José Dariel Abreu me lo había prometido en una entrevista que me concediera hace exactamente un mes en Tampa: “Quiero reunirme con los cienfuegueros en Miami, en el estadio al cual me llevaron apenas llegué a este país.”

Y Abreu cumplió su palabra para llenar de gloria y orgullo a sus coterráneos integrantes de El Club de la Pelota Cienfueguera – idea surgida hace cuestión de dos años y que tiene en Luis López a su creador y principal promotor – cuando el pasado sábado 18 de octubre el primera base de los Medias Blancas de Chicago y la estrella de los Dodgers Yasiel Puig se reunieron con su gente en el Blue Lakes Park.

¿El motivo del encuentro? La presencia en esta ciudad del legendario Gigante del Escambray Antonio Muñoz.

Fue este último quien llegó más temprano tras un reciente regreso desde Tampa. Le siguió Puig. Ya se habían visto, pero al encontrarse otra vez no faltó el abrazo; y nuevamente Muñoz, paternal y sabio, comenzó a hablar con él.

El tema no podía ser otro que el béisbol y los playoffs de la MLB.

“Ese pitcher de ustedes es fenomenal, pero no podía lanzarle al zurdo la recta pegada. Ahí se equivocó”, le explicó Muñoz a Puig refiriéndose al jonrón que le propinara Matt Adams a Clayton Kershaw.

“Tienes razón – le contestó Puig –y yo lo dije: hay que seguir picheándole bajito y contra el piso a este gente. Y que nos maten, pero no sé por qué cambiaron las señas. Los tenía dominados con ese lanzamiento, hacia abajo y hacia afuera.”

Luego llegó Abreu y si el desborde de alegría y de fotos había sido grande con Muñoz y con Puig, con el Elefante Mayor de los cienfuegueros no podía ser distinto.

Abreu saludó uno por uno a los presentes y luego se fue a conversar con su mentor, el hombre que había dejado una almohadilla vacía en Cienfuegos y en Cuba, y que nadie hasta entonces, había sabido representar con decoro y dignidad beisboleras.

“Yo contaba los otros días, y aquí hace un ratico, - le dijo Muñoz a “Pito’’ Abreu - que en aquel torneo infantil al cual te llevó Héctor Olivera, tú ganaste casi todos los premios. Jonrones, impulsadas, hits, dobles, deadball, bases por bolas. Siempre fuiste un gran pelotero muchacho”.

Llegado el momento de la despedida, Puig expresó que haber perdido la mayoría de los juegos de dominó en la jornada sabatina, que lo devolvieron a sus más cubanas raíces, en nada opacó la alegría del encuentro.

“Pito’’ Abreu resumió el agradecimiento en la disminución de sus añoranzas, pues “le hicieron sentir como en Cienfuegos, como en casa”.

Sin embargo, Muñoz fue más concluyente: “Me marcho y me siento emocionado...profundamente emocionado con este encuentro”.