Ambos mostraron todo su talento en el III Clásico Mundial y llegan a la mejor Liga del mundo como representantes de lujo de dos orgullosas y centenarias escuelas beisboleras.
Si bien los números impresionantes de José Dariel Abreu lo postulan como aspirante de fuerza a convertirse en el cuarto pelotero cubano que consigue el premio de Novato del Año en las Grandes Ligas; el inicio espectacular del as japonés de los Yankees de Nueva York, Masahiro Tanaka, advierte que el inicialista de los Medias Blancas de Chicago no estará solo en la carrera por el codiciado galardón. El duelo, en todo caso, está planteado, para goce de los millones de aficionados al béisbol en el mundo.
Sin ir más lejos, la jornada de este miércoles dejó una clara muestra de lo que podría ser un duelo apasionante hasta el final de la temporada. En el Citi Field, el campo de los Mets, Tanaka lanzó una joya de pitcheo y dejó en seis la racha de derrotas de los Yankees ante sus vecinos en la llamada "Serie del Subterráneo". El nipón obtuvo su primera blanqueada en Grandes Ligas al conducir a su equipo a victoria de 4-0, con ocho ponches sin boletos y solo cuatro jits permitidos en nueve entradas de actuación. Ahora, Tanaka exhibe balance de 6-0 y lanza para apenas 2,17 carreras limpias por juego, mientras no pocos comienzan a comparar su paso con el del año anterior, cuando tuvo marca de 24-0 en la liga de su país.
Para no quedarse detrás, Pito Abreu volvió a ser clave en una victoria de los Medias Blancas. El cienfueguero encontró par de hombres en circulación a la altura del octavo capítulo y pizarra desfavorable con marcador de 2x1 ante los Atléticos de Oakland. El desenlace fue rápido: ante un rompimiento a 88 millas del relevista Luke Gregerson, José Dariel despachó una línea terrorífica por el jardín izquierdo que recorrió 431 pies y sirvió para que su equipo llegara a 20 triunfos en 42 partidos. Fue este su jonrón 15, una cifra que lo coloca como líder en todo el Big Show y le da una proyección cercana a los 60 vuelacercas cuando concluya la campaña. Además, llegó a 41 carreras remolcadas, primero en la Liga Americana y sublíder absoluto, solo detrás del jardinero de los Marlins Giancarlo Stanton.
Al margen de las estadísticas, lo más llamativo de ambas estrellas es que no parecen debutantes y cada día lucen más solventes ante la tremenda exigencia de liderar a sus respectivos conjuntos. El japonés, convertido en líder indiscutible del maltrecho staff neoyorquino; y el cubano, instalado con total comodidad en el tercer turno de la alineación.
Cuba-Japón: 3-3 en Novatos del Año
En la historia de las Grandes Ligas, tres peloteros cubanos han conseguido el premio de Novato del Año. En 2013, el villaclareño de los Marlins de Miami, José Fernández, lo consiguió en la Liga Nacional con amplio margen sobre el cienfueguero Yasiel Puig.
Antes, Tony Oliva lo había hecho en 1964, cuando fue campeón bateador con los Mellizos de Minnesota en la Liga Americana. Más de dos décadas después, en 1986, el galardón fue a parar a manos de José Canseco, el polémico toletero de origen cubano que deslumbró a todos con los Atléticos de Oakland.
Por su parte, los de la tierra del Sol Naciente obtuvieron su primer galardón por intermedio del estelar lanzador Hideo Nomo, quien había debutado con los Dodgers de Los Ángeles en 1995. Cinco años más tarde lo consiguió el relevista de los Marineros de Seattle Kazuhiro Sasaki y, en el 2001, con el mismo equipo, lo ganó el extraclase Ichiro Suzuki.
Si bien los números impresionantes de José Dariel Abreu lo postulan como aspirante de fuerza a convertirse en el cuarto pelotero cubano que consigue el premio de Novato del Año en las Grandes Ligas; el inicio espectacular del as japonés de los Yankees de Nueva York, Masahiro Tanaka, advierte que el inicialista de los Medias Blancas de Chicago no estará solo en la carrera por el codiciado galardón. El duelo, en todo caso, está planteado, para goce de los millones de aficionados al béisbol en el mundo.
Sin ir más lejos, la jornada de este miércoles dejó una clara muestra de lo que podría ser un duelo apasionante hasta el final de la temporada. En el Citi Field, el campo de los Mets, Tanaka lanzó una joya de pitcheo y dejó en seis la racha de derrotas de los Yankees ante sus vecinos en la llamada "Serie del Subterráneo". El nipón obtuvo su primera blanqueada en Grandes Ligas al conducir a su equipo a victoria de 4-0, con ocho ponches sin boletos y solo cuatro jits permitidos en nueve entradas de actuación. Ahora, Tanaka exhibe balance de 6-0 y lanza para apenas 2,17 carreras limpias por juego, mientras no pocos comienzan a comparar su paso con el del año anterior, cuando tuvo marca de 24-0 en la liga de su país.
Para no quedarse detrás, Pito Abreu volvió a ser clave en una victoria de los Medias Blancas. El cienfueguero encontró par de hombres en circulación a la altura del octavo capítulo y pizarra desfavorable con marcador de 2x1 ante los Atléticos de Oakland. El desenlace fue rápido: ante un rompimiento a 88 millas del relevista Luke Gregerson, José Dariel despachó una línea terrorífica por el jardín izquierdo que recorrió 431 pies y sirvió para que su equipo llegara a 20 triunfos en 42 partidos. Fue este su jonrón 15, una cifra que lo coloca como líder en todo el Big Show y le da una proyección cercana a los 60 vuelacercas cuando concluya la campaña. Además, llegó a 41 carreras remolcadas, primero en la Liga Americana y sublíder absoluto, solo detrás del jardinero de los Marlins Giancarlo Stanton.
Al margen de las estadísticas, lo más llamativo de ambas estrellas es que no parecen debutantes y cada día lucen más solventes ante la tremenda exigencia de liderar a sus respectivos conjuntos. El japonés, convertido en líder indiscutible del maltrecho staff neoyorquino; y el cubano, instalado con total comodidad en el tercer turno de la alineación.
Cuba-Japón: 3-3 en Novatos del Año
En la historia de las Grandes Ligas, tres peloteros cubanos han conseguido el premio de Novato del Año. En 2013, el villaclareño de los Marlins de Miami, José Fernández, lo consiguió en la Liga Nacional con amplio margen sobre el cienfueguero Yasiel Puig.
Antes, Tony Oliva lo había hecho en 1964, cuando fue campeón bateador con los Mellizos de Minnesota en la Liga Americana. Más de dos décadas después, en 1986, el galardón fue a parar a manos de José Canseco, el polémico toletero de origen cubano que deslumbró a todos con los Atléticos de Oakland.
Por su parte, los de la tierra del Sol Naciente obtuvieron su primer galardón por intermedio del estelar lanzador Hideo Nomo, quien había debutado con los Dodgers de Los Ángeles en 1995. Cinco años más tarde lo consiguió el relevista de los Marineros de Seattle Kazuhiro Sasaki y, en el 2001, con el mismo equipo, lo ganó el extraclase Ichiro Suzuki.