Aquí nadie festejó por anticipado, nadie se confió, simplemente el béisbol le dio otra oportunidad a Villa Clara de mantenerse con vida en su defensa de la corona nacional, y los Naranjas la aprovecharon en tres turnos al bate y aceptable labor de sus serpentineros, válida para colocar 3-1 el match semifinal ante los Cocodrilos.
Los Azucareros lo habían anunciado, no se podían bajar los brazos, la causa no estaba perdida, aunque, en honor a la verdad, en esta ciudad muy pocos creían en la remontada de los actuales monarcas, sobre todo porque el equipo ha jugado en el borde del abismo por demasiado tiempo, y tarde o temprano, dicen los parciales, deben caer al precipicio.
Pero el día final se ha retrasado, al menos por una jornada más (o dos…), y solo se puede agradecer a los diez minutos de gloria que compartieron Yuniet Flores, Yorbis Borroto y Yordanis Linarez, quienes fabricaron tres carreras en un abrir y cerrar de ojos al abridor matancero, el derecho Joel Suárez, un serpentinero que ha pasado de lo sublime a lo ridículo en un corto espacio de tiempo.
Hace un año era el as indiscutible de los Cocodrilos, con 14 triunfos y solo una derrota en la ronda clasificatoria, pero en la postemporada cayó en cuatro desafíos y comenzó a derrumbarse la imagen de su sangre fría en el box, de su carácter imperturbable y de sus sliders cortantes, casi imposibles de conectar. Para colmo de males, en la segunda fase de la actual lid acumuló cuatro derrotas y ningún éxito en nueve salidas.
Roto el mito de Suárez, no fue nada complicado para Flores, Borroto y Linarez conectarle par de dobles y un cuadrangular, aunque después toda la tanda naranja se vio limitada por el joven diestro Eduardo Blanco, que en la campaña regular solo había trabajado en 16 entradas.
Como relevista, Blanco caminó seis entradas sin permitir libertades, pero sus sustitutos flaquearon y concedieron otra anotación (remolcada también por Linarez) a los Azucareros, que sufrieron durante 25 capítulos y dos tercios sin poder anotar contra el bullpen de los Cocodrilos, uno de los sustentos matanceros en los tres duelos precedentes. De igual forma, los Naranjas quebraron una racha de ocho derrotas al hilo a manos de los yumurinos entre la etapa regular y la postemporada, según los datos del estadístico Arnelio Álvarez.
La victoria se la apuntó el zurdo Robelio Carrillo, ahora con un relevo estelar, retirando a los últimos 11 hombres a los que se enfrentó. Por cierto, todavía en Villa Clara casi todo el mundo se pregunta por qué Ramón Moré se inclinó por el diestro Yasmany Hernández Rojas como abridor si contaba con Carrillo disponible.
La jugada, lejos de ser buena, le salió bien y para hoy (3:15 p.m.) buscará la mejor opción, tal vez el diestro Irvin del Río, mientras que por Matanzas se rumora que pueda abrir el novato zurdo Cionel Pérez.
Los Azucareros lo habían anunciado, no se podían bajar los brazos, la causa no estaba perdida, aunque, en honor a la verdad, en esta ciudad muy pocos creían en la remontada de los actuales monarcas, sobre todo porque el equipo ha jugado en el borde del abismo por demasiado tiempo, y tarde o temprano, dicen los parciales, deben caer al precipicio.
Pero el día final se ha retrasado, al menos por una jornada más (o dos…), y solo se puede agradecer a los diez minutos de gloria que compartieron Yuniet Flores, Yorbis Borroto y Yordanis Linarez, quienes fabricaron tres carreras en un abrir y cerrar de ojos al abridor matancero, el derecho Joel Suárez, un serpentinero que ha pasado de lo sublime a lo ridículo en un corto espacio de tiempo.
Hace un año era el as indiscutible de los Cocodrilos, con 14 triunfos y solo una derrota en la ronda clasificatoria, pero en la postemporada cayó en cuatro desafíos y comenzó a derrumbarse la imagen de su sangre fría en el box, de su carácter imperturbable y de sus sliders cortantes, casi imposibles de conectar. Para colmo de males, en la segunda fase de la actual lid acumuló cuatro derrotas y ningún éxito en nueve salidas.
Roto el mito de Suárez, no fue nada complicado para Flores, Borroto y Linarez conectarle par de dobles y un cuadrangular, aunque después toda la tanda naranja se vio limitada por el joven diestro Eduardo Blanco, que en la campaña regular solo había trabajado en 16 entradas.
Como relevista, Blanco caminó seis entradas sin permitir libertades, pero sus sustitutos flaquearon y concedieron otra anotación (remolcada también por Linarez) a los Azucareros, que sufrieron durante 25 capítulos y dos tercios sin poder anotar contra el bullpen de los Cocodrilos, uno de los sustentos matanceros en los tres duelos precedentes. De igual forma, los Naranjas quebraron una racha de ocho derrotas al hilo a manos de los yumurinos entre la etapa regular y la postemporada, según los datos del estadístico Arnelio Álvarez.
La victoria se la apuntó el zurdo Robelio Carrillo, ahora con un relevo estelar, retirando a los últimos 11 hombres a los que se enfrentó. Por cierto, todavía en Villa Clara casi todo el mundo se pregunta por qué Ramón Moré se inclinó por el diestro Yasmany Hernández Rojas como abridor si contaba con Carrillo disponible.
La jugada, lejos de ser buena, le salió bien y para hoy (3:15 p.m.) buscará la mejor opción, tal vez el diestro Irvin del Río, mientras que por Matanzas se rumora que pueda abrir el novato zurdo Cionel Pérez.
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