Los Reales de Kansas City contaron con una tremenda actuación en el montículo de Yordano Ventura y desataron una ofensiva despiadada para vencer el martes por la noche 10-0 a los Gigantes de San Francisco y empatar 3-3 la Serie Mundial.
De paso, los azules le regalaron al mundo de los deportes ese evento que todos quieren disfrutar en una final de cualquier circuito: un séptimo encuentro en el que todo se magnifica.
Desde la misma primera entrada quedaba claro que Jake Peavy no contaría con lo necesario para aplacar una alineación local que estaba ávida de dejar atrás los problemas experimentados en la Bahía de San Francisco.
Peavy, un veterano de mil batallas, a duras penas salió de una complicación en el capítulo inicial, pero en el segundo no pudo enmascarar más sus carencias y tuvo que abandonar el choque tras sacar apenas un out en el tramo.
El derecho, ya muy cercano al fin de su carrera, se fue a las duchas con cinco hits, seis carreras a su cuenta, y dejando a su equipo en un hueco del que no se recuperaría jamás, sobre todo por la manera en que se comportó Ventura.
Kansas City anotó siete en la segunda entrada y nunca más miró hacia atrás.
Los Reales explotaron el pitcheo de los Gigantes al son de 15 imparables, incluidos seis dobles y un jonrón de Mike Moustakas, con destaque individual para Lorenzo Cain, quien impulsó tres, mientras que Eric Hosmer lo secundaba con dos para el plato.
Sin duda, el retorno al Kauffman Stadium y de Nori Aoki y Billy Butler a la alineación devolvió balance y confianza a Kansas City, que este miércoles contará en el box con los servicios de Jeremy Guthrie.
Y todo ese ataque ofensivo obró maravillas para un Ventura, el quinto dominicano que abre un partido en Serie Mundial que en cada gesto brindaba un homenaje a su fallecido amigo Oscar Taveras.
Ventura estuvo bien -a pesar de regalar cuatro boletos- al aceptar apenas tres indiscutibles en siete episodios, una faena que deja todo listo para un partido decisivo en el cual los Reales tratarán de conquistar la segunda corona de su historia.
Por el momento, San Francisco reveló que piensa utilizar como abridor en el séptimo encuentro al también veterano Tim Hudson, quien ha sido uno de los grandes serpentineros de los últimos tiempos.
El manager de los Gigantes, Bruce Bochy, indicó que el estelar Madison Bumgarner estaría disponible en el bullpen, pero eso podría cambiar.
De paso, los azules le regalaron al mundo de los deportes ese evento que todos quieren disfrutar en una final de cualquier circuito: un séptimo encuentro en el que todo se magnifica.
Desde la misma primera entrada quedaba claro que Jake Peavy no contaría con lo necesario para aplacar una alineación local que estaba ávida de dejar atrás los problemas experimentados en la Bahía de San Francisco.
Peavy, un veterano de mil batallas, a duras penas salió de una complicación en el capítulo inicial, pero en el segundo no pudo enmascarar más sus carencias y tuvo que abandonar el choque tras sacar apenas un out en el tramo.
El derecho, ya muy cercano al fin de su carrera, se fue a las duchas con cinco hits, seis carreras a su cuenta, y dejando a su equipo en un hueco del que no se recuperaría jamás, sobre todo por la manera en que se comportó Ventura.
Kansas City anotó siete en la segunda entrada y nunca más miró hacia atrás.
Los Reales explotaron el pitcheo de los Gigantes al son de 15 imparables, incluidos seis dobles y un jonrón de Mike Moustakas, con destaque individual para Lorenzo Cain, quien impulsó tres, mientras que Eric Hosmer lo secundaba con dos para el plato.
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