El trámite duró apenas siete entradas, aunque ya desde la quinta había motivos suficientes para detener el duelo. La pobre historia de Guatemala en el béisbol hacía suponer esa especie de paseo sobre el diamante del estadio Beto Ávila, en la ciudad de Veracruz, donde los dirigidos por Víctor Mesa se impusieron con pizarra de 10-0 y regresaron temprano al hotel para reponer fuerzas camino a la reconquista del trono centroamericano y caribeño.

Las intenciones fueron claras, pues el estratega cubano puso de partida a toda la alineación titular. Par de anotaciones en la apertura anunciaban que el abridor y perdedor Jean Paolo Rossil, sin mucha velocidad en sus envíos, no duraría mucho. Por eso sorprendió un poco que cubriera el primer tercio de juego.

Quienes vinieron en su rescate, ya con desventaja de cuatro, recibieron las peores embestidas de la artillería cubana, que cerró la faena con 11 imparables, entre ellos el segundo vuelacercas de Frederich Cepeda en el torneo. Esta vez, en medio de tantas entradas y salidas en el line up, el más sobresaliente resultó el jardinero matancero Yadiel Hernández, con par de hits en tres turnos, uno de ellos de dos bases, y cuatro carreras remolcadas.

Para asumir la travesía desde el box fue escogido el derecho pinareño Yosvani Torres, inmenso frente a bateadores de escaso historial. Lanzó a placer cinco entradas, antes de que desfilaran —todos sin completar un inning— Yoanni Yera, Cionel Pérez, Julio Alfredo y Jonder Martínez.

De tal forma, el equipo cubano emergió como líder indiscutible del grupo A, por lo que no verá hoy por la televisión el cruce entre los equipos que ocuparon el tercer y cuarto escaños de cada llave y solo podrán aspirar al quinto escaño como mejor ubicación.

La próxima incursión de los cubanos será mañana para enfrentar, en una de las semifinales, a la novena de República Dominicana.