Representantes de la empresa italiana Teammate visitaron La Habana recientemente como parte del proceso de investigación sobre la calidad de las pelotas utilizadas durante la 62 Serie Nacional de Béisbol, informó el periodista y comentarista deportivo Carlos Alberto Hernández Luján en el programa televisivo Bola Viva.

Luego de un estudio, Teammate comprobó que unas 220 docenas de pelotas, de las 600 docenas que llegaron a Cuba, no cumplían con los requisitos de producción. Se determinó que la responsabilidad fue de la fábrica productora de la compañía, con sede en Asia.

Por un error, la planta envió a Cuba un lote de 220 docenas de pelotas “de fogueo”, empleadas en Asia para el entrenamiento. Teammate comunicó a la Federación Cubana de Béisbol (FCB) que repondrá esas 220 docenas y que, con respecto a las 600 pagadas para la Serie Nacional, cumplirá con todos los requisitos de pago y serán totalmente exentas para la FCB.

Según Hernández Luján, en carta entregada a la FCB la empresa Teammate admitió por escrito su responsabilidad y ofreció disculpas a la Serie Nacional, los peloteros, los aficionados y la propia Federación.

En el documento, Teammate recordó que desde 2018 suministra esos implementos a nuestro país (que hasta ahora ha recibido 136 500 pelotas), y que nunca se había dado una situación similar.

Hasta aquí la información brindada en Bola Viva. Ahora, algunas reflexiones al calor de las opiniones en las redes y entre los seguidores del béisbol de toda Cuba.

Primeramente, llama la atención que la FCB no haya legitimado aún esta visita de Teammate e informado sus resultados a nuestro pueblo mediante una nota oficial, como lo ha hecho en otras ocasiones con asuntos de relevancia que conciernen al béisbol en el país, declarado como patrimonio cultural.

No basta con facilitar la información a Bola Viva, sino que sería oportuno divulgar en los distintos medios de comunicación lo que arrojó la investigación, porque el béisbol es tema de debate nacional y prioridad popular en Cuba: la afición había seguido con interés este asunto de las pelotas defectuosas. Correspondía informar con mayor detalle y, mejor aún, directamente por boca de las autoridades del deporte.


La pelota en Cuba es más que un juego, es patrimonio cultural de la nación. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

En espera de que sea aclarado el asunto, la afición se ha volcado a las redes, como vía para expresar sus comentarios e inconformidades al respecto.

Si bien es cierto que el fabricante reconoció la equivocación y se comprometió a que no ocurra más, debió existir la garantía y la posibilidad de reponer la mercancía en el momento justo, cuando comenzaron las reiteradas quejas por parte de los peloteros, y no al finalizar la temporada.

Tampoco sería descabellado pensar en una indemnización para la FCB, que pagó un dinero para el desarrollo de la pelota cubana, su calidad, el espectáculo... Estaría en su derecho de exigirla, teniendo en cuenta que fue afectado el rendimiento de los jugadores, tanto sobre el montículo y a la defensa como a la ofensiva, siendo los pocos jonrones conectados (626 en la clasificatoria y 22 en playoff) uno de los efectos más palpables. Las pelotas botaban muy poco, tenían un núcleo diferente y muchas se deformaban cuando las golpeaban.

Cabría preguntarse cómo fue el chequeo de los especialistas de la FCB al lote enviado por error cuando llegó a Cuba. ¿Fue profundo, sistemático, con los indicadores pertinentes? Tampoco es lógico que se investigue lo sucedido al término de la campaña, porque entra en juego la validez de resultados, marcas, estadísticas de la Serie, que hasta festejó un nuevo campeón, Las Tunas.

Valdría la pena pensar en los beneficios del contrato con la Teammate, si en Cuba contamos con Batos, que en épocas pasadas confeccionó pelotas que botaban con fuerza, y dio colorido y sentido del buen gusto a los uniformes de nuestros peloteros.

Hoy, debido fundamentalmente a la escasez de materias primas y situación económica del país, Batos no produce pelotas ni para la base. El reto de la industria deportiva cubana estaría en incorporarse, en la medida de sus posibilidades, y paso a paso elevar la calidad para utilizar sus pelotas en la Serie Nacional. Así ahorraría el país y contaríamos con un producto nuestro, acorde con las características del béisbol cubano.

Ya en la Serie 62, ante la demora del envío de pelotas de Teammate, se utilizó una reserva, de la marca Batos, pero con otro proveedor extranjero. Con estas pelotas se jugaron algunos partidos en la fase clasificatoria y se afrontó la crisis.

No es la primera vez que Teammate pide disculpas. Pasó con los uniformes de la Liga Élite, cuya fecha de inicio debió ser retrasada. ¿Nos espera una próxima disculpa o ya no habrá necesidad de una más? Ya nos dirá Teammate.

En video, programa Bola Viva