Hace poco conversaba con algunos colegas durante la cobertura de un partido en la presente edición 55 de la Serie Nacional, y le comentaba sobre Yulieski Gurriel: “el diamante de la pelota cubana le queda tan pequeño como si lo llevara en un anillo puesto en su dedo”.
Y, me sugería una interrogante que quizás es la suya también.
¿Será que ha bajado tanto el pitcheo que no hay como detener a Gurriel? O, quizás…¿Estamos en presencia de una temporada más donde el estelar pelotero se dispone a dar un salto de nivel superior?
Para nadie es un secreto que el nivel del pitcheo se ha degradado en la Serie Nacional. Tanto que si tomamos los últimos 9 años de las más recientes 18 temporadas, la tasa de ponches ha decrecido de 5.17 a 4.81.
En esencia, quizás usted no vea la diferencia, pero cada vez hay menos pitchers ponchadores, de esos tipos que intimidaban no solo por su velocidad, sino también por la capacidad de tirar strikes y lanzamientos que hacían abanicar y confundir a sus rivales.
En una pelota donde cada vez se dispersan más los lanzadores ponchadores, la tasa de pelotas puestas en juego se seguirá disparando al ritmo de las bases por bolas.
Tengan en cuenta que a la altura del juego 63 de cada equipo, fue que un pitcher –abridor-, el zurdo Yoanis Yera, alcanzó por primera ocasión sobrepasar la barrera de 10 ponches en un partido. Esto fue en la tarde del pasado jueves 14 de este mes de enero, cuando propinó 11 ponchetes a la tanda de la Isla de la Juventud.
Casualmente –se puede afirmar-, esa noche Yoalkis Cruz, de Las Tunas, retiró a igual número de bateadores de la alineación de Granma en seis capítulos.
Aun así, pienso que nada, ni el peor pitcheo del mundo desmerita el trabajo que ha hecho Gurriel en el plato este año. Es que cada hazaña no sabes cómo asumirla.
A muchos le impresiona más que él esté bateando .506. A mí, peculiarmente me asombran más sus aislados dos ponches en 156 turnos al bate.
El líder de los bateadores es ese jugador que falla menos que los demás, siempre que posea la cantidad de turnos por juegos de su equipo –cumpliendo con 2.7 comparecencias.
Al cerrar la jornada dominical, en 43 compromisos, Gurriel acumulaba –increíblemente- 2 ponches con 156 veces al bate, uno menos con los que terminó Urbano González, en la IV Serie Nacional en 39 partidos.
Hablar de Urbano es como tocar una ‘leyenda’ de la pelota nacional. No solo por haber sido un excelente bateador, sino por esa vista de águila que le facilitó poncharse solo 67 veces en 13 Series Nacionales.
ponches
No vi jugar a Urbano, pero no cabe duda que al ver sus números y el legado que dejó en sus 13 campañas, es difícil no asombrarse por la capacidad que desempeñó para mantener la bola en juego.
Su tacto inestimable, sin dudas, hacía que sus compañeros se sintieran cómodos en las bases, pues no he oído hablar de otro jugador que en aquella época haya protagonizado un mejor perfil para hacer una jugada de corrido y bateo.
Fíjese si es así, que han pasado 47 años desde que se ponchó solo tres veces en 380 turnos, en la VII Serie Nacional, y ningún otro jugador ha podido tener una temporada a ese magistral ritmo.
Acercamiento del hito a esta época
Buscando algunos numeritos de los últimos 25 años, encontré historias increíbles. Sobre todo por la coincidencia que tienen con la exitosa frecuencia que viene tejiendo Yulieski Gurriel.
¿Saben quién ha sido el jugador que menos se ha ponchado en una campaña en los últimos 25 años?
Les ayudo, pues tiene que ver mucho con Yulieski, ya que fue su padre Lourdes Gurriel.
Lourdes encabeza el listado de jugadores con menos de 10 ponches en una temporada en cuatro ocasiones entre las principales 10 marcas, siempre con al menos 150 turnos ofensivos.
