Lo que parecía no fue. El paso adelante que muchos elogiaron cuando se filtró la noticia de la posible transmisión casi en directo de la Serie Mundial de la MLB por la televisión cubana, quedó solo en el deseo. En el rumor.

Este 24 de octubre a las 9:00 de la noche –la hora prevista para transmitir el primer partido de la WS 2017 en Cuba, según lo filtrado en las redes– el canal Tele Rebelde puso en pantalla (por enésima vez) el filme deportivo Amor en juego, que cuenta la historia de un fanático del club de fútbol inglés Arsenal.

Nada que ver con el béisbol. Mucho menos con la Serie Mundial.

Cuando los aficionados cubanos esperaban disfrutar –no exactamente en vivo por un presumible retraso para eliminar la publicidad de la transmisión original– del duelo entre los Dodgers de Los Ángeles y los Astros de Houston, la realidad los bajó de la nube. En lugar del protagonismo de Puig, Gurriel, Turner, Altuve, Kershaw y compañía, los fanáticos de la Isla tuvieron que conformarse con la actuación de los británicos Colin Firth y Ruth Gemmell y sus devaneos futbolísticos y amorosos.

Muchos cambiaron el canal, otros apagaron el televisor. Decepcionados. Nuevamente.

La inquietud había comenzado horas antes, con el silencio sobre la añorada transmisión en las carteleras y los espacios deportivos “oficiales” de la TV. Algunos comentarios a la información previa que publicamos en nuestro sitio sobre los rumores de la transmisión, mostraban ya preocupación e incredulidad, aun cuando un artículo del periódico Granma elogioso sobre la actuación de Puig, Gurriel y otros peloteros cubanos en las Grandes Ligas –como resultado de un sello “Made in Cuba”– daba todavía visos de esperanza.

Omar Fontes, asesor en el Instituto Cubano de Radio y Televisión, quien había anunciado el lunes en su perfil de Facebook lo que él mismo calificó de “notición”, cambió el tono este martes al comentar un post de Silvio Rodríguez en el blog Segunda Cita.

“De lo q puse ayer de la Serie Mundial de pelota, ahora es gris con pespuntes negros la posibilidad de que hoy salga al aire…”, escribió Fontes en un paréntesis a su comentario sobre el texto del trovador y bloguero titulado “Mi truene del ICR”.

Las reacciones no se hicieron esperar. El conocido analista beisbolero Jesús Suárez Balmaña, quien horas antes había celebrado la posibilidad de la transmisión aun cuando esta se produjera con el retraso de “minutos o innings diferidos”, no ocultó su contrariedad.

“Sería MUY PENOSO! UNA NUEVA VUELTA ATRÁS A LA ROSCA DE LA INFAME ESTUPIDEZ! HASTA CUANDO?”, escribió en su muro de Facebook como respuesta al “gris augurio” publicado por Fontes en su comentario al post de Silvio.

Como él, muchos mostraron su pesar y cruzaron los dedos a lo largo de la Isla. Pero a pesar de estos augurios y el mutis oficial, no pocos aficionados conservaron la fe y esperaron la supuesta hora de la transmisión para terminar dolidos y cabizbajos.

¿Qué sucedió? ¿Realmente se valoró institucionalmente la puesta en pantalla de la Serie Mundial? ¿O fue un comentario de pasillo que ganó relevancia arropado por la añoranza y el deseo?

¿Pudo más el temor a los significados “riesgosos” para algunos de un hecho inédito en Cuba en las últimas décadas, que los significados “alentadores” del mismo para tantos aficionados dentro de la Isla?

¿Sería esto coherente con una política de transmisión que –con timidez y lentitud pero cierta al fin y al cabo– ha venido visibilizando en Cuba en los últimos años la actuación de los peloteros cubanos en la MLB y otras ligas del mundo?

¿Acaso esta misma temporada no se han transmitido ya, aun cuando fuese de forma diferida, partidos donde intervinieron Puig, Gurriel, Abreu, Chapman y otras figuras que en su momento abandonaron la Isla o las selecciones cubanas en el exterior? ¿El silencio de este 24 de octubre entraña entonces próximos silencios o, al menos, se mantendrán las transmisiones diferidas por Tele Rebelde?

Son muchas las preguntas en el tintero y, mientras tanto, la WS 2017 es ya una realidad más allá de las pantallas cubanas. Gústele a quien le guste.

Clayton Kershaw exorcizó sus demonios en el primer juego de la Serie Mundial de las Grande Ligas. Colgados de su brazo durante siete innings, los Dodgers ganaron 3 carreras por 1 a los Astros de Houston de José Altuve y Yuli Gurriel. El mejor lanzador de MLB logró quitarse el sambenito de no lanzar bien en postemporada, repartió 11 ponches y permitió solo 3 hits.

Los relevistas dieron los dos ceros restantes. Brandon Morrow lanzó el octavo y Kenley Jansen puso el cerrojo en el noveno inning. De esta forma, el bullpen del equipo de Los Ángeles lleva 25 innings sin permitir carreras en esta postemporada.

El cubano Yasiel Puig estrenó look y se ubicó cuarto en la alineación, pero no pudo batear en su primer juego de Serie Mundial. No conectó hits en tres turnos al bate, pero su compañero de equipo, el barbarroja Justin Turner, sentenció el partido con jonrón de dos carreras para romper el empate en la sexta entrada.

Del otro lado, Gurriel ancló quinto en la tanda y sufrió los golpes del huracán Kershaw. Bateó de 3-0 con dos ponches, una muestra sintomática del gran mal de los Astros en estos play off: su ofensiva no produce en casa del rival.

No estuvo mal el abridor de Houston. Dallas Keuchel –ganador del Cy Young en 2015– se equivocó en dos lanzamientos que costaron dos jonrones. Con dos swines, el de Turner y el de Cris Taylor en la misma primera entrada, terminó su historia de 6.2 innings.

Los Dodgers comenzaron con el pie derecho su búsqueda por una corona que obtuvieron, por última vez, en 1988.

En el segundo juego, este miércoles, los Astros dependerán de su mejor carta en la postemporada, el renacido Justin Verlander, para permanecer en la pelea por su primer anillo. En la lomita del frente estará Rich Hill.

Si los de Los Ángeles triunfan nuevamente, empujarían a Houston a un abismo del que difícilmente podrá salir.

En el Dodgers Stadium se vive un enfrentamiento épico en el que los cubanos Puig, Gurriel y Grandal son protagonistas. Y la afición de la Isla tendrá que verlo –si por fin se proyecta en la televisión nacional– con días de retraso. O, en el más seguro de los casos, en el Paquete Semanal.