Por Daniel de Malas

Hace poco más de 10 días el manager de los Cocodrilos y el equipo Cuba, Víctor Mesa, hizo una acusación pública de arreglos y venta de juegos, que muchos han querido deja pasar como una de sus ‘locuras’, pero que tiene muchas aristas y pone en entredicho la veracidad del beisbol que se juega en la isla.

La prensa cubana ha sido por más de medio siglo un ente sin autonomía, censurado y autocensurado, sin alas para volar por sí mismo y a la espera de lo que puede ser publicado. Los atrevidos han sido neutralizados o han huido y mientras no haya medios independientes no podemos esperar otra cosa. Sin embargo, el caso que nos trae hoy es otra categoría de escándalo, que merece ser conocido.

El hecho, antes de hacerle su merecida disección, es el siguiente:

En rueda de prensa le piden a Víctor Mesa que diga las diferencias entre este equipo matancero de la Serie 55 y el de la Serie 53, donde también cayeron ante Pinar del Río, a lo que el manager responde:

“¿Quién dice que no podíamos ganarles? Eso lo sabe todo el mundo…eso estaba vendido…el short está allá afuera (del país)…la segunda se fue (del país)…rolling a segunda y al short para dobleplay…yo no llevo la estadística pero esa gente estaban vendidos en Cuba…estaban vendidos…los billetes que tenían en la cartera era de este tamaño (hace un gesto con las manos)…y en Ciego de Ávila también se me vendieron…tú (al periodista que le pregunta) lo sabes y no lo has dicho…no lo has dicho.”

Mesa agrega en la última intervención de la noche que:

“¿Tú quieres hacer preguntas para la prensa? Di que lo digo yo…dilo…tú sabes bien que se vendieron y los tuvimos que botar por descarados”
Empecemos por el principio.

¿Víctor Mesa botó dos peloteros por venta de partidos y nadie se dio por enterado?

Pudiera ser, pues para las bajas de la Serie Nacional siempre se usa el término ‘indisciplina’, que va desde apropiarse de una merienda ajena, hasta (aparentemente) la venta de juegos, pasando por el tradicional intento de abandono del país.

¿El escandalo era tal que nadie se hizo eco del mismo?

También puede ser. Partiendo del secretismo de todas las esferas de la vida en Cuba y la magnitud de algo tan grave, la mejor solución disponible (y tradicional) era ocultar la verdad.

PERO…Víctor dice que ‘los tuvimos que botar por descarados’ y allí está una de las subtramas de esta historia, pues el torpedero que el menciona de la Serie 53 (2013-2014) jugó la siguiente campaña con los Cocodrilos (45 partidos) hasta que fue a la Serie de Caribe y se quedó en Puerto Rico, mientras que el segunda base empezó la temporada con Matanzas (15 partidos) hasta que lo sancionaron por querer escapar de Cuba.

Nadie los botó, ni los sancionó, ni mucho menos.

No nos queda claro a quién botó el manager de los Cocodrilos.

Entonces Víctor y esto es aún más delicado, ¿Tu viste los billetes ‘de este tamaño’, sabias que eran unos ‘descarados’ y los mantuviste jugando contigo?

Cientos de dudas genera tu denuncia, pues ente el conflicto moral y el momento que escogiste para hacer público algo tan delicado, no sé qué teoría adoptar.

Aclaro antes de seguir, que nuestras publicaciones aquí en SwingCompleto son consumidas en el 90% por cubanos que saben de qué atletas hablamos y no va a ser quien les escribe el que mencione los nombre de ambos peloteros. Todo el que tenga un conocimiento mínimo de nuestra pelota actual sabe quiénes son los que Mesa denuncia. Voy a decir hasta donde dijo Víctor y ni una letra más.

Continuando con la autopsia del caso.

¿De qué manera se venden/arreglan los juegos en Cuba que hasta el periodista lo sabe (según Víctor)?

El escándalo más grande de partidos arreglados en Series Nacionales fue hecho público en 1982, pero no fue un acto aislado, pues ya en 1963 y en 1971 otros casos se habían sucedido, al menos los que hemos podido conocer. Todos ellos muy criticables e injustificables, pues atentar contra la limpieza y la legalidad del juego es lo peor que puede hacer un deportista.

El incidente que menciona Víctor y todos los implicados estarían por demostrarse, pero a estas alturas está complicado hacerlo. Creemos que después de este comentario, la acusación de Mesa será un nuevo archivo secreto de la pelota cubana.

Solo queda aplaudir a Víctor por pedir una prensa sin censura y valiente, que la verdad y la inmediatez sean siempre las premisas.

Esta denuncia, no obstante, será otro esqueleto en el closet de la Federación de beisbol y el INDER, esqueleto del que nos enteramos como parte y cómplices, de un beisbol que se derrumba ante nuestros ojos, esperando por unos cambios urgentes que no acaban de llegar.

Sin más por ahora,

Daniel de Malas Andreu.