Después de cinco encuentros con mediana exigencia frente a Nicaragua, la selección nacional de béisbol subirá la parada en el venidero tope bilateral contra el plantel universitario de Estados Unidos, el cual se desarrollará del primero al 6 de julio en Carolina del Norte.
La apertura y el último desafío se efectuarán en el Nacional Training Complex de Cary, cuartel general de las escuadras norteñas en todas las categorías. Los dos siguientes compromisos serán en el Durham Bulls Athletic Park, sede los Durham Bulls, sucursal Triple A del Tampa Bay, mientras que el cuarto choque tendrá lugar en el BB&T Ballpark, la casa de los Charlotte Knights, otra escuadra de Ligas Menores del sistema de los Medias Blancas de Chicago.
El itinerario se pinta bien riguroso, con solo una jornada de descanso tras los cuatro primeros pleitos, detalle que permitirá al manager Roger Machado probar la respuesta y resistencia de la rotación de abridores, que en los Juegos Panamericanos de Toronto tendrá seis duelos en línea.
Al margen de dicha exigencia, el tope será una prueba de fuego por la tradicional calidad de los elencos colegiales norteños, repletos de prospectos de las Grandes Ligas que resaltan por su versatilidad y poder, además de una notable experiencia competitiva, teniendo en cuenta la cantidad de partidos que a estas edades acumulan los universitarios de Estados Unidos.
UN BOSQUEJO HISTÓRICO
Desde 1984 hasta la fecha existen registros de los duelos entre Cuba y las escuadras colegiales de Estados Unidos, recogidos en el sitio oficial USA Baseball. De acuerdo al conteo, los antillanos presentan balance ganador de 65 victorias y 35 derrotas, aunque en suelo norteamericano, los locales llevan ventaja de 22 triunfos y 20 fracasos, incluida una barrida (5-0) en el 2013.
Sin dudas, Cuba ha sufrido en carne propia el nivel de los elencos universitarios, y no hablo solo de estelares de antaño como Robin Ventura, Jim Abbot o Tino Martínez, sino de los talentos actuales, muchos de los cuales han encabezado las recientes selecciones del draft de las Grandes Ligas.
Por ejemplo, en la edición del 2014 fueron elegidos en la primera ronda verdugos de Cuba en años anteriores, como Carlos Rodon (tercera selección-Medias Blancas), Kyle Schwarber (4-Cubs), Michael Conforto (10-Mets), Trea Turner (13-Padres), Brandon Finnegan (17-Reales) y Matt Chapman (25-Atléticos).
La lista se incrementa si observamos el sorteo de este año, con los llamados, también en la vuelta inicial, a Dansby Swanson (1- Diamondbacks), Alex Bregman (2-Astros), Dillon Tate (4-Rangers), Tyler Jay (6-Mellizos), Carson Fulmer (8-Medias Blancas), James Kaprielian (16-Yankees), D. J. Stewart (25-Orioles) y Taylor Ward (26-Angelinos).
Todos estos hombres mostraron sus credenciales frente a nuestras novenas y no es descabellado pensar que la tropa de Roger Machado encontrará, otra vez, jugadores de nivel, en este caso con un fogueo importante, pues antes de chocar con Cuba ya habrán disputado diez encuentros, siete de ellos contra Taipei de China.
DEL BANCO A LA GRAMA
El compás de espera que se extendió durante 16 años tuvo su fin en el 2012 con la reanudación de los cotejos bilaterales entre ambas naciones, los cuales han sido un rotundo triunfo.
“Basándose en el éxito de los primeros tres años de esta serie de amistad renovada, (el próximo) será una experiencia increíble para los jugadores, entrenadores, aficionados y la comunidad internacional de béisbol”, declaró Paul Seiler, director ejecutivo de USA Baseball, quien añadió que resulta muy emocionante tener de rivales a los cubanos en cinco partidos competitivos.
Y lo cierto es que existe mucho interés por el duelo, en el que Ed Blankmeyer dirigirá a Estados Unidos. El mentor se ubica como el más laureado de la Universidad de St. John de Nueva York, con 647 victorias en 20 temporadas y más de mil partidos, y ya en el 2010 incursionó con el conjunto nacional como asistente del mentor Bill Kinneberg, guiando a estrellas actuales de las Grandes Ligas como Gerrit Cole, Sony Gray o George Springer.
Aquel elenco cayó por la mínima (4-3) ante Cuba en la final del Mundial Universitario de Tokio, Japón, por lo que Blankmeyer buscará el desquite en el inminente tope, para el cual cuenta con una preselección de 29 hombres con muchas armas.
Si hablamos de nombres propios por su rendimiento en la presente temporada, se debe seguir a Bobby Dalbec (15 jonrones y 53 impulsadas), Chris Okey (12-57), J. J. Schwarz (18-71), Corey Ray (11-56 y 34 bases robadas) y Nick Banks (8-48 y promedio de embasado de 450), este último con experiencia en la anterior confrontación frente a Cuba.
El cuerpo de pitcheo, compuesto por 18 tiradores, tiene ocho zurdos y destacan por el poder de su recta, casi todos por encima de las 90 millas, y el trabajo con los lanzamientos rompientes, aunque varios presentan problemas de control y localización. En el orden individual resaltan Mike Shawaryn (138 ponches y efectividad de 1,71), Brendan McKay (117-1,77) y Connor Jones (105-2,96).
