Luego de incursionar sin éxito como jugador en 1994 en el deporte de las bolas y los strikes, el ícono del baloncesto de la NBA regresa al béisbol ahora como dueño minoritario dentro del grupo de inversionistas que comprará a los Marlins de Miami.
Jordan es uno de los hombres de negocios que unieron sus fuerzas en torno al financista Bruce Sherman y al ex capitán de los Yankees de Nueva YorkDerek Jeter para hacerse de los Marlins al precio de 1,200 millones de dólares.
La combinación Jeter-Jordan despierta muchas ilusiones en la fanaticada del sur de la Florida.
En primer lugar, porque sale del panorama de una buena vez Jeffrey Loria, uno de los personajes más odiados por la comunidad.
Y sobre todo, porque tanto Jeter, como Jordan, fueron hombres que como atletas respetaron sus respectivos deportes a su máxima expresión.
La esperanza ahora es que continúen haciéndolo de igual forma desde el papel de propietarios, aunque en el caso del ex basquetbolista, no le ido muy bien con los Charlotte Hornets, equipo de la NBA del cual es el dueño principal.
Aunque la cara más visible será el ex campocorto de los Yankees, la presencia de Jordan en el grupo tiene un impacto mediático igualmente importante.
La gente quiere que los dueños sean hombres de deporte, que conozcan los entresijos del juego y tengan el prestigio para exigir entrega total a sus subordinados.
Los seguidores de los Marlins están cansados de propietarios que sólo ven la parte comercial, el negocio en sí que les permita llenarse los bolsillos de plata, olvidándose de que son los fanáticos con su presencia en el estadio quienes fomentan gran parte de sus ganancias.
Ojo: la inminente llegada del grupo de Jeter y Jordan no significa que de inmediato veremos a los Marlins compitiendo por la corona en la Serie Mundial.
Viene ahora un proceso de reordenamiento que pasa por el contrato de los derechos de transmisión televisa, una de las fuentes más importantes de ingresos de las franquicias.
Miami tiene el peor contrato televisivo entre los 30 equipos de las Grandes Ligas y no podrán negociarlo hasta que expire el actual en el 2020.
Pero si además de la salida de escena de Loria, se mantiene el actual núcleo de la plantilla, la gente debe responder con mayor asistencia al parque de pelota en la Pequeña Habana, para darle un voto de confianza a los nuevos propietarios en la nueva tarea que se les avecina.
Jordan es uno de los hombres de negocios que unieron sus fuerzas en torno al financista Bruce Sherman y al ex capitán de los Yankees de Nueva YorkDerek Jeter para hacerse de los Marlins al precio de 1,200 millones de dólares.
La combinación Jeter-Jordan despierta muchas ilusiones en la fanaticada del sur de la Florida.
En primer lugar, porque sale del panorama de una buena vez Jeffrey Loria, uno de los personajes más odiados por la comunidad.
Y sobre todo, porque tanto Jeter, como Jordan, fueron hombres que como atletas respetaron sus respectivos deportes a su máxima expresión.
La esperanza ahora es que continúen haciéndolo de igual forma desde el papel de propietarios, aunque en el caso del ex basquetbolista, no le ido muy bien con los Charlotte Hornets, equipo de la NBA del cual es el dueño principal.
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