Una vez más los muchachos del equipo juvenil de béisbol de Santiago de Cuba se quedaron a las puertas de las medallas en el Campeonato Nacional de la categoría, y de esa forma el deporte de las bolas y los strikes en esta indómita provincia volvió a cerrar una campaña sin premios.
Por segunda ocasión consecutiva las Avispitas fueron anfitrionas de la hexagonal final del torneo para menores de 18 “abriles”. Y a juzgar por los resultados, parece que el hecho de jugar como locales no le viene nada bien a los “rojinegros”.
Al cuarto partido llegaron invictos los dirigidos por Alcides Sánchez. En esas instancias un éxito ante su rival de turno (La Habana) les hubiese abierto las puertas de la Final, asegurándose –al menos- el metal plateado.
Sin embargo, ocurrió todo lo contrario, los capitalinos doblegaron a los locales (4-2). Resultado que obligaba a los santiagueros a ganar el quinto y último choque de la eliminatoria, ante Ciego de Ávila, para acceder al juego decisivo y asegurar la tan ansiada presea.
Al parecer la presión les ganó a los muchachos y cayeron con un ajustado marcador de 3-2, que los relegó a la disputa del bronce, el cual también perdieron con semejante pizarra frente a Sancti Spíritus, novena a la cual ya habían doblegado en la jornada inicial.
A pesar del doloroso revés, cabe destacar a jugadores que cuajaron una buena actuación durante toda la justa, como son Oscar Luis Colás, Francisco Martínez y Camilo Quinteiro, los cuales pueden ser tenidos en cuenta para reforzar la tropa de las Avispas en la Serie para mayores.
En definitivas, La Habana (invicto en seis juegos) se quedó con la corona al derrotar en excelente partido a los avileños, cuatro carreras por tres.
Para los la pelota en Santiago de Cuba, el béisbol juvenil seguirá como una asignatura pendiente, pues no se concibe que un elenco con tanta calidad en su plantilla, no termine de subir al podio. Tendrá que revisarse qué se puede hacer para mejorar los aspectos sicológicos del grupo, pues quedó en evidencia -una vez más- que los jugadores sufren de mucha presión en el momento de la verdad.
De momento, para la pelota santiaguera, no paran de llegar los palos.
Por segunda ocasión consecutiva las Avispitas fueron anfitrionas de la hexagonal final del torneo para menores de 18 “abriles”. Y a juzgar por los resultados, parece que el hecho de jugar como locales no le viene nada bien a los “rojinegros”.
Al cuarto partido llegaron invictos los dirigidos por Alcides Sánchez. En esas instancias un éxito ante su rival de turno (La Habana) les hubiese abierto las puertas de la Final, asegurándose –al menos- el metal plateado.
Sin embargo, ocurrió todo lo contrario, los capitalinos doblegaron a los locales (4-2). Resultado que obligaba a los santiagueros a ganar el quinto y último choque de la eliminatoria, ante Ciego de Ávila, para acceder al juego decisivo y asegurar la tan ansiada presea.
Al parecer la presión les ganó a los muchachos y cayeron con un ajustado marcador de 3-2, que los relegó a la disputa del bronce, el cual también perdieron con semejante pizarra frente a Sancti Spíritus, novena a la cual ya habían doblegado en la jornada inicial.
A pesar del doloroso revés, cabe destacar a jugadores que cuajaron una buena actuación durante toda la justa, como son Oscar Luis Colás, Francisco Martínez y Camilo Quinteiro, los cuales pueden ser tenidos en cuenta para reforzar la tropa de las Avispas en la Serie para mayores.
En definitivas, La Habana (invicto en seis juegos) se quedó con la corona al derrotar en excelente partido a los avileños, cuatro carreras por tres.
Para los la pelota en Santiago de Cuba, el béisbol juvenil seguirá como una asignatura pendiente, pues no se concibe que un elenco con tanta calidad en su plantilla, no termine de subir al podio. Tendrá que revisarse qué se puede hacer para mejorar los aspectos sicológicos del grupo, pues quedó en evidencia -una vez más- que los jugadores sufren de mucha presión en el momento de la verdad.
De momento, para la pelota santiaguera, no paran de llegar los palos.
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