Que un juego como el de anoche en el Latinoamericano, entre dos de los equipos que más glorias le han dado al béisbol cubano: Pinar del Río e Industriales, nos deje con las ganas de seguir disfrutando de buena pelota no le hace bien, ni a nuestro pasatiempo nacional y mucho menos a la afición.
En el cierre del octavo, con el desafío 3-2 por los vueltabajeros, Yulieski Gourriel pegó largo batazo más allá de las cercas, decretado foul por los árbitros, decisión que el alto mando de Industriales apeló a la repetición televisiva. Tras el estudio del replay, las autoridades beisboleras encargadas de evaluar las reclamaciones de este tipo, revirtió el fallo inicial, declarando cuadrangular la conexión.
La reacción del conjunto visitante fue la de abandonar el campo de juego y los jueces aplicaron el reglamento. Tras el tiempo establecido, declararon perdedor a Pinar del Río por forfeit.
“Es una lástima”, declaró a Granma Tony Castillo, director de la Serie Nacional, quien argumentó que los árbitros Lorién Lobaina, actuante en home, y Luis Felipe Casañas, jefe de grupo, le pidieron insistentemente al elenco más occidental no abandonar el diamante.
Nosotros, como cada noche, estábamos pendientes de las incidencias del choque, esta vez desde la televisión. Vimos, al igual que todos los seguidores, las repeticiones que se pasaron, todas desde el mismo ángulo, y en honor a la verdad resultaba difícil esclarecer la trayectoria de la bola.
Aunque se puede entender la ira de la dirección y de los jugadores pinareños, envueltos en un complejo final de campaña, con la clasificación comprometida en aras de defender un título bien ganado en la pasada contienda, no podemos compartir la actitud tomada este miércoles.
Quedaba partido, con paridad en el marcador, y más allá de la decisión, los vueltabajeros tenían posibilidades en el desafío, como lo demostraron en la anterior campaña, cuando perdían 3-1 la serie semifinal, justamente frente a Industriales, o cuando iniciaron perdiendo la final ante Matanzas y salieron campeones. Debieron darnos la oportunidad de verlos así nuevamente.
En el cierre del octavo, con el desafío 3-2 por los vueltabajeros, Yulieski Gourriel pegó largo batazo más allá de las cercas, decretado foul por los árbitros, decisión que el alto mando de Industriales apeló a la repetición televisiva. Tras el estudio del replay, las autoridades beisboleras encargadas de evaluar las reclamaciones de este tipo, revirtió el fallo inicial, declarando cuadrangular la conexión.
La reacción del conjunto visitante fue la de abandonar el campo de juego y los jueces aplicaron el reglamento. Tras el tiempo establecido, declararon perdedor a Pinar del Río por forfeit.
“Es una lástima”, declaró a Granma Tony Castillo, director de la Serie Nacional, quien argumentó que los árbitros Lorién Lobaina, actuante en home, y Luis Felipe Casañas, jefe de grupo, le pidieron insistentemente al elenco más occidental no abandonar el diamante.
Nosotros, como cada noche, estábamos pendientes de las incidencias del choque, esta vez desde la televisión. Vimos, al igual que todos los seguidores, las repeticiones que se pasaron, todas desde el mismo ángulo, y en honor a la verdad resultaba difícil esclarecer la trayectoria de la bola.
Aunque se puede entender la ira de la dirección y de los jugadores pinareños, envueltos en un complejo final de campaña, con la clasificación comprometida en aras de defender un título bien ganado en la pasada contienda, no podemos compartir la actitud tomada este miércoles.
Quedaba partido, con paridad en el marcador, y más allá de la decisión, los vueltabajeros tenían posibilidades en el desafío, como lo demostraron en la anterior campaña, cuando perdían 3-1 la serie semifinal, justamente frente a Industriales, o cuando iniciaron perdiendo la final ante Matanzas y salieron campeones. Debieron darnos la oportunidad de verlos así nuevamente.