fútbol del más alto nivel mundial diariamente, tal vez con la intención de que los niños, jóvenes y adultos decidan dejar la pelota para jugar esa disciplina.

4- Con el fin de limitar el interés por la Serie Mundial de las Grandes Ligas, ahora trasmitirán la Serie de nuestra pelota, clase C actualmente, pero, solo un juego diario, ¿por qué no todos para elevar el interés de los jugadores en esa fase y complacer a la afición, además de evitar que deseen ver las Grandes Ligas, cosa imposible?

5- ¿Para qué tantos programas sobre pelota –Al duro y sin guante, Bola viva, Mi béisbol, por citar algunos- puramente teóricos en lugar de presentar juegos de cualquier categoría, pero que despierten el interés de los jóvenes por aprender la técnica de ese deporte?

En las calles el sentimiento es parecido, como pudo constatar Havana Times.

Yonan, estudiante de preuniversitario, lo resume así: “A mí no me interesa ver la pelota cubana, porque está muy mala, y si nos quitan también las pocas posibilidades que tenemos de ver a los mejores, aunque sea en Grandes Ligas y diferido, menos interés tendré yo y los de mi generación.”

“Es que eso no tiene ni pies ni cabeza”, señala Manfred, “En años pasados pusieron juegos de los Dodgers donde estaba Yasiel Puig, y de los Tigres con José Iglesias, y no pasó nada. Entonces, ¿a qué viene el misterio ahora? Para el fútbol sí hay trasmisiones en vivo, y rezamos porque ningún cubano fiche por el Madrid o el Barcelona, porque entonces nos quedamos hasta sin eso”, dice con sorna.

Son apenas un par de opiniones, pero bien claras de lo que piensan los cubanos sobre esas decisiones sin sentido, cuyo único resultado es precisamente seguir en el descrédito y privar a los fanáticos del mejor béisbol del mundo.