Con la llegada de Alfonso Urquiola y Luis Giraldo Casanova, dos de las figuras más conocidas y respetadas de la pelota cubana de las últimas décadas, la ciudad de Miami adquirió un matiz más verde y el aroma del mejor tabaco.
Urquiola y Casanova llegaron para participar en la tercera entrega del evento El Jonronazo que patrocina la compañía El Reencuentro, del empresario local Osvaldo Pérez, y que se realizará el domingo 23 de agosto en el Doral Banquet Hall.
"Para nosotros es un enorme placer tener aquí en Miami a dos de los más grandes peloteros cubanos de todos los tiempos'', expresó Pérez. "Sabemos que sus legiones de admiradores en esta ciudad le darán la bienvenida que merecen''.
Ambos son recordados por sus años de gloria con los equipos Vegueros, Pinar del Río y la selección nacional cubana, cuando Urquiola con su guante y Casanova con su bate -y su juego total- se impusieron a base de talento puro.
El Señor Pelotero
Casanova es, para algunos, el mejor pelotero que jamás haya pisado un diamante en los últimos 60 años de pelota en la isla y su versatilidad para jugar y brillar en distintas posiciones fueron magistralmente recogidas por el gran Bobby Salamanca como "El Señor Pelotero''.
Las leyendas urbanas y los mitos que rodearon la carrera de Casanova, de 59 años, son múltiples, pero sus números y su consistencia hablan por sí solos a lo largo de 17 temporadas en las que bateó para .322 con 312 jonrones y 1069 impulsadas.
Y para aquellos que gustan de las estadísticas sabermétricas - de última generación-, baste decir que el toletero de Vuelta Abajo finalizó con un OPS de 1,012, una cifra reservado solo para los jugadores de élite y sumó 1,049 bases por bolas con 604 ponches, demostrando una disciplina en el plato poco común entre sus compatriotas y menos para un slugger.
De acuerdo con la jerga de los evaluadores de talento de Grandes Ligas, Casanova era un perfecto "pelotero de cinco herramientas'' que bateaba con poder, tacto, sabía correr las bases, fildeaba con soltura y poseía un brazo poderoso.
En eventos internacionales conectó para .375 y cada vez que se paraba en la caja de bateo levantaba suspiros entre las filas de evaluadores de talento que acudían en masa para soñar con la posibilidad de firmarlo.
Si Casanova era la pelota hecha carne y hueso, Urquiola representaba lo mejor de su espíritu con su liderazgo callado y la durabilidad para defender la segunda base a lo largo de 19 temporadas.
Mánager triunfador
Urquiola era, para muchos, la llave que abría y cerraba el éxito de los conjuntos pinareños, que siempre contaron con excelente bateo y lanzadores de altura como Jesús Guerra, Rogelio García y Julio Romero.
Al retirarse Urquiola, hoy con 62 años, dejaba un promedio de .286 con el madero y un .976 de porcentaje de fildeo, pero sobre todo un ejemplo a prueba de balas que luego le ayudaría a convertirse en un mánager ganador de tres títulos nacionales.
Su último gran triunfo se produjo en la pasada Serie del Caribe en San Juan, cuando logró recuperar a la selección cubana del borde de la eliminación para llevarla a su primer título desde el Cienfuegos de 1960.
Sin embargo, el respetado piloto se vio envuelto en una polémica al criticar duramente los mecanismos de la pelota cubana y afirmó en una entrevista al sitio Cubadebate que no volvería a dirigir.
Ambos se encuentran ahora en Miami para recibir el abrazo de quienes los aplaudieron en el ardor del pasado y los aprecian actualmente en la quietud del retiro.
Urquiola y Casanova llegaron para participar en la tercera entrega del evento El Jonronazo que patrocina la compañía El Reencuentro, del empresario local Osvaldo Pérez, y que se realizará el domingo 23 de agosto en el Doral Banquet Hall.
