Por estos días, me he ido a la cama con algunos pensamientos que no acabo de escribir porque no hay prisa. Cosas que debo decir antes de dormir, y en algún momento de la noche me las digo a mi mismo porque no hay prisa.
Cosas del tipo que no tienen que ser escritas inmediatamente como si fueran a escapar. Pero hoy la duda me asalta y tal vez sea preciso decirlo ahora antes de que pasen otras 24 horas. El béisbol cubano atraviesa por una de sus peores rachas de los últimos 8 años. Quien tenga dudas ya lo puede leer aquí.
Tal vez, el barco de este béisbol se halle solo en la tempestad, y el mar lo único que hace sea incrementar las olas que se estrellan contra la nave estropeándola más, e inundando por si fuera poco sus cubiertas. Olas gigantes de odio y a 15 metros intentan romperlo todo, nuestro héroe (el barco) es estoico y se mantiene flotando en la inercia del mar.
Vuelve a pasar un nuevo día y se repite la tormenta de la noche anterior como si fueran las estaciones del año o The Truman Show. Lo que está pasando ahora mismo en el béisbol cubano es la pérdida de su propia memoria.
El éxodo de jugadores ha empujado para que se acelere este nuevo proceso que aunque consiste en ser anquilosado y hasta anacrónico, en estos tiempos se multiplica por estar consustancialmente unido a la fuga de beisbolistas hacia otras regiones del mundo, principalmente hacia Estados Unidos.
Jugador que se marcha, es cortado junto con su momento de gloria en las cintas del ICRT, incinerado en la meca de este alzhéimer que ahora toca a la historia de nuestro béisbol. ¿Qué pasa entonces? Pues en Cuba ha aparecido un nuevo programa televisivo llamado “Mi béisbol” dirigido por Aurelio Prieto Alemán.
Este programa nació apenas unas semanas atrás. Casualmente, y por azar, días después de la dolorosa (para el pueblo) estación total del capitán en tierras de Miami. Pues en el primer programa el invitado fue Orestes Kindelán quién pronunció frases dramáticas al estilo: “De esta tierra nunca me iré” o “este es mi país, mi béisbol”.
No hay que ser Rain Man, para traducir esto. El sector que manipula la información en Cuba, ha puesto este pequeño programa para dar una respuesta firme e ideológica a la partida definitiva de veteranas estrellas del beisbol cubano (Marquetti, Pacheco o Pierre), al estilo de “seguiremos con los que nos quedan”.
Es cierto, me dirán que aún existen muchos jugadores y muchas hazañas, anécdotas e historias para hacer 50 programas más. Aún está Huelga, el Curro, Blandino, Cheíto, Vinent, Rogelio, Gourriel, Casanova, Omar, Germán y muchos héroes de menor perfil como Giorgi Díaz o Miguel Caldés. Pero ¡Cuidado! ¡Alerta! Yo solo soy el portador del mensaje: Ya no podemos hacer un programa sobre el primer Clásico Mundial. Ya no veremos más a Yadel, un lanzador misterioso quebrando rivales.
No está Maya (el recogepelotas) ni Alexei ni Leslie Anderson o Aroldis Chapman, el lanzador más rápido que ojos humanos han visto en la era del velocímetro. Ahora no está el Capitán ni su HR a Lazo en el Guillermón mientras, debo decir que extraño el HR violento y lleno de flash de Marquetti a Rogelio en el 86, HR que perseguía a cualquier pinareño día a día como una película de terror y HR que se veía en un programa cualquiera a una hora cualquiera.
Confieso que te extraño HR del 86, induciendo al Latino entero a la invasión de terreno más tenebrosa de la historia del béisbol cubano. Permiso. Cuidado de nuevo! Que los recuerdos de este espectacular béisbol pueden quedar en el limbo, desmembrados, sin líneas temporales posibles. Mi memoria fotográfica no olvida el HR de Yobal a la tercera sección del Latino en el Mundial del 2002, y tampoco de cómo lo pusieron como flashback en la trasmisión de ESPN en el juego de Cuba vs Panamá en el I WBSC.
Luego a la noche, cuando retrasmitieron el partido ese flashback no estaba. Y no solo la memoria del béisbol cubano en Cuba, estamos omitiendo la historia del béisbol cubano fuera de Cuba. El pueblo no ha visto los 33 cohetes extralimitados de Abreu, ni tampoco a Céspedes ganar el segundo Derby de HR consecutivo.
No se ha visto en el programa Béisbol Internacional a los 5 cubanos en el All Star-Game 2014, ni el espeluznante record de Ratio K/9 de Aroldis Chapman en 17.6 ponches por cada nueve innings. Ni tampoco hemos visto a un cubano (Ramírez) sustituir a Derek Jeter con un abrazo en su último juego Todos Estrellas de su carrera.
Solo tenemos un béisbol legitimado y es el japonés, aunque esto me deja mis dudas al no poder observar aún (en Beisbol Internacional) a Miranda, Cañizares, Anderson o Betancourt. Ni tampoco entiendo que problema podamos tener con el béisbol en México pues cuando exhiben juegos de esta liga y azarosamente no coinciden nunca Contreras, Mustelier, Sanit o Juan Carlos Linares en nuestro lente.
Presiento un barco sin sentido (el beisbol cubano) por alta mar y sin rescate posible. En su ruta no existen ambulancias ni hospitales para una hipotética transfusión o proceso de revivir. No entiendo qué ha pasado con la historia. El béisbol cubano se está quedando sin memoria. Espero que algún día todo el silencio sea corregido.
