La vida da revanchas. Y tal vez no es a la primera, ni a la segunda oportunidad, pero a quienes tienen el talento y la humildad que posee el antesalista espirituano Yulieski Gourriel, el destino suele premiarlos con la gloria de decidir el triunfo de su equipo en un duelo trascendental como el vivido este miércoles a orillas del Yayabo.

Tiene el «del medio» del clan Gourriel una suerte incomparable para toparse con momentos cruciales, esos que se erigen como la delgada línea separadora entre el triunfo y el fracaso. Y al menos en los más comprometidos, no había logrado hasta ahora dar lo que muchos esperaban.

Por eso, ese largo batazo al jardín derecho con las bases llenas frente al experimentado Ciro Silvino Licea, le llega como una dulce y necesaria venganza contra el destino.

Fue, además, el colofón de una remontada con ribetes históricos para una tropa que cargaba el pesado «sanbenito» de fallar en momentos definitorios.

A solo un out estaban los Cocodrilos matanceros de igualar la semifinal. Habían logrado una ventaja de cuatro anotaciones, en parte gracias a la notable faena del importado guantanamero Frank Navarro durante siete innings, y el trabajo de su tocayo y relevista zurdo San Martín, quien ponchó al siempre peligroso Frederich Cepeda con par de hombres en bases en el octavo capítulo.

Pero ese último out nunca apareció. Lo intentaron encontrar sin suerte Lázaro Blanco, Maikel Martínez y Félix Fuentes, pero entre hits y lanzamientos extraviados se fue evaporando una ventaja que parecía insalvable.

Hasta ese momento al manager espirituano Yovani Aragón le había fallado casi todo. El jovencito camagüeyano Norge Luis Ruíz, con tan buenos desempeños desde que llegó como refuerzo a la valla de los Gallos, esta vez no pudo superar las dos primeras entradas.

También la defensa, que tantos dolores de cabeza le dio sobre todo durante la primera parte de la campaña, aportó su cuota a la ventaja rival, que no fue más amplia gracias al certero rescate de poco más de cinco entradas protagonizado por Yoen Socarrás.

Pero finalmente, la vida premió el esfuerzo de un equipo que nunca bajó los brazos, a una afición que a última hora, y bajo la lluvia que reapareció para no perderse la fiesta, disfrutó de lo lindo, como si fuera el final del campeonato.

Pensándolo bien, este pudo haber sido el prólogo de una historia tantas veces soñada por toda una generación que nunca ha podido escribirla. Para ella, el libro vuelve a estar abierto.
Otro charco

Esta vez tocó a Santa Clara sufrir las torrenciales precipitaciones que impidieron la celebración del tercer desafío de la otra serie semifinal entre los equipos de Cienfuegos y Villa Clara, que marcha igualada a un triunfo.

Ante las malas condiciones del diamante, la Comisión Nacional decidió posponer el partido para hoy a partir de la 8:15 p.m.