La novena de la Isla de la Juventud, territorio ubicado aproximadamente a 95 kilómetros de la isla grande, se aferra a los últimos puestos clasificatorios del presente clásico beisbolero nacional tras dividir honores este miércoles con los Alazanes granmenses, segundos de la clasificación.
Los Piratas pineros han mostrado capacidad para levantarse de los golpes más fuertes, como el sufrido a primera hora (nocao de 15-2) en Nueva Gerona, y sacar luego una importante sonrisa para mantenerse en el cuarto escaño de la tabla (sin incluir los duelos nocturnos), bien cerca de Industriales, tercero.
“Unidad, disciplina, cumplimiento de los planes tácticos, confianza en nuestras posibilidades, estudio del contrario, las mejores variantes para enfrentar a cada uno, esas han sido las bases de los éxitos cosechados hasta el momento”, expresó a Granma el manager José Luis Rodríguez.
“Enriquecimos la ofensiva con jugadas de habilidad como el robo, el toque de bola, el factor sorpresa, elementos con los cuales contrarrestamos nuestra falta de poder. Además, nos enfocamos en fabricar las carreras necesarias para que nuestro pitcheo, inexperto en su mayoría, no trabaje con excesiva presión, y también hicimos mucho hincapié en elevar el nivel defensivo”, añadió el estratega, quien aspira a clasificar y superar el séptimo lugar de los dos últimos años.
Dicho objetivo es bien complicado, más si tenemos en cuenta que los Piratas presentan balance negativo (cinco victorias y nueve fracasos) en la segunda fase, sin una respuesta del todo efectiva de sus refuerzos, a quienes les ha costado acoplarse a la dinámica del conjunto tras incorporarse justo al comenzar la etapa.
“En el descanso por fin de año, les dimos pase y la lógica posibilidad de compartir con su familia a los atletas de La Habana que tenemos en nuestras filas. Nos mantuvimos entrenando, pero no existía dinámica colectiva, faltaban muchos jugadores”, confesó Rodríguez.
“Además, los refuerzos se incorporaron en Pinar del Río, sin ninguna sesión previa de entrenamiento, así se nos hizo muy complicado solventar de manera positiva la primera semana del campeonato ante equipos muy fuertes. Todavía hoy esto nos afecta, en 15 días no se logra team work, ni con los jugadores más experimentados del mundo, pero no hemos perdido la fe ni la confianza a causa de las derrotas. Con estos muchachos jóvenes se corre ese riesgo, porque se pueden desesperar, aunque hasta ahora se han comportado muy bien, con mucha seriedad”, explicó el mentor.
No obstante, Rodríguez tiene confianza en sus nuevos valores, jóvenes en su mayoría, a quienes seleccionó para tratar de mantener la misma línea de su equipo. “En el pitcheo reforzamos con brazos fuertes, hombres trabajadores, que pueden acumular la mayor cantidad de entradas de calidad posibles, y la ofensiva con otros muchachos versátiles, de perspectivas”, acuñó.
Más allá de todos estos factores, a los parciales pineros les preocupa que Isla de la Juventud no haya logrado mantener estabilidad en los tramos conclusivos de las últimas temporadas, detalle que el director del conjunto espera que no se repita.
“Este año ha sido diferente, porque comenzamos mal, enredados, y después se vio el repunte que nos permitió clasificar a la segunda ronda con un balance positivo. Nos enfocamos particularmente en la preparación física, a fin de llegar en mejor condición al final y superar la cantidad de victorias que hemos logrado en la mitad conclusiva de las últimas campañas”, concluyó Rodríguez.
Los Piratas pineros han mostrado capacidad para levantarse de los golpes más fuertes, como el sufrido a primera hora (nocao de 15-2) en Nueva Gerona, y sacar luego una importante sonrisa para mantenerse en el cuarto escaño de la tabla (sin incluir los duelos nocturnos), bien cerca de Industriales, tercero.
“Unidad, disciplina, cumplimiento de los planes tácticos, confianza en nuestras posibilidades, estudio del contrario, las mejores variantes para enfrentar a cada uno, esas han sido las bases de los éxitos cosechados hasta el momento”, expresó a Granma el manager José Luis Rodríguez.
“Enriquecimos la ofensiva con jugadas de habilidad como el robo, el toque de bola, el factor sorpresa, elementos con los cuales contrarrestamos nuestra falta de poder. Además, nos enfocamos en fabricar las carreras necesarias para que nuestro pitcheo, inexperto en su mayoría, no trabaje con excesiva presión, y también hicimos mucho hincapié en elevar el nivel defensivo”, añadió el estratega, quien aspira a clasificar y superar el séptimo lugar de los dos últimos años.
Dicho objetivo es bien complicado, más si tenemos en cuenta que los Piratas presentan balance negativo (cinco victorias y nueve fracasos) en la segunda fase, sin una respuesta del todo efectiva de sus refuerzos, a quienes les ha costado acoplarse a la dinámica del conjunto tras incorporarse justo al comenzar la etapa.
“En el descanso por fin de año, les dimos pase y la lógica posibilidad de compartir con su familia a los atletas de La Habana que tenemos en nuestras filas. Nos mantuvimos entrenando, pero no existía dinámica colectiva, faltaban muchos jugadores”, confesó Rodríguez.
“Además, los refuerzos se incorporaron en Pinar del Río, sin ninguna sesión previa de entrenamiento, así se nos hizo muy complicado solventar de manera positiva la primera semana del campeonato ante equipos muy fuertes. Todavía hoy esto nos afecta, en 15 días no se logra team work, ni con los jugadores más experimentados del mundo, pero no hemos perdido la fe ni la confianza a causa de las derrotas. Con estos muchachos jóvenes se corre ese riesgo, porque se pueden desesperar, aunque hasta ahora se han comportado muy bien, con mucha seriedad”, explicó el mentor.
No obstante, Rodríguez tiene confianza en sus nuevos valores, jóvenes en su mayoría, a quienes seleccionó para tratar de mantener la misma línea de su equipo. “En el pitcheo reforzamos con brazos fuertes, hombres trabajadores, que pueden acumular la mayor cantidad de entradas de calidad posibles, y la ofensiva con otros muchachos versátiles, de perspectivas”, acuñó.
Más allá de todos estos factores, a los parciales pineros les preocupa que Isla de la Juventud no haya logrado mantener estabilidad en los tramos conclusivos de las últimas temporadas, detalle que el director del conjunto espera que no se repita.
“Este año ha sido diferente, porque comenzamos mal, enredados, y después se vio el repunte que nos permitió clasificar a la segunda ronda con un balance positivo. Nos enfocamos particularmente en la preparación física, a fin de llegar en mejor condición al final y superar la cantidad de victorias que hemos logrado en la mitad conclusiva de las últimas campañas”, concluyó Rodríguez.
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