Como si se tratara de un montículo vacío en Grandes Ligas, la corte federal del Sur de la Florida vio transcurrir su día del lunes sin la presencia de Aroldis Chapman, quien debió haber asistido a un juicio en su contra que, al parecer, no tendrá lugar.

El proceso –y una demanda de $18 millones– contra el cerrador cubano estaba previsto para efectuarse este 17 de noviembre, pero de acuerdo con documentos legales todo hace indicar que Chapman habría llegado a un acuerdo fuera de corte con los demandantes.

La jueza federal, Cecilia M. Altonaga, emitió el 16 de octubre una orden administrativa para cerrar el caso en un plazo de 60 días, aunque indicando que “si las partes fallan en completar el esperado acuerdo, pueden pedirle a la corte que lo reabran’’.

De momento no hay juicio y alrededor de esta orden de la jueza existe un hermético silencio de ambas partes, tanto del lado de Chapman como de los abogados del demandante Danilo Curbelo García.

Varias llamadas de El Nuevo Herald al abogado Avelino González, quien siempre estuvo dispuesto a compartir información con los medios, quedaron sin respuesta. Por su parte, el abogado del lanzador, Manuel García Linares, no pudo ser contactado por encontrarse fuera de Miami

La demanda contra Chapman se asienta en la Ley de Protección a las Victimas de la Tortura, la cual abre una ventana para encausar a personas involucradas en acciones contra ciudadanos extranjeros fuera del territorio de Estados Unidos.

El recurso legal se centra en el lanzador y su padre, Juan Alberto Chapman Bennett, a quienes se les señala como responsables por el arresto, condena y tortura de Curbelo García y Carlos Rafael Mena Perdomo, este último de nacionalidad dominicana.

Tras pasar cinco años y 10 meses en las cárceles cubanas, Curbelo arribó a Estados Unidos vía Ecuador. Mena fue liberado con licencia extrapenal para viajar a su país luego de perder varios dedos de un pie y la visión debido a complicaciones de diabetes.

De acuerdo con el testimonio de Curbelo en una entrevista para el Nuevo Herald efectuada en junio de este año, su arresto se produjo durante una visita a sus padres en la isla el 28 de julio del 2008, luego de un breve encuentro con el pitcher, que por ese entonces estaba suspendido por un intento de salida ilegal.

“Solo le dije mucho gusto y luego medio en broma y en serio le comenté que ‘cuándo te vas’”, afirmó Curbelo, que recuerda a Chapman como un muchacho alto y flaco, en chancletas y short.

Poco después, el día 29, era detenido por la policía del municipio Frank País, citado a inmigración, donde le retiraron todos los documentos oficiales y le pidieron que no saliera de casa de sus padres, donde estaba de visita desde el 18.

“Lo peor se confirmó por la noche, cuando fueron a buscarme en un carro cerrado y me llevaron a una prisión de la cual no saldría hasta cuatro años más tarde’’, rememoró Curbelo, quien siempre estuvo convencido de que Chapman lo utilizó como instrumento para volver a caer en gracia con el régimen cubano con el propósito de que le permitieran volver al equipo nacional y lograr su objetivo de escaparse.

Chapman, por su parte, ha negado cualquier implicación en los problemas de los demandantes y en una entrevista durante una visita de los Rojos al parque de los Marlins volvió a reafirmar su posición.

“No pienso en eso. Lo que va a pasar que pase’’, expresó el taponero de Cincinnati. “No voy a profundizar en ese tema, porque es un caso legal que está ahí mismo. Hay mucha gente mala en la calle y mucha gente que hace lo que sea para lograr algo, pero no me afecta. Sé lo que soy. Sé lo que doy’’.