Alcides Sagarra, doctor en Ciencias Pedagógicas y con la notabilísima cifra de 32 campeones olímpicos en su expediente, considera que, aunque el boxeo es disciplina individual, su razón de ser es el colectivo.
Es más, cree él, el atleta debe prepararse no solo como ente en sí, sino engranado a toda la maquinaria que representa el equipo. y saberse parte de este.
Dirán que tal vez no ando cuerdo pues me referiré al béisbol, pero traigo a colación este ejemplo para expresar algunas ideas, las cuales me rondaron luego de observar el desempeño de Villa Clara (Cuba), en la Serie del Caribe.
Es evidente que se ha perdido el pensamiento táctico: no se sabe tocar la bola, el corrido de las bases es pésimo, no se hace trabajar al lanzador contrario, fallan mecánicas a la hora del desempeño en el terreno. en fin, tela hay por dónde cortar. Pero el "pollo del arroz" radica, a mi modo de ver, es la no existencia del denominado trabajo colectivo o team work.
Simple el ejemplo: en situaciones comprometidas, con el equipo por debajo en el marcador, y cada quien, como si fuera a título personal, a buscar su batazo. No le esperan al pitcher, como si una base por bolas no equivaliera a un hit. Los desafíos se ganan por carreras anotadas, no por jonrones conectados.
Me remontaré hasta las décadas de los 60-70 del pasado siglo y con el auxilio de alguien a quien recuerdo y respeto sobremanera: el desaparecido mentor José Ramón Carneado. Hombre de extrema disciplina para con los jugadores bajo su guía, y conocedor de los secretos del deporte de las bolas y los strikes. Exigente hasta los tuétanos.
En situación comprometida el equipo que dirigía y con la inicial ocupada, ordenó a su cuarto bate tocar la bola -en ese desafío se había ido en blanco tres veces. El pelotero, conocedor de su fuerza, desobedeció y conectó cuadrangular, con el cual empató el juego. A la entrada siguiente, no salió a la grama.
Varias veces escuché decir a Eddy Martin y Rubén Rodríguez, dos avezados comentaristas beisboleros que, cuando se está debajo en el pizarrón, primero se requiere de empatar y luego, garra para vencer. A lo cual añadiría: si usted anda mal a la ofensiva -como sucede ahora a varios jugadores- no existe razón para ser inamovible en la alineación.
Incontables son las situaciones en las cuales el elenco anda debajo en el marcador y se le trilla en camino al serpentinero contrario: no se le esperan lanzamientos, se busca la bola descolgados, no halan para la mano contraria. en fin.
Pregunto entonces: ¿no forman parte del elenco entrenadores de bateo? ¿El toque de bola u otras jugadas para sacar de paso al contrario no forman parte de la estrategia o de la táctica?
Que el béisbol de estos tiempos no es el de dos décadas atrás, quizás. La entrada de los asiáticos al mundo de la pelota, ha obligado a cambiar algunas tácticas, pero no la mecánica del juego y tampoco creo que sea algo traumático; lo es el juego bajo presión; faltan la alegría en el terreno, la concentración. Los peloteros a veces parecen como castigados cuando salen a la grama.
En el béisbol un equipo gana y otro pierde, pero cuando se hace lo debido, aunque prime la derrota, queda la tranquilidad de que en cada momento se ejecutó lo debido. No podemos depender de supercherías o casualidades para clasificar o vencer.
Otra teoría es que la entrada de profesionales cambió el panorama. No lo considero, pues recabo de alguien capaz de convencer al gran auditorio: nuestros atletas, quienes juegan béisbol el año entero, ¿acaso no lo son?
Cómo explicar que estudiantes, quienes sí no son profesionales de la Gran Carpa, en tope amistoso, nos infringieran cinco derrotas al hilo.
Víctor Mesa me confesó en cierta ocasión: "las oportunidades se dan en el terreno, a base de sudor, mucho trabajo, y de hacerlo bien".
Pienso que los directivos del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), y del béisbol en particular, deben pasar revista al desempeño en los clásicos domésticos y fuera de frontera, y acabar de encontrar el camino del buen juego, alegre, sin presiones, y donde en cada momento se haga lo correcto.
Por eso me basé en Sagarra en el comienzo: la labor colectiva, de equipo, el team work. deben estar latentes desde el primer inning de juego. Si todos somos estrellas, rutilemos conjuntamente y no de manera individual. Como reza el añejo refranero: "un palo no hace el monte".
Y, a modo de chisme, Cuba ya está invitada a la Seria del Caribe de 2015, la cual se disputará en el estadio Hiram Bithorn, de San Juan, Puerto Rico, de acuerdo al anuncio hecho ante la prensa por Francisco Puello, titular de la Confederación de Béisbol del Caribe. ¡A prepararse!, tiempo existe.
