Una de las más notables actuaciones de nuestros peloteros en la recién concluida Serie del Caribe la estampó el santiaguero Luis Yander la O, atleta con un progresivo desarrollo y versatilidad para desempeñarse en varias posiciones.
El antesalista cubano no desperdició la ocasión para exhibir en tierra puertorriqueña sus dotes de buen defensor, velocidad en las bases y excelente bateador. Conectó siete imparables en 16 turnos (igualó la marca de jits) y llamó la atención que la mayoría de sus batazos fueron empujando la bola por la banda derecha.
“Suelo batear hacia esa zona con mayor fortaleza, algo que aprendí desde las categorías infantiles y he perfeccionado en los últimos años”, comentó el refuerzo de los Cocodrilos en la segunda parte de la actual Serie Nacional.
A escasas horas de su regreso de Puerto Rico conversamos telefónicamente con este muchacho, casero, según destacó Yamil Ahuar, comisionado de béisbol en la provincia de Santiago de Cuba. El breve diálogo tuvo de fondo la voz intermitente de su hija Elizabeth, de un año y tres meses de edad. “Es lo menos parecido a su padre”, dijo sonriente Diana Rosa, la esposa de Yander, para señalar la constante intranquilidad de la niña.
—¿Qué te pareció la Serie del Caribe?
—Fue un buen torneo, muy exigente. Me impresionó la calidad de casi todos los peloteros y en particular la de los lanzadores. Son pitchers con amplio repertorio, con algunos envíos que no estamos acostumbrados a ver en nuestra pelota. Es preciso prepararse muy bien en cada turno al bate para enfrentar a hombres que por lo general no regalan nada ni anuncian lo que van a tirar.
—Se ganó un evento donde no éramos favoritos después de caer en tres de los cuatro encuentros de la etapa clasificatoria, ¿qué funcionó a nuestro favor?
—La garra que siempre ha caracterizado al béisbol cubano. Ganamos el bueno, el juego del cruce, y luego logramos imponernos por el título. Al margen de lo que tenemos que mejorar, se demostró la calidad de nuestra pelota.
—¿Cuáles aspectos admiras más en Alfonso Urquiola como director?
—La confianza que deposita en cada pelotero. Asombra la calma que demuestra hasta en los momentos más tensos, y eso ofrece seguridad y una reacción positiva en los jugadores.
—A propósito, ¿cómo haces para disimular tan bien el nerviosismo?
—Al inicio del juego todos nos presionamos, hasta los más serenos. En la medida que pasan los innings uno controla el llamado prearranque. Claro, eso se ve más en unos que en otros. Pero te puedo asegurar que a mí también me afecta la ansiedad.
—¿Cómo valoras tu desempeño como refuerzo con el equipo de Matanzas?
—El rendimiento no ha sido como yo esperaba. De todas formas he sido muy bien acogido en esa provincia, así como por los peloteros y la dirección del equipo. Confío en poder tener un mejor desempeño en lo que resta de campaña para contribuir a la victoria de ese conjunto de mentalidad ganadora.
—¿Qué es lo que más falta te hace como pelotero?
—Yo estoy contento con mis resultados, pero pienso que debo continuar mejorando en todos los aspectos, tanto defensivos como ofensivos. Un pelotero debe perfeccionar su trabajo con la preparación diaria, nunca existen motivos suficientes para creerse que uno llegó al tope.
Luis Yander la O es nacido y criado en la localidad de Boniato, en Santiago de Cuba, donde vive en casa de sus padres junto a su esposa y la pequeña hija.
El antesalista cubano no desperdició la ocasión para exhibir en tierra puertorriqueña sus dotes de buen defensor, velocidad en las bases y excelente bateador. Conectó siete imparables en 16 turnos (igualó la marca de jits) y llamó la atención que la mayoría de sus batazos fueron empujando la bola por la banda derecha.
“Suelo batear hacia esa zona con mayor fortaleza, algo que aprendí desde las categorías infantiles y he perfeccionado en los últimos años”, comentó el refuerzo de los Cocodrilos en la segunda parte de la actual Serie Nacional.
A escasas horas de su regreso de Puerto Rico conversamos telefónicamente con este muchacho, casero, según destacó Yamil Ahuar, comisionado de béisbol en la provincia de Santiago de Cuba. El breve diálogo tuvo de fondo la voz intermitente de su hija Elizabeth, de un año y tres meses de edad. “Es lo menos parecido a su padre”, dijo sonriente Diana Rosa, la esposa de Yander, para señalar la constante intranquilidad de la niña.
—¿Qué te pareció la Serie del Caribe?
—Fue un buen torneo, muy exigente. Me impresionó la calidad de casi todos los peloteros y en particular la de los lanzadores. Son pitchers con amplio repertorio, con algunos envíos que no estamos acostumbrados a ver en nuestra pelota. Es preciso prepararse muy bien en cada turno al bate para enfrentar a hombres que por lo general no regalan nada ni anuncian lo que van a tirar.
—Se ganó un evento donde no éramos favoritos después de caer en tres de los cuatro encuentros de la etapa clasificatoria, ¿qué funcionó a nuestro favor?
—La garra que siempre ha caracterizado al béisbol cubano. Ganamos el bueno, el juego del cruce, y luego logramos imponernos por el título. Al margen de lo que tenemos que mejorar, se demostró la calidad de nuestra pelota.
—¿Cuáles aspectos admiras más en Alfonso Urquiola como director?
—La confianza que deposita en cada pelotero. Asombra la calma que demuestra hasta en los momentos más tensos, y eso ofrece seguridad y una reacción positiva en los jugadores.
—A propósito, ¿cómo haces para disimular tan bien el nerviosismo?
—Al inicio del juego todos nos presionamos, hasta los más serenos. En la medida que pasan los innings uno controla el llamado prearranque. Claro, eso se ve más en unos que en otros. Pero te puedo asegurar que a mí también me afecta la ansiedad.
—¿Cómo valoras tu desempeño como refuerzo con el equipo de Matanzas?
—El rendimiento no ha sido como yo esperaba. De todas formas he sido muy bien acogido en esa provincia, así como por los peloteros y la dirección del equipo. Confío en poder tener un mejor desempeño en lo que resta de campaña para contribuir a la victoria de ese conjunto de mentalidad ganadora.
—¿Qué es lo que más falta te hace como pelotero?
—Yo estoy contento con mis resultados, pero pienso que debo continuar mejorando en todos los aspectos, tanto defensivos como ofensivos. Un pelotero debe perfeccionar su trabajo con la preparación diaria, nunca existen motivos suficientes para creerse que uno llegó al tope.
Luis Yander la O es nacido y criado en la localidad de Boniato, en Santiago de Cuba, donde vive en casa de sus padres junto a su esposa y la pequeña hija.
Ahora si este es bueno, q diriamos de la epoca q en Cuba habian como 6 o 7 mejores terceras q este y no es por cogerla con el muchacho.
Omar Linares, Lazaro Vargas, Gabriel Pierre, Miguel Caldes, Rafael Acebey, Leonardo Goire.
Al menos los tres primeros, inigualables.
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