La columna de esta semana se la queremos dedicar a los contratos de la NPB, en respuesta a la solicitud reciente de uno de nuestros lectores, Luis, que desea saber quiénes son los peloteros mejores pagados del béisbol japonés en la actualidad.
No obstante, antes de responder a su pregunta queremos explicarles primero las limitaciones que poseen dichos contratos, ya que la NPB está organizada de una manera muy diferente a las Grandes Ligas, especialmente en el área financiera.
En Japón, los equipos no constituyen compañías independientes cuyos objetivos principales son producir dinero y ganar títulos deportivos, sino que representan un departamento más de una empresa matriz cuya principal meta no es otra que promocionar la imagen de dicha empresa; el dinero y los títulos son metas secundarias.
Debido a esto, los clubes japoneses no trabajan con el presupuesto que ellos mismos generan gracias a su buen rendimiento como organización, sino con el dinero que les asigna cada año su empresa matriz, que será mayor o menor dependiendo de la situación económica de la misma y sin importar cómo les haya ido durante la temporada anterior.
Por si esto fuera poco, la manera en que está organizada la liga limita mucho el funcionamiento de su mercado de peloteros, que como consecuencia es muy poco activo.
Por ejemplo, cada equipo, si bien puede contratar a tantos importados como le parezca, sólo puede tener a 4 de ellos simultáneamente en su roster activo. Adicionalmente, los contratos que los jugadores japoneses firman con sus clubes prácticamente los atan de por vida a los mismos, por lo que muy pocos de ellos se convierten en agentes libres cada año.
Para colmo, el canje de jugadores entre equipos es muy poco común, por lo que la oferta del mercado es verdaderamente muy limitada. Esto quiere decir que aun teniendo mucho dinero para invertir los equipos no pueden hacer demasiado con el mismo debido a la escasa oferta que posee el mercado.
Luego está la estricta cultura de reconocimiento bajo la cual trabajan las compañías japonesas, incluyendo a sus clubes de béisbol. Cada pelotero recibe un salario base muy bajo al momento de comenzar su carrera y sólo lo verá aumentar en base a sus méritos sobre el terreno, que de no ser buenos impedirán el crecimiento de ese salario o incluso lo reducirán.
Cada conjunto hace, de hecho, una evaluación anual del rendimiento de sus jugadores (sólo de los japoneses) durante la temporada y aumenta o reduce sus salarios de acuerdo a los resultados que éstos arrojaron sobre el terreno.
Otro aspecto que afecta mucho el bienestar del mercado de peloteros de la NPB es la tasa cambiaria del yen con respecto al dólar americano, que variará de acuerdo a la situación económica de Japón en un momento determinado y hará más o menos atractivo un salario determinado a los peloteros importados.
Hacia finales de los años 80, por ejemplo, cuando Japón estaba en el tope de su poderío económico, las Golondrinas de Yakult le pagaron 2 millones de dólares por una temporada al cotizado toletero Bob Horner, quien se había declarado agente libre tras 9 temporadas con los Bravos de Atlanta y a sus 29 años estaba en la mejor forma de su carrera.
Ese contrato, que estuvo vigente durante la temporada 1987, no estuvo lejos de igualar el contrato más caro existente en la Gran Carpa ese mismo año: los 2,4 millones de dólares que le pagaron los Medias Rojas de Boston a Jim Rice.
Lamentablemente, Japón entró en una recesión económica a principios de los años 90 que detuvo el crecimiento financiero de la NPB, pero a mediados de los años 2000 el país volvió a vivir otro período de prosperidad en el que se otorgaron varios de los contratos más caros en la historia de la liga, que por primera vez superaron la barrera de los 6 millones de dólares por año. A pesar de tratarse de una suma muy baja en comparación a los 26 millones de dólares anuales que Alex Rodríguez ganó en 2005 en las Grandes Ligas, se trata todavía de una cifra significativa.
El terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo de 2011 produjo una nueva recesión económica en Japón que obligó a reducir los salarios en la NPB (el mayor contrato pagado en 2014 apenas llegó a los 5 millones de dólares), pero es probable que en el futuro éstos vuelvan a subir.
Todos estos aspectos limitan mucho el alcance y el crecimiento de los contratos en el béisbol japonés, que a pesar de que han ido aumentando con el pasar de los años lo han hecho por un margen mínimo en comparación a lo que se ha visto en los Estados Unidos.
Una vez aclarados estos detalles, les presentamos entonces a continuación las listas de los mejores contratos pagados en la NPB tanto esta temporada como en su historia, diferenciando entre jugadores japoneses, extranjeros y latinos.
La información que conseguimos acerca del tema es bastante limitada y en ocasiones contradictoria, por lo que no podemos garantizar la precisión de los todos los datos. No obstante, les dará una idea de cuáles son los salarios que normalmente se manejan en el béisbol profesional japonés.
