El 17 de mayo de 2016 el diario canadiense Le Soleil rendía honores a Yurisbel Gracial. En el artículo se afirmaba que el joven, firmado desde los Cocodrilos de Matanzas, era el que mayor atención captaba de los tres cubanos que recalaron en la franquicia de los Capitales de Québec esta temporada. “Tiene velocidad, potencia y buenas habilidades defensivas” refería el medio antes de concluir citando la frase del manager Pat Scalabrini catalogándolo como “un jugador especial”.

El tercera base yumurino respondió a estas loas como mejor sabe hacerlo: jugando bien a la pelota. Con una línea ofensiva de 320/376/476 (AVE/OBP/SLG), cubriendo varias posiciones y ocupando turnos de responsabilidad en el roster, el muchacho demostró a las claras su calidad y lo acertado de su contratación. Sobre su actuación en Canadá, su futuro en los Cocodrilos y otras interioridades conversó en exclusiva con Girón.

-En 87 partidos con los Capitales, impulsaste 58 carreras y pegaste 105 hits, de ellos 14 dobles, cinco triples y nueve jonrones, ¿te preparaste especialmente para alcanzar esos números?

-Cuando llegamos a Québec había mucha expectativa. Desde los seguidores hasta los directivos del club esperaban mucho de nosotros por la calidad del béisbol cubano, por el deseo y la pasión que tenemos a la hora de jugar. Tenía claro que debía aprovechar la oportunidad para crecer en lo deportivo y representar apropiadamente al país.

“Tuve una buena temporada. Al principio me costó adaptarme: no conocía los lanzadores ni al sistema de juego; el idioma, a pesar de la tremenda ayuda de Don Ramón, el traductor, resultó una barrera y el clima también hizo lo suyo, pero con la ayuda del colectivo técnico y otros peloteros latinos logré acomodarme y alcanzar esos resultados.

“En agosto la liga me seleccionó como el Mejor Jugador del Mes, más allá de que haya sido el primer cubano en obtener ese reconocimiento, significó algo muy importante. Fue un estímulo que me proporcionó más confianza”.

-¿Cuáles son las principales diferencias de esa liga respecto a las Series Nacionales?

-Allá se compite todos los días. No hay descanso en los traslados. Es un torneo riguroso desde el punto de vista físico. Hay jornadas que viajas desde Québec a Nueva York para jugar.

“El pitcheo tiene nivel. La mayoría de los lanzadores son firmados desde organizaciones de Grandes Ligas, de nivel triple A, doble A. Incluso algunos tuvieron sus días en las mayores y fueron bajados. Tienen un gran concepto de la zona y mueven mucho sus lanzamientos. Uno como bateador tiene que definir muy bien a qué tirarle.

“Se cometen pocos errores. Los jugadores ya están preparados y saben qué hacer en cada situación. No hay espacio para enseñar o conversar, para eso están otras ligas o niveles. Allí si no rindes eres bajado y se contrata a otro. Si estás inconforme en la forma que juegas debes acercarte a los entrenadores a pedir opiniones o consejos.

-Los Capitales cayeron sorpresivamente ante Rockland Boulders en semifinales, ¿imaginaste discutir el campeonato? ¿Alguna remembranza con Matanzas?

-Nadie esperaba eso. El equipo fue uno de los que más bateó, había tremendo estado de ánimo y concentración, incluso se prepararon tácticas para esa etapa. Vencimos en los dos primeros encuentros en casa y el tercer juego, en New York, lo ganábamos 11-4 en la sexta entrada hasta que el pitcheo se derrumbó. Perdimos ese choque 16-15 y fue el principio del fin. Rockland se llevó la serie. Así es el béisbol.

“Yo pensé mucho en Víctor. Él siempre nos dice que vayamos al plato con el pensamiento de que ese puede ser el último turno, que ese puede ser el más importante. Aquí llevamos seis años con esa idea, con muchos sacrificios y se nos escapa el triunfo a cada momento. Suceden cosas que no puedes explicarte. Me vino a la mente el play off con Pinar, cuando perdimos en casa y todo estaba para que venciéramos. Incluso especulé: “¿qué pasa? ¿Estaré destinado a no ser campeón con Matanzas ni con otro equipo? Aunque ya sé que en un juego puede suceder cualquier cosa, son pensamientos que acuden a uno tras esos momentos tristes”.

-Te desempañaste en más de 50 partidos como campo corto, ¿fue una estrategia diseñada desde acá o decisión de Scalabrini? ¿Podemos esperar ver a Gracial como short stop de los Cocodrilos?

-Yo tengo que dar gracias a Víctor en ese sentido. Él fue quien dio pie para que jugara esa posición tras las bajas que sufrimos los últimos años. Al equipo le hacía falta y yo asumí.

“En los Capitales el torpedero era Manduley pero tras su lesión el director me dijo: ahora te toca. Él había venido a Cuba y sabía que yo defendía esa posición, igual que los jardines. Afronté el reto con mucha responsabilidad y resultó muy buena experiencia porque maduré, resolví aspectos que me faltaban. Ahora me siento mucho mejor.

“Cuando me incorpore con Matanzas, la decisión de dónde jugaré no depende de mí. Voy para donde la dirección del equipo lo necesite. Si tengo que ser cátcher no importa, yo lo que quiero es jugar pelota”.

-¿Fue difícil separarse de tus hijos, la esposa, la familia?

-Estar lejos de la familia siempre es difícil. Más cuando ellos son tu soporte, tu mayor fanático y los más duros críticos. Un buen amigo nuestro, que reside en Canadá, nos proporcionó ayuda en ese sentido. Gracias a él pudimos comunicarnos. Recibí mucho apoyo desde aquí. Eso fue muy estimulante.

-Los Cocodrilos han tenido una temporada de ensueño, ¿nos puedes dar algunas apreciaciones?

-Desde Canadá me mantuve todo el tiempo al tanto de la Serie. Muy contento con el resultado. Nunca tuve dudas de que podían alcanzar ese nivel. Siempre hemos tenido muy buena preparación. Tanto los jóvenes como los ya establecidos podemos aportar.

“Muy contento con el crecimiento de Aníbal Medina. Esta temporada se le ve increíble, con más responsabilidad, más tranquilo en el home, con más confianza a la defensa. Te puedo hablar de Víctor Víctor que ha dado un cambio enorme, muy significativo para nosotros. También Eduardo Blanco, Ariel Martínez, uno de los prospectos más grandes de la pelota cubana en estos momentos, Roberto Acea, excelente a la defensa, son chicos que destacan.

“No quiero echar leña al fuego pero creo que este debe ser el año de nosotros. Tenemos muchachos de otras provincias que nos han ayudado mucho. El pitcheo ha madurado mucho. Cuando se incorporen los refuerzos para la segunda etapa el equipo estará más completo y ya veremos. Hay una buena historia que contar.