La lluvia no permitió en la noche de este miércoles que el actual campeón cubano, Granma, con ventaja de 3-1, buscara la estocada definitiva a Matanzas, o que este equipo lograra mantener un hálito de vida en una de las semifinales de la LVII Serie Nacional de Béisbol. Una vez más los pronósticos de muchos serían deshechos por la realidad beisbolera en el terreno de juego, de concretarse, lo que parece inminente, la barrida hoy de Los Alazanes en el “Mártires de Barbados” o su triunfo después en el Victoria de Girón”.
Luego del revés inicial (7-1) ante un intransitable Yoani Yera, los granmenses se impusieron, en distintas circunstancias de juego, de predominio ofensivo o de duelos de pitcheo, para confirmar lo dicho por su director Carlos Martí: “No por gusto fuimos Campeones”.
Supieron recuperarse para ganar por la mínima el segundo partido (12-11), en que mayoreaban ampliamente, pero varios de sus serpentineros sustitutos fallaron estrepitosamente, en un bullicioso estadio, el “Victoria de Girón”.
En los dos desafíos siguientes, en el “Mártires de Barbados”, resultaron baluartes de las victorias (7-2 y 3-1) los comportamientos monticulares de los abridores Alaín Sánchez, quien ganó también, de relevo, el juego precedente y Lázaro Blanco, con faena completa e impecable, para desquitarse de dos reveses anteriores ante los yumurinos, factores complementados en ambos encuentros con batazos impulsadores y mejor defensa.
Lecciones de oficio y sabiduría en el puente de mando nos ha dado el mentor Carlos Martí. Hasta ahora la realidad evidenció la certeza de los argumentos, al explicar el por qué de varias de sus decisiones, tan criticadas por otros, como en la selección de refuerzos y en privilegiar la defensa del ala izquierda, en detrimento de más ofensiva, lo cual acotó atinadamente al decir que bateo tenía para hacer carreras, pero debía evitar que le marcaran más ante un pitcheo suyo que no es profundo.
En la otra semifinal, con el duelo 1-1, Las Tunas e Industriales se trasladaron desde el “Julio Antonio Mella” hasta el Latinoamericano, para continuar hoy la contienda. Vimos, en general, a los capitalinos mejor, a pesar del empuje de Los Leñadores (9-7 y 5-12), que lograron dos veces revertir el marcador desfavorable, pero en la segunda ocasión no pudieron contener luego el furioso ataque azul de las postrimerías.
En su amplia plaza, seguramente repleta, aumenta el poderío de los Industriales, unido, a su favor, mayor experiencia de los jugadores, curtidos para estas batallas. Sin embargo, les será complicado mellar las hachas afiladas de unos Leñadores, que no se conforman con haber ya sobrecumplido. Les acompañan y le sean suerte a los tuneros, no solo sus tradicionales seguidores, sino también los anti industrialistas y anti mentor Víctor Mesa, que no son pocos en el país. Esta lucha puede tener un desenlace de suspense.
Entonces, tendremos una final: ¿Granma-Industriales? o ¿Granma-Las Tunas?
Luego del revés inicial (7-1) ante un intransitable Yoani Yera, los granmenses se impusieron, en distintas circunstancias de juego, de predominio ofensivo o de duelos de pitcheo, para confirmar lo dicho por su director Carlos Martí: “No por gusto fuimos Campeones”.
Supieron recuperarse para ganar por la mínima el segundo partido (12-11), en que mayoreaban ampliamente, pero varios de sus serpentineros sustitutos fallaron estrepitosamente, en un bullicioso estadio, el “Victoria de Girón”.
En los dos desafíos siguientes, en el “Mártires de Barbados”, resultaron baluartes de las victorias (7-2 y 3-1) los comportamientos monticulares de los abridores Alaín Sánchez, quien ganó también, de relevo, el juego precedente y Lázaro Blanco, con faena completa e impecable, para desquitarse de dos reveses anteriores ante los yumurinos, factores complementados en ambos encuentros con batazos impulsadores y mejor defensa.
Lecciones de oficio y sabiduría en el puente de mando nos ha dado el mentor Carlos Martí. Hasta ahora la realidad evidenció la certeza de los argumentos, al explicar el por qué de varias de sus decisiones, tan criticadas por otros, como en la selección de refuerzos y en privilegiar la defensa del ala izquierda, en detrimento de más ofensiva, lo cual acotó atinadamente al decir que bateo tenía para hacer carreras, pero debía evitar que le marcaran más ante un pitcheo suyo que no es profundo.
En la otra semifinal, con el duelo 1-1, Las Tunas e Industriales se trasladaron desde el “Julio Antonio Mella” hasta el Latinoamericano, para continuar hoy la contienda. Vimos, en general, a los capitalinos mejor, a pesar del empuje de Los Leñadores (9-7 y 5-12), que lograron dos veces revertir el marcador desfavorable, pero en la segunda ocasión no pudieron contener luego el furioso ataque azul de las postrimerías.
En su amplia plaza, seguramente repleta, aumenta el poderío de los Industriales, unido, a su favor, mayor experiencia de los jugadores, curtidos para estas batallas. Sin embargo, les será complicado mellar las hachas afiladas de unos Leñadores, que no se conforman con haber ya sobrecumplido. Les acompañan y le sean suerte a los tuneros, no solo sus tradicionales seguidores, sino también los anti industrialistas y anti mentor Víctor Mesa, que no son pocos en el país. Esta lucha puede tener un desenlace de suspense.
Entonces, tendremos una final: ¿Granma-Industriales? o ¿Granma-Las Tunas?