Cientos de comentarios se han originado a partir de la fatal despedida de Cuba en la Liga Can-Am 2017, no solo por perder su 16to. juego entre 21 partidos, sino por la fuerte discusión del equipo que provocó un fort feit a la hora de recoger los bates.

Inicialmente había hecho reportaje en el que intencionalmente no enfatizaría en la respuesta del equipo caribeño. Para eso estaría el siguiente comentario que por desgracia no podrá salir en la TV, no porque no dejen sacarlo, sino porque las imágenes son insuficientes para desarrollar el comentario íntegro y con la calidad que merece. Tampoco puedo hacerlo improvisado en alguno de los espacios habituales en los que trabajo en Cuba porque simplemente no estoy en el país por unos días para decir lo que pienso en tal sentido.

Tuve la posibilidad de asistir al juego de marras, y junto a amigos cubanos y norteamericanos apreciar cada momento del desafío, incluido el definitorio con aquel roletazo de Víctor Víctor sobre el que Yoelkis Céspedes llegó safe a segunda tras perder la pelota el intermedista. Eso ponía empate y ventaja en circulación con desventaja de 6×5. Inicialmente habían cantado safe, pero tras la reunión de árbitros se revocó la jugada. Cuba protestó, protestó, y PROTESTÓ. Y aunque no hubo males mayores, la mayoría de las personas consideran que no fue correcta la actitud de buena parte del equipo.

Pude entrevistar al manager Roger Machado, el primer expulsado del juego, quien comentó sobre los constantes problemas de arbitraje en el torneo y esta fue la más reciente muestra, obviamente la más notable de todas.

Cierto es que la actitud de los árbitros fue pésima. Ellos revocaron una jugada de apreciación que desde el congresillo se anunció que no se podría hacer, jugada que para muchos fue injusta en su acción revocatoria. No deja de ser verdad que luego expulsaron rápidamente al manager Roger Machado sin que todavía “la tierra se revolviera”. También puede ser que el arbitraje hubiera tenido antecedentes dentro de esta liga por el supuesto motivo que nuestra selección participa en calidad de invitado. Puede que eso y mucho más sea cierto, pero las pasiones trasciendan más de la cuenta.

Cuba está invitada a ese evento y eso también debe ser valorado para cualquier situación, no como chantaje, sino como respeto.

Entiendo a Roger y al equipo por la situación vivida durante toda su participación en el torneo, y aunque me molestó enormemente lo sucedido con los árbitros, tampoco puedo defender la protesta de mi equipo por más que tenga las mejores relaciones con Machado y lo admire. Creo que esta vez, si analizamos fríamente, y pesar de los pesares, no debió pasar ni la mitad de lo acontecido. Son muchas las razones y también se afecta la imagen ante el público norteamericano, el cual siente respeto y admiración por nuestro béisbol y por Cuba pese a opiniones contrarias a esta aseveración que he podido comprobar una y otra vez.

Lo otro, ese tipo de reclamaciones enérgicas o no, son de los managers y en última instancia Noelvis que habla inglés, los demás nada hacen sobre el terreno por muy indignados que estén o muy explosivos que sean.

Ahora bien, para esos que solo dicen que únicamente los cubanos damos la nota, empiecen a hacer memoria para que vean que en todas partes del mundo beisbolero occidental se dan incidentes similares y hasta peores. Hacemos una tormenta cuando hay bronca en el béisbol cubano y si revisamos el historial de peleas en Grandes Ligas muy pocas en Cuba se aproximan a las más violentas en ese gran béisbol. Eso, además de la frecuencia, que es superior también. Siempre somos nosotros los únicos que hacemos cosas negativas y los demás son los mejores en todo.

Yo me siento en el deber de señalar lo que considero incorrecto como consejo para el futuro, no a manera de esa crítica desmedida de algunos que solo están para los detalles más pequeños en aras de denigrar a toda costa sobre la pelota cubana. Esos que solo ven lo malo y no proponen soluciones, sino que se alegran como se va debilitando nuestro béisbol. ¿Es de un buen cubano ser feliz con el debilitamiento cada mayor de nuestra pasión mayor?

Enseguida se quiere mezclar todo con política y meter todo el odio o resentimiento en el mismo saco como si todos los cubanos de la Isla o todo lo de allá tuvieran la culpa de sus problemas del pasado. Son esos mismos que se alegraron por el show político reciente del teñido de rubio, u otros que hasta lamentaron que no fuera todavía más duro, cuando la mayoría sabe que esos dogmatismos e imposiciones enarbolando una supuesta libertad solo afectan al pueblo cubano no es de buen cubano.

Nos equivocamos como también los árbitros. Solo lamento no haber podido grabar la jugada ni haber estado en el terreno con la cámara para dar fé del mal trabajo arbitral de principio a fin.

Pero volviendo a la Can-Am y a la lamentable situación reciente, ojalá el mal espectáculo de ayer no nos excluya de este torneo, porque aún con más defectos que virtudes, ahora mismo es uno de los pocos bálsamos para el béisbol cubano, y eso hay que cuidarlo.

En un contexto donde definitivamente no habrá un arreglo con MLB a mediano plazo y que ellos nos inhabilita por el mejor béisbol caribeño, y que en Japón son contados los que firman un contrato, tenemos que tener tacto con los que nos ayudan a sobrevivir en estos tiempos tan complejos.

Puede que esté equivocado, pero es mi forma de pensar. Siempre sufriré lo que afecte a mi béisbol, y gústele al que le guste, y… no dejaré de hacer cosas en favor de esa pelota cubana porque el conformismo o pesimismo no está en mi diccionario. Contra viento y marea siempre haré lo posible por contribuir al mejoramiento del béisbol de mi país. Podrá ser quimera o intención quijotesca, pero es la que defiendo con fidelidad extrema como muchos más que por estos días hacemos intercambios sanos y productivos en Estados Unidos por el bien del deporte de las dos partes; uniendo y no lo contrario.

Tal vez ahora los afectados no entiendan mi comentario pero además de ser mi opinión llega con la mejor de las intenciones, porque actitudes como estas le dan de comer a los enemigos y nos resta en todos los sentidos.

Tenemos que ser más grandes que los demás, si bien no sobre el terreno, sí en la profesionalidad. Nunca tendré defensa para lo que afecte la integridad del buen béisbol. Ellos, los árbitros, y nosotros, los cubanos, ayer nos equivocamos.