Cosas del tipo que no tienen que ser escritas inmediatamente como si fueran a escapar. Pero hoy la duda me asalta y tal vez sea preciso decirlo ahora antes de que pasen otras 24 horas. El béisbol cubano atraviesa por una de sus peores rachas de los últimos 8 años. Quien tenga dudas ya lo puede leer aquí.
Tal vez, el barco de este béisbol se halle solo en la tempestad, y el mar lo único que hace sea incrementar las olas que se estrellan contra la nave estropeándola más, e inundando por si fuera poco sus cubiertas. Olas gigantes de odio y a 15 metros intentan romperlo todo, nuestro héroe (el barco) es estoico y se mantiene flotando en la inercia del mar.
Vuelve a pasar un nuevo día y se repite la tormenta de la noche anterior como si fueran las estaciones del año o The Truman Show. Lo que está pasando ahora mismo en el béisbol cubano es la pérdida de su propia memoria.
El éxodo de jugadores ha empujado para que se acelere este nuevo proceso que aunque consiste en ser anquilosado y hasta anacrónico, en estos tiempos se multiplica por estar consustancialmente unido a la fuga de beisbolistas hacia otras regiones del mundo, principalmente hacia Estados Unidos.
Jugador que se marcha, es cortado junto con su momento de gloria en las cintas del ICRT, incinerado en la meca de este alzhéimer que ahora toca a la historia de nuestro béisbol. ¿Qué pasa entonces? Pues en Cuba ha aparecido un nuevo programa televisivo llamado “Mi béisbol” dirigido por Aurelio Prieto Alemán.
Este programa nació apenas unas semanas atrás. Casualmente, y por azar, días después de la dolorosa (para el pueblo) estación total del capitán en tierras de Miami. Pues en el primer programa el invitado fue Orestes Kindelán quién pronunció frases dramáticas al estilo: “De esta tierra nunca me iré” o “este es mi país, mi béisbol”.
No hay que ser Rain Man, para traducir esto. El sector que manipula la información en Cuba, ha puesto este pequeño programa para dar una respuesta firme e ideológica a la partida definitiva de veteranas estrellas del beisbol cubano (Marquetti, Pacheco o Pierre), al estilo de “seguiremos con los que nos quedan”.
Es cierto, me dirán que aún existen muchos jugadores y muchas hazañas, anécdotas e historias para hacer 50 programas más. Aún está Huelga, el Curro, Blandino, Cheíto, Vinent, Rogelio, Gourriel, Casanova, Omar, Germán y muchos héroes de menor perfil como Giorgi Díaz o Miguel Caldés. Pero ¡Cuidado! ¡Alerta! Yo solo soy el portador del mensaje: Ya no podemos hacer un programa sobre el primer Clásico Mundial. Ya no veremos más a Yadel, un lanzador misterioso quebrando rivales.
No está Maya (el recogepelotas) ni Alexei ni Leslie Anderson o Aroldis Chapman, el lanzador más rápido que ojos humanos han visto en la era del velocímetro. Ahora no está el Capitán ni su HR a Lazo en el Guillermón mientras, debo decir que extraño el HR violento y lleno de flash de Marquetti a Rogelio en el 86, HR que perseguía a cualquier pinareño día a día como una película de terror y HR que se veía en un programa cualquiera a una hora cualquiera.
Confieso que te extraño HR del 86, induciendo al Latino entero a la invasión de terreno más tenebrosa de la historia del béisbol cubano. Permiso. Cuidado de nuevo! Que los recuerdos de este espectacular béisbol pueden quedar en el limbo, desmembrados, sin líneas temporales posibles. Mi memoria fotográfica no olvida el HR de Yobal a la tercera sección del Latino en el Mundial del 2002, y tampoco de cómo lo pusieron como flashback en la trasmisión de ESPN en el juego de Cuba vs Panamá en el I WBSC.
Luego a la noche, cuando retrasmitieron el partido ese flashback no estaba. Y no solo la memoria del béisbol cubano en Cuba, estamos omitiendo la historia del béisbol cubano fuera de Cuba. El pueblo no ha visto los 33 cohetes extralimitados de Abreu, ni tampoco a Céspedes ganar el segundo Derby de HR consecutivo.
No se ha visto en el programa Béisbol Internacional a los 5 cubanos en el All Star-Game 2014, ni el espeluznante record de Ratio K/9 de Aroldis Chapman en 17.6 ponches por cada nueve innings. Ni tampoco hemos visto a un cubano (Ramírez) sustituir a Derek Jeter con un abrazo en su último juego Todos Estrellas de su carrera.
Solo tenemos un béisbol legitimado y es el japonés, aunque esto me deja mis dudas al no poder observar aún (en Beisbol Internacional) a Miranda, Cañizares, Anderson o Betancourt. Ni tampoco entiendo que problema podamos tener con el béisbol en México pues cuando exhiben juegos de esta liga y azarosamente no coinciden nunca Contreras, Mustelier, Sanit o Juan Carlos Linares en nuestro lente.
Presiento un barco sin sentido (el beisbol cubano) por alta mar y sin rescate posible. En su ruta no existen ambulancias ni hospitales para una hipotética transfusión o proceso de revivir. No entiendo qué ha pasado con la historia. El béisbol cubano se está quedando sin memoria. Espero que algún día todo el silencio sea corregido.