Con esta novena, la exigencia para Cuba será máxima, lo cual le viene como anillo al dedo de cara a su gran reto de la contienda, los Juegos Panamericanos de Toronto, donde la única aspiración es recuperar el cetro perdido en Guadalajara 2011.
La apertura y el último desafío se efectuarán en el Nacional Training Complex de Cary, cuartel general de las escuadras norteñas en todas las categorías. Los dos siguientes compromisos serán en el Durham Bulls Athletic Park, sede los Durham Bulls, sucursal Triple A del Tampa Bay, mientras que el cuarto choque tendrá lugar en el BB&T Ballpark, la casa de los Charlotte Knights, otra escuadra de Ligas Menores del sistema de los Medias Blancas de Chicago.
El itinerario se pinta bien riguroso, con solo una jornada de descanso tras los cuatro primeros pleitos, detalle que permitirá al manager Roger Machado probar la respuesta y resistencia de la rotación de abridores, que en los Juegos Panamericanos de Toronto tendrá seis duelos en línea.
Al margen de dicha exigencia, el tope será una prueba de fuego por la tradicional calidad de los elencos colegiales norteños, repletos de prospectos de las Grandes Ligas que resaltan por su versatilidad y poder, además de una notable experiencia competitiva, teniendo en cuenta la cantidad de partidos que a estas edades acumulan los universitarios de Estados Unidos.
UN BOSQUEJO HISTÓRICO
Desde 1984 hasta la fecha existen registros de los duelos entre Cuba y las escuadras colegiales de Estados Unidos, recogidos en el sitio oficial USA Baseball. De acuerdo al conteo, los antillanos presentan balance ganador de 65 victorias y 35 derrotas, aunque en suelo norteamericano, los locales llevan ventaja de 22 triunfos y 20 fracasos, incluida una barrida (5-0) en el 2013.
Sin dudas, Cuba ha sufrido en carne propia el nivel de los elencos universitarios, y no hablo solo de estelares de antaño como Robin Ventura, Jim Abbot o Tino Martínez, sino de los talentos actuales, muchos de los cuales han encabezado las recientes selecciones del draft de las Grandes Ligas.
Por ejemplo, en la edición del 2014 fueron elegidos en la primera ronda verdugos de Cuba en años anteriores, como Carlos Rodon (tercera selección-Medias Blancas), Kyle Schwarber (4-Cubs), Michael Conforto (10-Mets), Trea Turner (13-Padres), Brandon Finnegan (17-Reales) y Matt Chapman (25-Atléticos).
La lista se incrementa si observamos el sorteo de este año, con los llamados, también en la vuelta inicial, a Dansby Swanson (1- Diamondbacks), Alex Bregman (2-Astros), Dillon Tate (4-Rangers), Tyler Jay (6-Mellizos), Carson Fulmer (8-Medias Blancas), James Kaprielian (16-Yankees), D. J. Stewart (25-Orioles) y Taylor Ward (26-Angelinos).
Todos estos hombres mostraron sus credenciales frente a nuestras novenas y no es descabellado pensar que la tropa de Roger Machado encontrará, otra vez, jugadores de nivel, en este caso con un fogueo importante, pues antes de chocar con Cuba ya habrán disputado diez encuentros, siete de ellos contra Taipei de China.
DEL BANCO A LA GRAMA
El compás de espera que se extendió durante 16 años tuvo su fin en el 2012 con la reanudación de los cotejos bilaterales entre ambas naciones, los cuales han sido un rotundo triunfo.
“Basándose en el éxito de los primeros tres años de esta serie de amistad renovada, (el próximo) será una experiencia increíble para los jugadores, entrenadores, aficionados y la comunidad internacional de béisbol”, declaró Paul Seiler, director ejecutivo de USA Baseball, quien añadió que resulta muy emocionante tener de rivales a los cubanos en cinco partidos competitivos.
Y lo cierto es que existe mucho interés por el duelo, en el que Ed Blankmeyer dirigirá a Estados Unidos. El mentor se ubica como el más laureado de la Universidad de St. John de Nueva York, con 647 victorias en 20 temporadas y más de mil partidos, y ya en el 2010 incursionó con el conjunto nacional como asistente del mentor Bill Kinneberg, guiando a estrellas actuales de las Grandes Ligas como Gerrit Cole, Sony Gray o George Springer.
Aquel elenco cayó por la mínima (4-3) ante Cuba en la final del Mundial Universitario de Tokio, Japón, por lo que Blankmeyer buscará el desquite en el inminente tope, para el cual cuenta con una preselección de 29 hombres con muchas armas.
Si hablamos de nombres propios por su rendimiento en la presente temporada, se debe seguir a Bobby Dalbec (15 jonrones y 53 impulsadas), Chris Okey (12-57), J. J. Schwarz (18-71), Corey Ray (11-56 y 34 bases robadas) y Nick Banks (8-48 y promedio de embasado de 450), este último con experiencia en la anterior confrontación frente a Cuba.
El cuerpo de pitcheo, compuesto por 18 tiradores, tiene ocho zurdos y destacan por el poder de su recta, casi todos por encima de las 90 millas, y el trabajo con los lanzamientos rompientes, aunque varios presentan problemas de control y localización. En el orden individual resaltan Mike Shawaryn (138 ponches y efectividad de 1,71), Brendan McKay (117-1,77) y Connor Jones (105-2,96).
Con esta novena, la exigencia para Cuba será máxima, lo cual le viene como anillo al dedo de cara a su gran reto de la contienda, los Juegos Panamericanos de Toronto, donde la única aspiración es recuperar el cetro perdido en Guadalajara 2011.
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