El año 2014 estuvo marcado por la desaparición física de varios exponentes de la cultura y el deporte. En el caso del béisbol, el afamado lanzador Conrado Eugenio Marrero Ramos, leyenda de la pelota mundial, falleció el 23 de abril cuando apenas le faltaban 48 horas para arribar a su 103 cumpleaños.

El Guajiro de Laberinto, el Premier o Connie, como quieran llamarlo, escaló la lomita en varios diamantes de Cuba, Estados, México y Nicaragua, escenarios donde conquistó más de 300 victorias.

En el Coloquio Nacional Museo y Salón de la Fama del Béisbol Cubano: de la utopía a la realidad, celebrado con el auspicio del INDER fue uno de los diez peloteros —cinco de la etapa de 1864 a 1961 e igual cantidad desde 1962 hasta la fecha— , exaltados al Salón de la Fama de la pelota criolla.

Otro beisbolista que también abandonó la vida en el transcurso de estos meses fue el también lanzador Ernesto Chico Morilla, quien se desempeñó con los clubes de Miami Beach, Diablos Rojos, Habana y Cienfuegos.

Serpentinero como Marrero y Chico Morilla fueron también el otrora integrante de los equipos Metropolitanos e Industriales, Luis Felipe Díaz y el zurdo José Modesto Darcourt, el Chiqui, uno de los mejores tiradores de su brazo que han transitado por las series nacionales, en las que acumuló más de cien sonrisas, además de integrar la selección nacional al mundial de 1980 y la Copa Intercontinental de 1981.