Que el equipo de Villa Clara se ha visto superior a su similar de Matanzas en el arranque de la final de la pelota cubana, es un hecho irrefutable. Entre la noche del miércoles y la madrugada de este jueves, los dirigidos por Ramón Moré asestaron el segundo golpe consecutivo, y se marcharon de esta ciudad con una cómoda ventaja que los coloca a solo dos triunfos del trono.

Peligró el segundo duelo entre ambos aspirantes, pues nada más comenzar, una lluvia ligera e impertinente obligó a detener las acciones. Los visitantes habían consumido sus tres primeros turnos al bate, y ya el zurdo Misael Siverio había retirado al primer bateador local.

Se abrió un compás de espera, y los aficionados que no perdieron la fe en los suyos tras el tropiezo inicial, también resistieron estoicamente hasta la reanudación, poco más de dos horas después del inicio.

Y como premio a su fidelidad, el jardinero Guillermo Heredia aprovechó el primer envío tras la escampada para enviarlo más allá de los límites.

Fue este el primer aviso de que en ambos lados, estaba puesta la luz verde, porque en la parte alta del segundo episodio el antesalista visitante Yeniet Pérez también le «compró» el primer lanzamiento al diestro Joel Suárez para desaparecerlo y equilibrar el pizarrón.

Tardaron los abridores en elevar la cotización de sus lanzamientos iniciales, pues el máscara yumurino Lázaro Herrera abrió el segundo para los locales con un largo doble, también al primer lanzamiento. Las tribunas se animaron con la misma velocidad que enmudecieron, pues Herrera corrió hacia tercera con un roletazo al campo corto, ante la incredulidad de Víctor Mesa y el resto del mundo. Por lo visto, este tipo de dislate se está haciendo endémico en el béisbol cubano.

Costó, y mucho, este «suicidio». Acto seguido Aníbal Medina conectó otro doble que hubiese impulsado la ventaja, que nunca pudo concretarse porque Siverio redondeó el cero con ponche a Víctor Víctor Mesa.

En contraste, los villaclareños lograron ponerse delante en el tercer capítulo gracias a un doblete impulsor de Yordan Manduley, quien también pisó el home tras cañonazo de Ariel Borrero.

En vano resultaron los intentos de rescate, porque en el quinto el refuerzo santiaguero Edilse Silva y el propio Borrero conectaron cuadrangulares consecutivos, el primero con un hombre a bordo.

Mientras tanto, Siverio lograba recuperar la forma —terminó con siete ponches— para caminar hasta la séptima entrada colgando cero tras ceros, el más trascendental de ellos en el sexto inning cuando encaró al siempre peligroso José Miguel Fernández con las bases llenas, y lo dominó con un fly largo al jardín derecho.
Del resto se encargó una vez más el «importado» diestro artemiseño Jonder Martínez y el zurdo Robelio Carrillo, a quienes sus compañeros le apuntalaron con otras dos anotaciones en el octavo.

Luego de este desenlace, las acciones se trasladarán desde el próximo viernes hacia el estadio Augusto César Sandino, de Santa Clara, donde los Naranjas intentarán concretar las dos últimas estocadas, y los Cocodrilos buscarán igual cantidad de triunfos que le permitan regresar a sus predios para pelear por la corona.