Por Yasel Porto

El 31 de enero es un día trascendental para la receptoría cubana. La razón no es que otra que el natalicio el mismo día, aunque en años distintos de dos de sus figuras más connotadas de la posición dentro de las Series Nacionales: Juan Castro García y Ariel Pestano Valdés.
Por desgracia el primero ya hace dos años que dejó de estar físicamente entre su gente, familiares, amigos y seguidores, lo que no quita que sea recordado constantemente por la profunda huella que dejó en la pelota cubana.

Uno de los que no deja de tenerlo presente es el compañero por varios años en la selección nacional Pedro Medina, quien en exclusiva con este periodista se refirió al exreceptor de San Cristóbal con un enfoque bien variado en cuanto a su valoración. Incluso llegó a confesar un dolor que sigue teniendo en su interior con respecto a quien fuera su rival dentro del terreno de juego.

“Juan Castro fue compañero, amigo, con quien hubo muchos intercambios familiares y de amigos. Y esas posibilidades que tú tienes con los amigos que tú escoges es algo importante. La vida le jugó una mala pasada. No pudo meterle out a la muerte y hoy no lo tenemos, pero siempre uno piensa en él como un gran jugador, un hombre que defendió mucho su posición, que hizo infinidad de cosas y arregló muchísimos lanzadores de pobres resultados», dijo en el comienzo de su diálogo conmigo y luego agregó:
«Era uno de mis grandes amigos fuera de La Habana. Nos llamábamos por teléfono y hablé con él una semana antes de morir. El domingo que murió Juanito me enteré en la mañana que estaba enfermo y después que fui a buscar la suegra dije que cuando regresara a la casa lo iba a llamar. Pero cuando volví me dieron la noticia que había fallecido. No pude hablar con él y eso me cayó muy mal, me puso muy mal y hoy en día ya no lo tengo».
obre la pregunta de su valoración desde el punto de vista profesional el conocido popularmente como «El Héroe de Edmonton» consideró que Juan Castro fue un catcher importantísimo en nuestras Series Nacionales y en los equipos nacionales. «De mucha grandeza en lo deportivo y como persona te puedo decir que también. El intercambio que teníamos Juanito y yo era muy diáfano y sano la verdad. De verdaderos amigos que se ayudaban uno y otro».
Al margen de controversias interminables y hasta sin sentido de si el enmascarado pinareño ha sido el mejor a la defensa en los clásicos cubanos, no hay pelotero, especialista o aficionado que lo haya visto en acción que no tenga un buen criterio sobre su virtuosismo detrás del plato.

El 14 de julio de 2020 no pudo vencer finalmente un tumor del que en un momento parecía que saldría airoso. Su muerte llenó de dolor a millones de personas pues su nivel de popularidad trascendió las fronteras pinareñas.

Castro fue protagonista en el nacimiento y consolidación de Pinar del Río como potencia beisbolera. Fue parte de todos esos títulos desde 1978 y hasta 1988 (11 en total entre Nacional y Selectiva). Además de eso fue el regular en la mayoría de los juegos del equipo Cuba durante una década de participación hasta su último evento en 1988.

Tras su retiro sobresalió como entrenador en Cuba e Italia y también tuvo buenos resultados como manager de su natal Pinar del Río y de los Gallos de Sancti Spíritus.
En el caso de Medina de más está decir su notoriedad como pelotero y entrenador. Aunque no brilló tanto por su defensa muchos consideran que su integralidad en la mezcla de bateo y fildeo lo sitúan en un lugar de élite en el béisbol cubano. De hecho, cuando se habla de grandes receptores en sentido general casi nadie deja de mencionar estos dos nombres por lo que sin dudas se ganaron