La disciplina y el tacto de Yulieski ha sido tan impresionante, que para igualar la marca que dejó su padre hace 23 años, él puede darse el lujo de poncharse una vez más en sus próximos 29 turnos al bate.
La otra marca que amenaza romper Yulieski, es la de promedio de bateo para una campaña implantada por Osmani Urrutia, de Las Tunas, en 2004, con promedio de .469.
En aquel certamen, Urrutia, a la altura del juego 63, tenía average de .483 –con participación en muchos más desafíos- y foja de 97 jits en 201 turnos al bate. Hoy, Yulieski pasea con ‘astronómico’ average de .506.
Sin embargo, el paso del toletero de los Leñadores no tuvo el mismo matiz en sus fallos, pues en aquella fecha se había ponchado en 22 ocasiones.
Esa temporada, Michel Enriquez, jugando para la Isla de la Juventud, tenía la menor cifra de ponches con solo 6 en 148 turnos.
“No pensé en récords al comenzar la temporada”. “Aunque confieso que me preparé con el enfoque de estar como hasta ahora he podido rendir”, me comentó Yulieski, el estelar jugador que muestra el #01 en su camiseta azul.
Al jugador natural de Sancti Spíritus, se le escapó el título de bateo en 2008-2009, en el último partido de la temporada, cuando Michel Enriquez ganó los galardones con promedio de .401.
“El Yuli”, como le llaman cariñosamente desde su debut con 17 años en la 41 Serie Nacional, ha podido conquistar el liderazgo en casi todos los departamentos ofensivos, menos en average.
Ha sido líder en carreras anotadas con (90) en 2010. En jits con (126) en 2005. Dobles con (28) en 2007. Triples con 11 en 2006. Cuadrangulares con (27) y (16) en 2006 y 2013, respectivamente. Y además, en remolcadas en tres ocasiones, (90), (105) y (69) en 2006, 2010 y 2013, respectivamente.
A Industriales, le restan 21 encuentros, en los que cualquier cosa puede suceder si de records se trata.
Mientras, confieso que soy uno de los tantos que disfruta cada aparición al home de Yulieski Gurriel, siempre con la esperanza de ver historia.
Y, me sugería una interrogante que quizás es la suya también.
¿Será que ha bajado tanto el pitcheo que no hay como detener a Gurriel? O, quizás…¿Estamos en presencia de una temporada más donde el estelar pelotero se dispone a dar un salto de nivel superior?
Para nadie es un secreto que el nivel del pitcheo se ha degradado en la Serie Nacional. Tanto que si tomamos los últimos 9 años de las más recientes 18 temporadas, la tasa de ponches ha decrecido de 5.17 a 4.81.
En esencia, quizás usted no vea la diferencia, pero cada vez hay menos pitchers ponchadores, de esos tipos que intimidaban no solo por su velocidad, sino también por la capacidad de tirar strikes y lanzamientos que hacían abanicar y confundir a sus rivales.
En una pelota donde cada vez se dispersan más los lanzadores ponchadores, la tasa de pelotas puestas en juego se seguirá disparando al ritmo de las bases por bolas.
Tengan en cuenta que a la altura del juego 63 de cada equipo, fue que un pitcher –abridor-, el zurdo Yoanis Yera, alcanzó por primera ocasión sobrepasar la barrera de 10 ponches en un partido. Esto fue en la tarde del pasado jueves 14 de este mes de enero, cuando propinó 11 ponchetes a la tanda de la Isla de la Juventud.
Casualmente –se puede afirmar-, esa noche Yoalkis Cruz, de Las Tunas, retiró a igual número de bateadores de la alineación de Granma en seis capítulos.
Aun así, pienso que nada, ni el peor pitcheo del mundo desmerita el trabajo que ha hecho Gurriel en el plato este año. Es que cada hazaña no sabes cómo asumirla.
A muchos le impresiona más que él esté bateando .506. A mí, peculiarmente me asombran más sus aislados dos ponches en 156 turnos al bate.