"Para nosotros es un enorme placer tener aquí en Miami a dos de los más grandes peloteros cubanos de todos los tiempos'', expresó Pérez. "Sabemos que sus legiones de admiradores en esta ciudad le darán la bienvenida que merecen''.
Ambos son recordados por sus años de gloria con los equipos Vegueros, Pinar del Río y la selección nacional cubana, cuando Urquiola con su guante y Casanova con su bate -y su juego total- se impusieron a base de talento puro.
El Señor Pelotero
Casanova es, para algunos, el mejor pelotero que jamás haya pisado un diamante en los últimos 60 años de pelota en la isla y su versatilidad para jugar y brillar en distintas posiciones fueron magistralmente recogidas por el gran Bobby Salamanca como "El Señor Pelotero''.
Las leyendas urbanas y los mitos que rodearon la carrera de Casanova, de 59 años, son múltiples, pero sus números y su consistencia hablan por sí solos a lo largo de 17 temporadas en las que bateó para .322 con 312 jonrones y 1069 impulsadas.
Y para aquellos que gustan de las estadísticas sabermétricas - de última generación-, baste decir que el toletero de Vuelta Abajo finalizó con un OPS de 1,012, una cifra reservado solo para los jugadores de élite y sumó 1,049 bases por bolas con 604 ponches, demostrando una disciplina en el plato poco común entre sus compatriotas y menos para un slugger.
De acuerdo con la jerga de los evaluadores de talento de Grandes Ligas, Casanova era un perfecto "pelotero de cinco herramientas'' que bateaba con poder, tacto, sabía correr las bases, fildeaba con soltura y poseía un brazo poderoso.
En eventos internacionales conectó para .375 y cada vez que se paraba en la caja de bateo levantaba suspiros entre las filas de evaluadores de talento que acudían en masa para soñar con la posibilidad de firmarlo.
Si Casanova era la pelota hecha carne y hueso, Urquiola representaba lo mejor de su espíritu con su liderazgo callado y la durabilidad para defender la segunda base a lo largo de 19 temporadas.
Mánager triunfador
Urquiola era, para muchos, la llave que abría y cerraba el éxito de los conjuntos pinareños, que siempre contaron con excelente bateo y lanzadores de altura como Jesús Guerra, Rogelio García y Julio Romero.
Al retirarse Urquiola, hoy con 62 años, dejaba un promedio de .286 con el madero y un .976 de porcentaje de fildeo, pero sobre todo un ejemplo a prueba de balas que luego le ayudaría a convertirse en un mánager ganador de tres títulos nacionales.
Su último gran triunfo se produjo en la pasada Serie del Caribe en San Juan, cuando logró recuperar a la selección cubana del borde de la eliminación para llevarla a su primer título desde el Cienfuegos de 1960.
Sin embargo, el respetado piloto se vio envuelto en una polémica al criticar duramente los mecanismos de la pelota cubana y afirmó en una entrevista al sitio Cubadebate que no volvería a dirigir.
Ambos se encuentran ahora en Miami para recibir el abrazo de quienes los aplaudieron en el ardor del pasado y los aprecian actualmente en la quietud del retiro.
Debes Iniciar sesión o Regístrate!!! para votar
( click en este cuadro para cerrar )No puedes votar elementos creados por ti
( click en este cuadro para cerrar )Has agotado tus 20 votos para 24 horas
( click en este cuadro para cerrar )Debes tener +10 de Reputación para votar
( click en este cuadro para cerrar )Debes Iniciar sesión o Regístrate!!! para denunciar
( click en este cuadro para cerrar )No puedes denunciar elementos creados por ti
( click en este cuadro para cerrar )Has agotado tus 10 denuncias para 24 horas
( click en este cuadro para cerrar )Debes tener +10 de Reputación para denunciar
( click en este cuadro para cerrar )Ya denunciastes este elemento
( click en este cuadro para cerrar )Motivo de la denuncia: