La Dirección Nacional de Béisbol (DNB) acaba de emitir su Circular número 3 del presente campeonato cubano, que da cuenta de solo un trío de expulsiones a lo largo de los primeros 47 desafíos.

Según el documento, únicamente dos lanzadores y un jardinero han sido echados del terreno de juego por los árbitros actuantes, y ahora serán objeto de multas de 200 pesos que se les aplicarán en el cobro correspondiente al mes de diciembre.

Tales son los casos de los pitchers David Brito Pérez (Camagüey) y Ulfrido García Andújar (Santiago), así como del patrullero avileño Yoelvis Fiss Morales.

Mientras, en una Circular previa se conoció la controversial reglamentación para consultar jugadas en la televisión, que comienza aclarando que tales situaciones solo serán atendidas en los choques transmitidos por la TV nacional.

Seguidamente, el texto apunta que los directores de equipos pueden hacer sus solicitudes de este modo: una del 1º al 6º inning, dos del 7º al 9º, y otra más en caso de extrainning.

Apenas cinco tipos de jugadas se podrán reclamar:

-jonrones dudosos;

-outs donde la bola evidentemente esté en el suelo;

-batazos de línea o fly que pican cerca de la raya de foul;

-fildeos a cordón de zapato;

-y jugadas donde evidentemente el fildeador atrapa la pelota fuera de la base.

Por último, a la hora de las reclamaciones, los tres árbitros no involucrados en la decisión, el Supervisor de Árbitros y el Comisario Técnico revisarán el vídeo, manteniendo contacto con el puesto de mando de la DNB.

Personalmente, tengo la sensación de que la imposición de multas se hacía tan necesaria en nuestra pelota como el propio aumento de los salarios (una cosa dependía de la otra, claro está), pero sigo pensando que la revisión de jugadas en vídeo demorará aún más los (de por sí dilatados) encuentros.

Al final, por más que nos cueste admitirlo, no disponemos del soporte tecnológico necesario para que cada reclamación termine en un fallo inapelable. Cuando la Serie entre en su fase decisiva, lloverán las apelaciones, se ampliarán las demoras, y en no pocas ocasiones quedarán, como sombras indemnes, las dudas.