Chris Archer llegó a su casillero y tomó la primera camiseta que pudo encontrar. "Haz historia", era el mensaje impreso en la parte frontal de esa prenda.

Y el lanzador había cumplido recién con esa encomienda el domingo.

"He usado esta camiseta desde la pretemporada" comentó. "Era literalmente la única camiseta que yo tenía aquí, a no ser por la sudadera que se abotona, pero esa la voy a usar en el avión y todavía no me he duchado".

Archer (7-4) se convirtió en el primer pitcher en más de 100 años que hilvana tres salidas con al menos 10 ponches y sin regalar un solo boleto, en el duelo que los Rays de Tampa Bay ganaron 3-1 a los Marineros de Seattle.

El derecho de 26 años abanicó a 11 Marineros sin expedir un solo pasaporte en su labor de siete entradas. La firma STATS averiguó que no hay otro lanzador con semejante racha en una investigación que se remonta a 1914.

"¡Hombre, qué bien! Esto demuestra el poder de la mente. Mientras menos te concentras en cosas que no puedes controlar, el resultado es mejor", dijo Archer. "Cuando estoy en el montículo, no pienso en los ponches, ni siquiera cuando necesito uno. Sólo trato de ejecutar bien cada lanzamiento. Si haces eso, todo se facilita y comienzas a hacer cosas estupendas".

En cinco ocasiones, Archer se colocó en cuenta de tres bolas. Aceptó seis hits, junto con una carrera sucia.

Luego de recetar 12 ponches frente a Seattle el 27 de marzo y 15 contra los Angelinos el martes, ganó su cuarta decisión consecutiva.

Archer dijo que, si bien el total de ponches es impresionante, tiene más importancia haber laborado 23 innings sin dar una base por bolas.

Kevin Jepsen dio trámite al noveno capítulo para su cuarto salvamento de la temporada y su tercero en la serie de cuatro enfrentamientos.

Mike Montgomery (0-1) lanzó bien ante su antiguo equipo, pero recibió poco apoyo de los bateadores. Seattle cayó a su peor foja de la campaña, siete juegos debajo de .500, y cerró una estadía terrible de 11 encuentros como local, con un récord de 2-9.

En ese periodo, no hubo un partido en que Seattle anotara más de tres carreras, para sumar apenas 21.