Al mejor equipo de toda la temporada no se le puede regalar nada porque es capaz de resolver con muchas variantes. Si se le da la posibilidad no perdona, y eso fue lo que ocurrió en el cuarto partido de la final de la pelota cubana entre Las Tunas y Villa Clara, con el cual los Leñadores se han puesto a solo un triunfo de hacer historia con su primer título en las 58 versiones de las series nacionales.

Es cierto que el cotejo tuvo muchos momentos polémicos. Dejar batear en el quinto episodio a Yunior Paumier, quien atraviesa una seria crisis ofensiva, con dos en bases era un riesgo; el emergente del octavo, José Carlos Rodríguez, parecía muy joven para venir en el octavo con bases llenas, teniendo otro zurdo como Andy Zamora, regular en la campaña y en la postemporada, o el toque de bola de ese acto con Yeniet Pérez, a mi juicio la más discutibles de todas y luego de conocer que fue decisión del pelotero, pues aún más fuera de toda lógica.

Sin embargo, a nuestro modo de ver, Villa Clara no cae en el choque a consecuencia de ninguno de esos tres momentos, entre otras cosas porque ya perdía el partido por cuatro y creo entonces que la causa habría que buscarla antes de esas decisiones, sobre las cuales opino que sí, Paumier no anda bien; que Zamora tenía más posibilidades ante un lanzador como Yoalkis Cruz y lo de Yeniet, bueno eso casi no tiene explicación, porque si por algo brilla ese jugador es por su talento ofensivo, no por ser un gran tocador.

Si hoy los Leopardos anaranjados están contra la pared y casi amarrados ante la anunciada presencia del derecho Erlis Casanova mañana en el montículo, es porque a un equipo como Las Tunas, con la ofensiva más temible, más versátil y una de las más rápidas de Cuba en estos momentos, no se le puede conceder ni un tantito en el juego de pelota. El quinto inning definió el encuentro y puede que decida el título. No tengo el dato ahora, habría que acudir a especialistas como Arnelio Álvarez o Yirsandy Rodríguez, pero creo que es la primera vez que los Leñadores fabrican un racimo de cinco anotaciones con solo dos sencillos, uno de ellos dentro del cuadro.

En ese episodio cuatro boletos, dos de ellos intencionales, un error y una piedrecita en el terreno más los dos jit decretaron la sentencia del encuentro. Con menos que eso hemos visto a los tuneros hacer más. El propio mentor de los Azucareros, Eduardo Paret, lo decía al responder la batería de preguntas del colega Joel García sobre las polémicas mencionadas. «Perdimos en el quinto», dijo a secas. Y es que el resto podía o no salir bien, pero ya el mal estaba hecho.

Sin embargo, ese quinto capítulo tampoco puede restarle méritos a Las Tunas y a la dirección de su equipo. Lo de Yudier Rodríguez y Yoalkis Cruz fue admirable, o ha sido admirable en la postemporada. Los abridores de la campaña, al llegar dos refuerzos de aperturas de lujo, con humildad y con mucha responsabilidad y resultados han asumido el rol de relevistas y son piezas decisivas si su equipo llegara a titularse. Por ellos pasaría esta historia tunera, pues han intervenido en casi todos los triunfos de la postemporada, lo mismo ganándolos que salvándolos.

Al respecto Rodolfo Durán, de Radio Rebelde, le preguntaba al director Pablo Civil: «Así lo planificamos con la llegada de Erlis Casanova y Yoanni Yera, y ellos lo asimilaron con entereza y ahí está el resultado, se han comportado a gran altura».

En la noche de este miércoles Cruz estuvo inmenso, como él mismo dijo a base de rectas «porque ya en el noveno los bates pesan». Primero hizo un relevo espectacular en el octavo, con las bases llenas y un out, y después, en la novena con uno en circulación, ponchó a tercero y cuarto, Carlos Benítez y Yurién Vizcaino, para dejar a sus compañeros a un pasito de saborear lo que sería un merecidísimo trofeo de campeones.

Por la ofensiva de los ganadores, Yasiel Santoya pegó dos incogibles en cuatro turnos y empujó tres de las siete anotaciones de su equipo; en tanto el inagotable Don Danel Castro se fue con el mismo balance, pisando el home en dos ocasiones. Por Villa Clara, que conectó más jits que su productivo adversario y así y todo pierde, Vizcaino de 5-4, doble, jonrón una remolcada y tres registradas, fue por mucho el mejor, aunque William Saavedra de 3-2, incluido cuadrangular, una anotada y otra fletada, y Stayler Hernández, tres en cinco, también se destacaron.

Por supuesto que la situación para Villa Clara es tensa al extremo, no le sirve nada más que ganar, de lo contrario habría acabado también una gran contienda, con un Paret que le ha devuelto al béisbol nacional a uno de los equipos que la afición más le gusta ver sobre un terreno. Dependerá del zurdo Misael Villa, según afirmó el timonel naranja al periodista Norland Rosendo, de Juventud Rebelde, lo que es algo bien arriesgado también ante una ofensiva netamente derecha. Solo queda esperar para saber si es capaz el serpentinero artemiseño de lograr la hazaña y mandar la final de regreso a Las Tunas o si tendremos la coronación en la ciudad naranja.