La selección nacional de nuestro país quedó fuera de toda posibilidad de acceder el próximo año al Campeonato Mundial de la categoría, luego de una fulminante derrota (10-7) ante la escuadra de República Dominicana en el Estadio “Remón Cantera” en Agua Dulce, provincia de Coclé.

Ni siquiera el haber utilizado al lanzador de más talento del combinado antillano –el derecho camagüeyano Yousimar Cousín-, pudo impedir que los quisqueyanos atacaran sus envíos. Cousín lució imponente, después de ceder una carrera inicial, con rectas entre las 94-95 millas que lo ayudaron a eliminar a seis rivales, pero en la quinta acabó perdiendo el rumbo y permitió otras tres anotaciones.

Su relevo -el también camagüeyano Yariel Rodríguez-, no pudo cumplir con la misión de aguantar a los dominicanos y cedió cinco limpias en apenas (2.1) entradas de labor, que sacaron por completo a Cuba del desafío. En la novena los cubanos maquillaron un tanto el resultado con un rally de cinco rayitas, pero la diferencia era inalcanzable.

Este resultado –para la mayoría de los entendidos inesperado- enciende una vez más la controversia de cómo debe manejarse nuestra pelota y cuáles deben ser las estrategias a seguir. Muchos nos preguntamos: hasta cuándo vamos a continuar haciendo el ridículo en eventos internacionales. Si la gestión de Higinio Vélez al frente de la Federación ha sido un verdadero fracaso, por qué continúa en ella desde 2006.

En fin, son muchas las interrogantes y pocas las repuestas congruentes entre los encargados de encaminar esta disciplina en Cuba, por demás el mayor símbolo deportivo y cultural de la nación. Hay que regresar a los estadios municipales, repartir implementos deportivos en la base y sumar a todos aquellos entrenadores que quieran trabajar.

El béisbol debe masificarse de la misma manera que se hizo al triunfo de la Revolución y buscar talentos por todo el país. Si no revolucionamos todo ahora, estaríamos tiroteando la esencia y el sentir de los cubanos. Hay que quitarse las vendas y mirar hacia otros escenarios. Si alguna vez buscamos ayuda técnica en otras naciones, hoy la necesitamos también.

Uno de los problemas que identifico como factores del retroceso, es que nuestros managers, federativos y preparadores, están desactualizados en las tendencias actuales del béisbol. Con un curso de un mes antes de una Serie Nacional, no formamos a nadie. Estoy seguro que pocos disponen de Internet para acceder a la última información en la temática y las nuevas corrientes de la metodología del entrenamiento.

Este equipo Cuba tuvo en funciones de entrenadores a Wilfredo Sánchez, Orestes Kindelán y Luis Ulacia, todos bateadores de una calidad suprema, sin embargo sus discípulos no pudieron hacer el trabajo con el madero. Entonces, la clave está en buscar un método diferente porque quizás este nos funcionaba hace 20 años, pero para el 2017 es arcaico.

Invito a los decisores a que sean reflexivos y analicen cada paso a seguir en un nuevo modelo estratégico. Esta es una tarea de sumar y no de restar. No vean en este artículo algo destructivo sino una vía para recuperar el espacio perdido. En Cuba hay mucha gente que ama este hermoso deporte y está dispuesta a entregarle su tiempo. Como diría el entrañable amigo Ismael Sené, “no podemos dejar morir esto porque si no estaríamos dejando morir una buena parte de nuestra historia, el legado de los mambises, de Fidel y la Revolución”.