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Los campeones nacionales de la pelota cubana regresaron sin cumplir el objetivo previo de su viaje a Matanzas. Vuelven al «Sandino» con dos derrotas y la intensidad de un extrainning que pudieron ganar. Falló el bateo oportuno y un pitcheo de relevo que no recuerda su mejor momento.
La dirección naranja tampoco manejó los hilos con acierto, las dos conexiones anteriores al cuadrangular de Eriel Sánchez así lo gritaban. El diestro Alaín Sánchez no estaba a tono con la tensión del juego ni con la calidad ofensiva que tenía al frente. Un lanzamiento a la altura de las letras, y el espirituano mandó a los de naranja a las duchas.
No obstante, este domingo Villa Clara se encomienda a Ismel Jiménez para hacer la cruz en esta semifinal. Otra vez las puertas del «Sandino» se abrirán un poco antes de las dos de la tarde para que la fiesta de los play off siga su curso. Villa Clara por demostrar la garra; los subcampeones de Víctor Mesa por dar el tiro de gracia.
Lo cierto es que esta vez, con todo y las faltas, la suerte y los mejores en el terreno se visten en la banda contraria. Un equipo que deja 13 hombres en circulación, y es incapaz de impulsar una cuando se requiere, se mata a sí mismo.
Ojalá el final de la historia no sea lo mostrado hasta ahora, queda camino y queda Ismel. Ojalá el estar en casa les sirva de aliciente a los campeones. Nadie dice que se escribió el punto final, pero Mantanzas está demasiado cerca.
La dirección naranja tampoco manejó los hilos con acierto, las dos conexiones anteriores al cuadrangular de Eriel Sánchez así lo gritaban. El diestro Alaín Sánchez no estaba a tono con la tensión del juego ni con la calidad ofensiva que tenía al frente. Un lanzamiento a la altura de las letras, y el espirituano mandó a los de naranja a las duchas.
No obstante, este domingo Villa Clara se encomienda a Ismel Jiménez para hacer la cruz en esta semifinal. Otra vez las puertas del «Sandino» se abrirán un poco antes de las dos de la tarde para que la fiesta de los play off siga su curso. Villa Clara por demostrar la garra; los subcampeones de Víctor Mesa por dar el tiro de gracia.
Lo cierto es que esta vez, con todo y las faltas, la suerte y los mejores en el terreno se visten en la banda contraria. Un equipo que deja 13 hombres en circulación, y es incapaz de impulsar una cuando se requiere, se mata a sí mismo.
Ojalá el final de la historia no sea lo mostrado hasta ahora, queda camino y queda Ismel. Ojalá el estar en casa les sirva de aliciente a los campeones. Nadie dice que se escribió el punto final, pero Mantanzas está demasiado cerca.
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