Luis Robert Moirán, quizá el mejor pelotero que permanecía en Cuba, habría abandonado el país con el objetivo de buscar un espacio bajo el sol de las Grandes Ligas, como tantos otros peloteros de su generación.
Varias fuentes y rumores apuntaban desde el sábado que el jugador de Ciego de Avila se encontraba fuera de la isla, abandonando a su equipo -campeón defensor- en un momento clave de la Serie Nacional.
De confirmarse la noticia, Moirán seguiría los pasos de otra de las estrellas de su patria chica, José Adolis García, quien se encuentra en proceso de recibir la agencia libre, al no regresar a Cuba tras su experiencia en el circuito profesional japonés.
Desde que debutara en el 2013, Moirán resultó objeto de conversación entre los evaluadores de talento y se le consideraba uno de los pocos, o tal vez el único, capaz de exhibir las valiosas cinco herramientas.
Eric Longenhagen, uno de los expertos del sitio Fangraphs, observó a Moirán el verano pasado cuando integró la selección nacional que tomó parte en la liga indenpendiente Can-Am y lo comparó con Alex Gordon.
"Posee velocidad en su swing, sabe reconocer el pitcheo y conecta para todos los ángulos del terreno'', escribió Longenhagen. "Puede hacer ajustes sobre la marcha''.
Por sus 19 años de edad y sus cuatro temporadas, Moirán clasificaría como agente libre con restricciones, obligando al equipo que lo firme a pagar una multa por exceder la suma asignada para pactos internacionales.
Sin embargo, la situación general de los peloteros cubanos pudiera cambiar a partir del 1 de diciembre, cuando expire el actual convenio laboral y entre en vigor el nuevo que logren negociar las Grandes Ligas y el sindicato de peloteros.
En esta temporada, Moirán era candidato para ganar el premio de Jugador Más Valioso con promedio ofensivo de .392, 12 jonrones, un porcentaje de slugging de .685 y un soberbio OPS de 1,196.
Su salida significa un duro golpe al béisbol cubano que enfrenta los compromisos de una Serie del Caribe en febrero y el Clásico Mundial en marzo con una nómina que puede considerarse la peor de las últimas décadas.
Si a eso se le suma el hecho de que varias promesas de las categorías sub-18 y sub-15 han salido del país en estos meses, queda claro que el panorama inmediato de la pelota antillana se oscurece cada vez más.
Varias fuentes y rumores apuntaban desde el sábado que el jugador de Ciego de Avila se encontraba fuera de la isla, abandonando a su equipo -campeón defensor- en un momento clave de la Serie Nacional.
De confirmarse la noticia, Moirán seguiría los pasos de otra de las estrellas de su patria chica, José Adolis García, quien se encuentra en proceso de recibir la agencia libre, al no regresar a Cuba tras su experiencia en el circuito profesional japonés.
Desde que debutara en el 2013, Moirán resultó objeto de conversación entre los evaluadores de talento y se le consideraba uno de los pocos, o tal vez el único, capaz de exhibir las valiosas cinco herramientas.
Eric Longenhagen, uno de los expertos del sitio Fangraphs, observó a Moirán el verano pasado cuando integró la selección nacional que tomó parte en la liga indenpendiente Can-Am y lo comparó con Alex Gordon.
"Posee velocidad en su swing, sabe reconocer el pitcheo y conecta para todos los ángulos del terreno'', escribió Longenhagen. "Puede hacer ajustes sobre la marcha''.
Por sus 19 años de edad y sus cuatro temporadas, Moirán clasificaría como agente libre con restricciones, obligando al equipo que lo firme a pagar una multa por exceder la suma asignada para pactos internacionales.
Sin embargo, la situación general de los peloteros cubanos pudiera cambiar a partir del 1 de diciembre, cuando expire el actual convenio laboral y entre en vigor el nuevo que logren negociar las Grandes Ligas y el sindicato de peloteros.
En esta temporada, Moirán era candidato para ganar el premio de Jugador Más Valioso con promedio ofensivo de .392, 12 jonrones, un porcentaje de slugging de .685 y un soberbio OPS de 1,196.
Su salida significa un duro golpe al béisbol cubano que enfrenta los compromisos de una Serie del Caribe en febrero y el Clásico Mundial en marzo con una nómina que puede considerarse la peor de las últimas décadas.
Si a eso se le suma el hecho de que varias promesas de las categorías sub-18 y sub-15 han salido del país en estos meses, queda claro que el panorama inmediato de la pelota antillana se oscurece cada vez más.