Después de un largo período de esfuerzos e incomprensiones, Pavel Pino López, uno de los puntales del pitcheo de los equipos de la capital cubana en los últimos tiempos, se encuentra en República Dominicana en busca de una nueva vida.

Pino llegó la semana pasada a tierras quisqueyanas por vías legales y se encuentra en el proceso de regularizarse con el objetivo de intentar el sueño de las Grandes Ligas, como tantos compatriotas suyos.

“Este es un paso que siempre es difícil por dejar atrás la familia, pero necesito probarme más allá de Cuba’’, indicó Pino, de 23 años. “En Cuba no me dieron todas las oportunidades de desarrollo, cuando otros recibieron más chance, pero no tengo nada en contra de nadie. Sabía que iba a ser muy difícil lograr protagonismo por varias razones’’.

Nacido en el municipio de Arroyo Naranjo, Pino integró el equipo nacional juvenil en el 2009 y en tres ocasiones le llamaron a la preselección del conjunto principal, pero nunca logró dar el salto hacia los grandes eventos internacionales.

Primero con Metropolitanos, equipo para el cual debutó en la Serie Nacional 2009-10, y luego con los Industriales, Pino se ganó la reputación de lanzador de momentos difíciles y en su segunda temporada fue llamado a la preselección nacional, aunque cortado a pesar de permitir solo dos carreras en 15 entradas de preparación.

En la contienda del 2011-12 fue cambiado a Industriales y tuvo que ver para que el equipo discutiera el título al finalizar con marca de 7-4 en 31 actuaciones como relevista largo, pero poco después comenzaría un período de tirantez con la dirección del equipo y en específico, el manager Lázaro Vargas.

Para empezar, no lo incluyeron en el roster de Industriales para la 2012-13 y no lo llamaron hasta un mes después de iniciada la Serie, cuando volvió a tener una sólida actuación como relevista al finalizar con foja de 3-1 y 3.90 de efectividad.

Hasta el resto de sus días en la pelota antillana, Pino sostendría algún grado de dificultades con la dirección de Industriales y llegó a la conclusión de que su futuro como jugador no estaba en la isla, sobre todo cuando Vargas lo bajó definitivamente del equipo el 23 de diciembre, sin explicación alguna.

De por vida, Pino acumula en seis Series Nacionales un total de 24-17, con 14 salidas como abridor, un papel que prefiere, pero que no siempre pudo ejercer bajo la batuta de Vargas.

Los dirigentes de los equipos Matanzas y Pinar del Río, Víctor Mesa y Alfonso Urquiola, respectivamente, hablaron con Vargas para que le permitiera jugar para sus provincias, pero inexplicablemente el otrora estelar tercera base no dio su brazo a torcer.

“Solo espero que me den la oportunidad de probarme y mostrar lo que puedo hacer’’, agregó Pino. “Quiero agradecer a tanta gente buena, familiares y amigos, que me están ayudando a dar los primeros pasos en Dominicana con el objetivo de jugar en el béisbol profesional’’.

Poco a poco, Pino ha comenzado a hacer ejercicios y su recta que llegó a marcar entre 89 y 91 millas, pudiera incrementarse hasta las 93, mientras espera por una ventana abierta en su futuro.