Con apenas una barrida culminaron los cuartos compromisos particulares de la 53 Serie Nacional de Béisbol, en un fin de semana marcado por la enorme cantidad de errores y la pobre oportunidad madero en ristre de buena parte de los conjuntos, que se dieron gusto dejando corredores en circulación, para martirio de los aficionados.

Pero enfoquémonos primero en la baja defensiva, pues hasta el momento el campeonato había vivido una etapa estable en el tema de las marfiladas, sin tantas deficiencias aunque tampoco con demasiado brillo, solo que en los últimos 24 partidos fue perceptible una depresión ilustrada en 71 errores, a razón de tres por choque, con acento crítico en la jornada del viernes (32 fallos).

En este sentido, Sancti Spíritus —muy mal en toda la línea— y Santiago de Cuba sumaron ocho y seis pifias, respectivamente, mientras que Pinar del Río en tres pleitos frente a Cienfuegos no cometió ninguna, y los propios Elefantes solo acumularon dos.

Respecto al bateo con hombres en base, 359 corredores quedaron en circulación esperando por el remolque de sus compañeros que nunca llegó. Terribles en este aspecto estuvieron Granma (28), barridos por Villa Clara con dos lechadas a su cuenta; Artemisa e Isla de la Juventud, ambos con 27 jugadores flotando en las almohadillas frente a los Tigres avileños, y los Indios guantanameros, vencedores en par de ocasiones.

Siguiendo con el plantel más oriental del país, luego de un comienzo nada alentador pasaron la escoba sobre los Naranjas durante la anterior semana y ahora continuaron su ascenso con dos triunfos ante los Cazadores de Artemisa, el último a la cuenta del tradicional relevista Alexander Rodríguez, quien abrió un juego por primera vez desde la Serie 48, trayecto en el que sumó 127 partidos como apagafuegos.

Otro serpentinero que marcó pautas el domingo fue el tunero Ubisney Bermúdez, quien arribó al centenar de éxitos en su carrera y ayudó a los Leñadores tuneros a respirar, tras obtener dos victorias en terreno de los Gallos espirituanos, diezmados con el bate y a la defensa, sin obviar que su trío de abridores tiene solo dos sonrisas en siete salidas.

Todo lo contrario sucede con Holguín, que continuó su sorprendente paso y ganó el pleito ante los camagüeyanos, el último día con notable relevo de Pablo Millán Fernández, una garantía para el cierre de los encuentros, al punto que ha participado en seis de los ocho triunfos de su equipo.

Pero si hablamos de lanzadores destacados en esta justa, imposible dejar de mencionar al vueltabajero Erlis Casanova, intransitable durante 21 entradas y dos tercios de labor en las que no ha permitido limpias, a tono con el trabajo del resto de la rotación pinareña.

Por último, otro cuerpo de pitcheo que mantiene un excelente rumbo es el de Industriales (ha permitido cuatro carreras o menos en nueve apariciones), aunque en la jornada dominical no fueron apoyados por su tanda, que continúa en números rojos a pesar del renombre y la calidad de buena parte de sus integrantes. El incómodo derecho matancero Joel Suárez los maniató y, cuando necesitó ayuda, el capitalino Maikel Hidalgo vino a su rescate para salvar a los Cocodrilos de la escoba en el Latino.

También escaparon de la barrida los santiagueros, dominados par de veces en sus predios por Mayabeque, que supo definir dos juegos por la mínima.