Contrario a lo sucedido en los torneos internacionales precedentes, fue la ofensiva el punto más alto del equipo cubano que nos representó en el III Clásico Mundial de Béisbol. En las dos rondas del certamen en que participaron, nuestros peloteros batearon colectivamente para más de .300 —ocho sobrepasaron esa barrera—, conectaron 24 extrabases, y entre ellos 11 cuadrangulares.

Hombres como el matancero José Miguel Fernández (.524), Frederich Cepeda (.474), Alfredo Despaigne (.389), o Yasmani Tomás (.375) brillaron con el madero en ristre. Sin embargo, algunos de ellos no han retornado a la acción de la misma manera en este tramo definitorio de la presente Serie Nacional.

En opinión de los entendidos, resulta muy difícil mantener la óptima forma deportiva conseguida en base a un objetivo específico. Y en este caso, se trató de que todos llegaran en plenitud de facultados al importantísimo torneo universal. Más complicada resulta esa «conservación» para atletas que estuvieron preparándose arduamente durante un período prolongado.

Si fuese el cansancio el motivo de algunos discretos «arranques», lo cierto es que, atendiendo a los numeritos de la segunda fase, este no ha afectado a todos por igual. Entre los seleccionados, contrastaban los desempeños del matancero Fernández y el avileño Raúl González, quienes bateaban antes de los duelos de este jueves para .370 y .192, respectivamente.

Entre lo más desacostumbrado está el average del espirituano Frederich Cepeda (.167), quien según las estadísticas de la Federación Cubana solo había conectado cuatro imparables en 24 comparecencias, aunque tres de ellos fueron de más de una base.

Tampoco el pinareño Yosvani Peraza (de 27-5) y el «reconvertido» granmense Alfredo Despaigne (24-5) se han reencontrado hasta el momento con su mejor forma, y esto ha influido para que la tropa de Giraldo González no acabe de levantar presión. Algo parecido sucede al capitalino Yasmani Tomás (.250) y al espirituano Eriel Sánchez (.227), este último tras haber cumplido una primera etapa con el madero caliente.

Más estable marchan los pineros Andy Ibáñez (.348) y Luis Felipe Rivera (.321), quien este jueves conectó uno de los cinco imparables que necesitaron los dirigidos por Mandy Jhonson para poner la escoba en las narices de los villaclareños.

Otro salió oportunamente del «refuerzo» tunero Joan Carlos Pedroso, para en el mismo tercer inning poner cifras definitivas a la lechada que comenzó a pintar Joan López. De darle la última «mano» se encargó Héctor Manuel Mendoza, impecable en la faena de sacar los nueve outs finales.

Con ese resultado los Tiburones —me dicen que es el ícono elegido por los de la isla más joven— se consolidaron en la cuarta posición, para sorpresa de muchos y beneplácito de todos los que reconocen la calidad del béisbol que están jugando.

Cambios inesperados

La Dirección Nacional de Béisbol anunció dos bajas que implican directamente a los equipos de Matanzas e Isla de la Juventud, según anunció el sitio digital JIT.

Por lesión en su brazo de lanzar, el veloz derecho guantanamero Alexander Rodríguez será sustituido por el holguinero Carlos González Sosa, y el jardinero santiaguero Alexei Bell, con el dedo pulgar derecho inmovilizado, por el granmense Urmaris Guerra.

Ambos «descartados» integraron el equipo cubano que participó en el III Clásico. Rodríguez había sido escogido por el mentor Víctor Mesa para reforzar a Matanzas, y Bell para estar con Isla de la Juventud.

Recientemente, el director de los Tiburones, Armando Jhonson, declaró que esperaría por la recuperación de Bell, pero valorada la situación del destacado jugador indómito, decidió convocar a Guerra.

El granmense jugaba con su armada en la segunda división en el momento de la elección. El jugador ya se encuentra vistiendo la camiseta del equipo isleño. En la primera etapa de la campaña promedió para .237 (28 en 118).

Por su parte el holguinero tiene trío de victorias y par de reveses en la actual etapa con 3.90 de promedio de carreras limpias permitidas por juego de nueve innings. Antes, en la fase eliminatoria, salió airoso en tres y cedió en cinco con 2.10 PCL.