A pesar de caer en la Gran Final frente a los Tigres de Ciego de Ávila, los Piratas de Isla de la Juventud escribieron una de las páginas más épicas y memorables del béisbol cubano en las últimas décadas.

Guiado por el mentor José Luis Rodríguez Pantoja, el plantel ultramarino desplegó una combatividad sin límites para dejar fuera de la postemporada a dos colosos como Pinar del Río e Industriales, y luego apeló a su estirpe guerrera para eliminar en semifinales a Matanzas, líder de la campaña regular.

El ilustre veterano Michel Enríquez, uno de los sobrevivientes de aquella destacada generación de peloteros isleños que logró el tercer puesto en la temporada 1998-1999, aseguró que la emoción vivida en la Gran Final contra Ciego de Ávila es casi comparable a la de haber conquistado el título de campeón.

Estos jóvenes Piratas me han inspirado para seguir adelante en el béisbol, aseveró el destacado antesalista, quien agradeció el extraordinario apoyo desplegado por los aficionados de Isla de la Juventud y por seguidores de toda Cuba que hicieron suya la causa de la armada filibustera.

A su vez, el experimentado Luis Felipe Rivera elogió la combatividad de la nueva hornada de jugadores isleños, junto al decisivo aporte de atletas provenientes de otras provincias que llevaron con orgullo el uniforme de Isla de la Juventud.

Tras muchos obstáculos logramos llegar a la final del campeonato y nos vimos con posibilidades de conquistar la corona, pero Ciego de Ávila jugó mejor y mereció la victoria, aseveró el veterano inicialista de 19 temporadas.

Aunque acariciamos el título, vamos a celebrar por todo lo alto esta medalla de plata que constituye nuestro mejor resultado histórico y nos compromete para seguir en el deporte activo y lograr un buen resultado en la próxima campaña, significó Luis Felipe Rivera.

Con la ausencia en la postemporada de los llamados Cuatro Grandes del béisbol cubano –Pinar del Río, Industriales, Santiago de Cuba y Villa Clara-, muchos vaticinaron una postemporada beisbolera carente de atractivo.

Sin embargo, los Piratas de Isla de la Juventud se robaron el protagonismo y lograron salvar el espectáculo al plantarles cara a unos Tigres de Ciego de Ávila que debieron emplearse al máximo de sus potencialidades para regresar al trono del clásico doméstico.