Es más, cree él, el atleta debe prepararse no solo como ente en sí, sino engranado a toda la maquinaria que representa el equipo. y saberse parte de este.
Dirán que tal vez no ando cuerdo pues me referiré al béisbol, pero traigo a colación este ejemplo para expresar algunas ideas, las cuales me rondaron luego de observar el desempeño de Villa Clara (Cuba), en la Serie del Caribe.
Es evidente que se ha perdido el pensamiento táctico: no se sabe tocar la bola, el corrido de las bases es pésimo, no se hace trabajar al lanzador contrario, fallan mecánicas a la hora del desempeño en el terreno. en fin, tela hay por dónde cortar. Pero el "pollo del arroz" radica, a mi modo de ver, es la no existencia del denominado trabajo colectivo o team work.
Simple el ejemplo: en situaciones comprometidas, con el equipo por debajo en el marcador, y cada quien, como si fuera a título personal, a buscar su batazo. No le esperan al pitcher, como si una base por bolas no equivaliera a un hit. Los desafíos se ganan por carreras anotadas, no por jonrones conectados.
Me remontaré hasta las décadas de los 60-70 del pasado siglo y con el auxilio de alguien a quien recuerdo y respeto sobremanera: el desaparecido mentor José Ramón Carneado. Hombre de extrema disciplina para con los jugadores bajo su guía, y conocedor de los secretos del deporte de las bolas y los strikes. Exigente hasta los tuétanos.
En situación comprometida el equipo que dirigía y con la inicial ocupada, ordenó a su cuarto bate tocar la bola -en ese desafío se había ido en blanco tres veces. El pelotero, conocedor de su fuerza, desobedeció y conectó cuadrangular, con el cual empató el juego. A la entrada siguiente, no salió a la grama.
Varias veces escuché decir a Eddy Martin y Rubén Rodríguez, dos avezados comentaristas beisboleros que, cuando se está debajo en el pizarrón, primero se requiere de empatar y luego, garra para vencer. A lo cual añadiría: si usted anda mal a la ofensiva -como sucede ahora a varios jugadores- no existe razón para ser inamovible en la alineación.
Incontables son las situaciones en las cuales el elenco anda debajo en el marcador y se le trilla en camino al serpentinero contrario: no se le esperan lanzamientos, se busca la bola descolgados, no halan para la mano contraria. en fin.
Pregunto entonces: ¿no forman parte del elenco entrenadores de bateo? ¿El toque de bola u otras jugadas para sacar de paso al contrario no forman parte de la estrategia o de la táctica?
Que el béisbol de estos tiempos no es el de dos décadas atrás, quizás. La entrada de los asiáticos al mundo de la pelota, ha obligado a cambiar algunas tácticas, pero no la mecánica del juego y tampoco creo que sea algo traumático; lo es el juego bajo presión; faltan la alegría en el terreno, la concentración. Los peloteros a veces parecen como castigados cuando salen a la grama.
En el béisbol un equipo gana y otro pierde, pero cuando se hace lo debido, aunque prime la derrota, queda la tranquilidad de que en cada momento se ejecutó lo debido. No podemos depender de supercherías o casualidades para clasificar o vencer.
Otra teoría es que la entrada de profesionales cambió el panorama. No lo considero, pues recabo de alguien capaz de convencer al gran auditorio: nuestros atletas, quienes juegan béisbol el año entero, ¿acaso no lo son?
Cómo explicar que estudiantes, quienes sí no son profesionales de la Gran Carpa, en tope amistoso, nos infringieran cinco derrotas al hilo.
Víctor Mesa me confesó en cierta ocasión: "las oportunidades se dan en el terreno, a base de sudor, mucho trabajo, y de hacerlo bien".
Pienso que los directivos del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), y del béisbol en particular, deben pasar revista al desempeño en los clásicos domésticos y fuera de frontera, y acabar de encontrar el camino del buen juego, alegre, sin presiones, y donde en cada momento se haga lo correcto.
Por eso me basé en Sagarra en el comienzo: la labor colectiva, de equipo, el team work. deben estar latentes desde el primer inning de juego. Si todos somos estrellas, rutilemos conjuntamente y no de manera individual. Como reza el añejo refranero: "un palo no hace el monte".
Y, a modo de chisme, Cuba ya está invitada a la Seria del Caribe de 2015, la cual se disputará en el estadio Hiram Bithorn, de San Juan, Puerto Rico, de acuerdo al anuncio hecho ante la prensa por Francisco Puello, titular de la Confederación de Béisbol del Caribe. ¡A prepararse!, tiempo existe.