El líder de los bateadores es ese jugador que falla menos que los demás, siempre que posea la cantidad de turnos por juegos de su equipo –cumpliendo con 2.7 comparecencias.
Al cerrar la jornada dominical, en 43 compromisos, Gurriel acumulaba –increíblemente- 2 ponches con 156 veces al bate, uno menos con los que terminó Urbano González, en la IV Serie Nacional en 39 partidos.
Hablar de Urbano es como tocar una ‘leyenda’ de la pelota nacional. No solo por haber sido un excelente bateador, sino por esa vista de águila que le facilitó poncharse solo 67 veces en 13 Series Nacionales.
ponches
No vi jugar a Urbano, pero no cabe duda que al ver sus números y el legado que dejó en sus 13 campañas, es difícil no asombrarse por la capacidad que desempeñó para mantener la bola en juego.
Su tacto inestimable, sin dudas, hacía que sus compañeros se sintieran cómodos en las bases, pues no he oído hablar de otro jugador que en aquella época haya protagonizado un mejor perfil para hacer una jugada de corrido y bateo.
Fíjese si es así, que han pasado 47 años desde que se ponchó solo tres veces en 380 turnos, en la VII Serie Nacional, y ningún otro jugador ha podido tener una temporada a ese magistral ritmo.
Acercamiento del hito a esta época
Buscando algunos numeritos de los últimos 25 años, encontré historias increíbles. Sobre todo por la coincidencia que tienen con la exitosa frecuencia que viene tejiendo Yulieski Gurriel.
¿Saben quién ha sido el jugador que menos se ha ponchado en una campaña en los últimos 25 años?
Les ayudo, pues tiene que ver mucho con Yulieski, ya que fue su padre Lourdes Gurriel.
Lourdes encabeza el listado de jugadores con menos de 10 ponches en una temporada en cuatro ocasiones entre las principales 10 marcas, siempre con al menos 150 turnos ofensivos.
La disciplina y el tacto de Yulieski ha sido tan impresionante, que para igualar la marca que dejó su padre hace 23 años, él puede darse el lujo de poncharse una vez más en sus próximos 29 turnos al bate.
La otra marca que amenaza romper Yulieski, es la de promedio de bateo para una campaña implantada por Osmani Urrutia, de Las Tunas, en 2004, con promedio de .469.
En aquel certamen, Urrutia, a la altura del juego 63, tenía average de .483 –con participación en muchos más desafíos- y foja de 97 jits en 201 turnos al bate. Hoy, Yulieski pasea con ‘astronómico’ average de .506.
Sin embargo, el paso del toletero de los Leñadores no tuvo el mismo matiz en sus fallos, pues en aquella fecha se había ponchado en 22 ocasiones.
Esa temporada, Michel Enriquez, jugando para la Isla de la Juventud, tenía la menor cifra de ponches con solo 6 en 148 turnos.
“No pensé en récords al comenzar la temporada”. “Aunque confieso que me preparé con el enfoque de estar como hasta ahora he podido rendir”, me comentó Yulieski, el estelar jugador que muestra el #01 en su camiseta azul.
Al jugador natural de Sancti Spíritus, se le escapó el título de bateo en 2008-2009, en el último partido de la temporada, cuando Michel Enriquez ganó los galardones con promedio de .401.
“El Yuli”, como le llaman cariñosamente desde su debut con 17 años en la 41 Serie Nacional, ha podido conquistar el liderazgo en casi todos los departamentos ofensivos, menos en average.
Ha sido líder en carreras anotadas con (90) en 2010. En jits con (126) en 2005. Dobles con (28) en 2007. Triples con 11 en 2006. Cuadrangulares con (27) y (16) en 2006 y 2013, respectivamente. Y además, en remolcadas en tres ocasiones, (90), (105) y (69) en 2006, 2010 y 2013, respectivamente.
A Industriales, le restan 21 encuentros, en los que cualquier cosa puede suceder si de records se trata.
Mientras, confieso que soy uno de los tantos que disfruta cada aparición al home de Yulieski Gurriel, siempre con la esperanza de ver historia.