La pelota cubana no es, aunque por momentos duela reconocerlo, ni siquiera un espejismo barato de lo que fue algún día. Atrás ha dejado el calendario aquellos años en que de los terrenos cubanos rebosaba un béisbol de primer nivel, con gradas repletas y musicalizadas, y un debate ardiente en cada esquina del país. Quizás este debate, en menor medida, es lo único que queda vivo hoy.
El pesimismo es un sentimiento que aflora cuando los fracasos vienen en fila, uno tras otro, como ha sucedido últimamente con nuestro pasatiempo nacional. A estas alturas, solo han podido reaccionar los entes que organizan nuestras series, con intentos a la desesperada de zurcir un hueco que ya se ha hecho demasiado grande o, en otras palabras, curar de súbito una enfermedad terminal.
Una de estas decisiones ha sido la realización de la Serie Especial, que arrancó este fin de semana en Guantánamo y Santiago de Cuba, con la participación de tres equipos: Orientales, Centrales y Occidentales.
Hasta el momento, lo visto sobre la grama es un cúmulo de sensaciones que, si las dividimos, apuntan en su mayoría hacia el lado negativo, solo equiparable en la balanza con la necesaria actividad de los peloteros cubanos en estos meses de sosiego beisbolero.
Les explico: apuntar factores negativos a la Serie Especial no es, ni mucho menos, un capricho. Pero, ¿sería destacable algo de un campeonato que se juega prácticamente a puerta cerrada? Sí, porque pese a que las entradas del Guillermón y el Van Troi estuvieron abiertas de par en par, la afluencia de aficionados fue tan efímera, que el significado del espectáculo quedó diluido totalmente en la inmensidad de graderíos desiertos.
La fanaticada cubana está hastiada ya de ver pelota de bajo nivel y, además, sin ningún condimento adicional que invite a asistir a las instalaciones en familia, como se hacía antaño. Parece ser, ahora mismo, esta Serie una cuestión de echar en un saco roto. ¿Que algunos peloteros que asistirán a los Centroamericanos de Barranquilla están en activo? Es cierto. Ahí tenemos un punto a favor, pero es insuficiente.
Quizá uno de los males que aquejen a nuestro béisbol sea ese: el triunfalismo que nos rodea, incluso, en eventos de bajísimo nivel como los Juegos Centroamericanos, a donde el resto de los conjuntos van, prácticamente, representados por sus cuartos o quintos elencos. Además, hace poco salió a la luz que casi una veintena de jugadores antillanos están contratados en ligas foráneas. Esto quiere decir, casi con total seguridad, que asistirán a la citada cita cafetera.
La Serie Especial requiere un gasto económico considerable. No es barato hospedar y trasladar a tres equipos por todo el país. Cuando ponemos esto en la balanza y notamos que, por otro lado, la gente no sigue con ilusión este evento, entonces la fórmula matemática, mírese por donde se mire, termina en un profundo sinsabor que, tarde o temprano, será eliminado. Porque de algo no tengo dudas: la Serie Especial tiene sus días contados.
El pesimismo es un sentimiento que aflora cuando los fracasos vienen en fila, uno tras otro, como ha sucedido últimamente con nuestro pasatiempo nacional. A estas alturas, solo han podido reaccionar los entes que organizan nuestras series, con intentos a la desesperada de zurcir un hueco que ya se ha hecho demasiado grande o, en otras palabras, curar de súbito una enfermedad terminal.
Una de estas decisiones ha sido la realización de la Serie Especial, que arrancó este fin de semana en Guantánamo y Santiago de Cuba, con la participación de tres equipos: Orientales, Centrales y Occidentales.
Hasta el momento, lo visto sobre la grama es un cúmulo de sensaciones que, si las dividimos, apuntan en su mayoría hacia el lado negativo, solo equiparable en la balanza con la necesaria actividad de los peloteros cubanos en estos meses de sosiego beisbolero.
Les explico: apuntar factores negativos a la Serie Especial no es, ni mucho menos, un capricho. Pero, ¿sería destacable algo de un campeonato que se juega prácticamente a puerta cerrada? Sí, porque pese a que las entradas del Guillermón y el Van Troi estuvieron abiertas de par en par, la afluencia de aficionados fue tan efímera, que el significado del espectáculo quedó diluido totalmente en la inmensidad de graderíos desiertos.
La fanaticada cubana está hastiada ya de ver pelota de bajo nivel y, además, sin ningún condimento adicional que invite a asistir a las instalaciones en familia, como se hacía antaño. Parece ser, ahora mismo, esta Serie una cuestión de echar en un saco roto. ¿Que algunos peloteros que asistirán a los Centroamericanos de Barranquilla están en activo? Es cierto. Ahí tenemos un punto a favor, pero es insuficiente.
Quizá uno de los males que aquejen a nuestro béisbol sea ese: el triunfalismo que nos rodea, incluso, en eventos de bajísimo nivel como los Juegos Centroamericanos, a donde el resto de los conjuntos van, prácticamente, representados por sus cuartos o quintos elencos. Además, hace poco salió a la luz que casi una veintena de jugadores antillanos están contratados en ligas foráneas. Esto quiere decir, casi con total seguridad, que asistirán a la citada cita cafetera.
La Serie Especial requiere un gasto económico considerable. No es barato hospedar y trasladar a tres equipos por todo el país. Cuando ponemos esto en la balanza y notamos que, por otro lado, la gente no sigue con ilusión este evento, entonces la fórmula matemática, mírese por donde se mire, termina en un profundo sinsabor que, tarde o temprano, será eliminado. Porque de algo no tengo dudas: la Serie Especial tiene sus días contados.
Me imagino q eres de los q estan fuera, vendido y comprado , no ofendas mas .
Desde lejos es facil .
Anormal
Asi que no seas ciego....
Otros se dedican a ctiticar por criticar, si se juega pq se juega y si no se juega pq no se juega, si contratan peloteros afuera respetando la FCB lo critican y si no lo hacen tambien, nada q es como si Cuba estuviese constantemente bajo una lupa y no todos los q critican lo hacen para ayudar ,sino para joder, no les importa Cuba ni su deporte y le animan mezquinos intereses politicos (mercenarios).
Esta serie, se explico desde el inicio q no era un espectaculo, sino para prepararse jugando , tal como hicieron los mexicanos q vinieron a Cuba a jugar y lo q hicieron los Nica cuando fuimos alla, y ud, ni nadie critico a Mexicanos y Nicaraguenses, hay q partir de la concepcion del evento PREPARARSE, no es un campeonato, y aunque a ud y a muchos, incluido yo nos gustaria una Serie similar a la Selectiva, este no es el caso, entonces dejemos las criticas absurdas y veamos el lado bueno,aun cuando haya q emplear dinero para ello, la unica forma de mejorar es jugando y jugando y entrenando.Basta ya de criticarlo todo sin fundamento, no hagan mas daño y esforcemonos todos , foristas, manager, directivos y peloteros para mejorar el beisbol.
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