No obstante, antes de responder a su pregunta queremos explicarles primero las limitaciones que poseen dichos contratos, ya que la NPB está organizada de una manera muy diferente a las Grandes Ligas, especialmente en el área financiera.
En Japón, los equipos no constituyen compañías independientes cuyos objetivos principales son producir dinero y ganar títulos deportivos, sino que representan un departamento más de una empresa matriz cuya principal meta no es otra que promocionar la imagen de dicha empresa; el dinero y los títulos son metas secundarias.
Debido a esto, los clubes japoneses no trabajan con el presupuesto que ellos mismos generan gracias a su buen rendimiento como organización, sino con el dinero que les asigna cada año su empresa matriz, que será mayor o menor dependiendo de la situación económica de la misma y sin importar cómo les haya ido durante la temporada anterior.
Por si esto fuera poco, la manera en que está organizada la liga limita mucho el funcionamiento de su mercado de peloteros, que como consecuencia es muy poco activo.
Por ejemplo, cada equipo, si bien puede contratar a tantos importados como le parezca, sólo puede tener a 4 de ellos simultáneamente en su roster activo. Adicionalmente, los contratos que los jugadores japoneses firman con sus clubes prácticamente los atan de por vida a los mismos, por lo que muy pocos de ellos se convierten en agentes libres cada año.
Para colmo, el canje de jugadores entre equipos es muy poco común, por lo que la oferta del mercado es verdaderamente muy limitada. Esto quiere decir que aun teniendo mucho dinero para invertir los equipos no pueden hacer demasiado con el mismo debido a la escasa oferta que posee el mercado.
Luego está la estricta cultura de reconocimiento bajo la cual trabajan las compañías japonesas, incluyendo a sus clubes de béisbol. Cada pelotero recibe un salario base muy bajo al momento de comenzar su carrera y sólo lo verá aumentar en base a sus méritos sobre el terreno, que de no ser buenos impedirán el crecimiento de ese salario o incluso lo reducirán.
Cada conjunto hace, de hecho, una evaluación anual del rendimiento de sus jugadores (sólo de los japoneses) durante la temporada y aumenta o reduce sus salarios de acuerdo a los resultados que éstos arrojaron sobre el terreno.
Otro aspecto que afecta mucho el bienestar del mercado de peloteros de la NPB es la tasa cambiaria del yen con respecto al dólar americano, que variará de acuerdo a la situación económica de Japón en un momento determinado y hará más o menos atractivo un salario determinado a los peloteros importados.
Hacia finales de los años 80, por ejemplo, cuando Japón estaba en el tope de su poderío económico, las Golondrinas de Yakult le pagaron 2 millones de dólares por una temporada al cotizado toletero Bob Horner, quien se había declarado agente libre tras 9 temporadas con los Bravos de Atlanta y a sus 29 años estaba en la mejor forma de su carrera.
Ese contrato, que estuvo vigente durante la temporada 1987, no estuvo lejos de igualar el contrato más caro existente en la Gran Carpa ese mismo año: los 2,4 millones de dólares que le pagaron los Medias Rojas de Boston a Jim Rice.
Lamentablemente, Japón entró en una recesión económica a principios de los años 90 que detuvo el crecimiento financiero de la NPB, pero a mediados de los años 2000 el país volvió a vivir otro período de prosperidad en el que se otorgaron varios de los contratos más caros en la historia de la liga, que por primera vez superaron la barrera de los 6 millones de dólares por año. A pesar de tratarse de una suma muy baja en comparación a los 26 millones de dólares anuales que Alex Rodríguez ganó en 2005 en las Grandes Ligas, se trata todavía de una cifra significativa.
El terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo de 2011 produjo una nueva recesión económica en Japón que obligó a reducir los salarios en la NPB (el mayor contrato pagado en 2014 apenas llegó a los 5 millones de dólares), pero es probable que en el futuro éstos vuelvan a subir.
Todos estos aspectos limitan mucho el alcance y el crecimiento de los contratos en el béisbol japonés, que a pesar de que han ido aumentando con el pasar de los años lo han hecho por un margen mínimo en comparación a lo que se ha visto en los Estados Unidos.
Una vez aclarados estos detalles, les presentamos entonces a continuación las listas de los mejores contratos pagados en la NPB tanto esta temporada como en su historia, diferenciando entre jugadores japoneses, extranjeros y latinos.
La información que conseguimos acerca del tema es bastante limitada y en ocasiones contradictoria, por lo que no podemos garantizar la precisión de los todos los datos. No obstante, les dará una idea de cuáles son los salarios que normalmente se manejan en el béisbol profesional japonés.