Con dos carreras en la novena entrada, Isla de la Juventud dejó al campo este miércoles a Pinar del Río y consiguió su primera victoria en la presente campaña beisbolera. Así, ya todo el mundo tiene al menos una sonrisa.
Todavía sin Michel Enríquez en la nómina, los pineros aprovecharon bien el descanso de los días previos y salieron a guapear frente a un equipo pinareño que no logra enderezar el rumbo. El mayor problema de Juan Castro es el pitcheo, pues los relevistas son una caja de sorpresas.
Este miércoles, detrás del abridor Yosvani Torres desfilaron Disdiel Martínez, Jaliosky Sánchez, Erlis Casanova y Alain Castañeda. Los dos últimos no pudieron mantener la ventaja mínima con que su equipo llegó al final del noveno capítulo.
Erlis Casanova tiene enormes potencialidades, pero no acaba de cuajar por uno de los males más frecuentes en el béisbol cubano: la falta de concentración.
Precisamente, la pasada semana criticamos en esta columna cómo Jonder Martínez le sirvió un lanzamiento por el centro del plato a Rudy Reyes, en conteo de dos strikes sin bolas, y el antesalista capitalino conectó enorme jonrón con las bases llenas.
¿Cómo es posible que cometa tal pecado un lanzador del equipo Cuba? Sencillo: por desconcentración.
Todos los días vemos varias situaciones de ese tipo, porque muchos atletas salen al terreno con la cabeza en las nubes. Sobran los ejemplos, pero voy a ilustrar mi tesis con uno bien «fresquito».
El pasado domingo, el receptor matancero Yaismel Alberro conectó un jonrón con las bases llenas y al darle la vuelta al cuadro sobrepasó a un compañero que corría delante, por lo cual fue puesto out. Había sucedido otras veces, pero siempre hay que decir lo mismo: ¡le zumba el mango!
Según nos contó el colega Glauber García, quien ese día casi se infarta en el estadio Capitán San Luis, en ese propio juego el árbitro César Valdés vio que el pinareño Donald Duarte demoraba demasiado para entrar al cajón de bateo y le ordenó lanzar al abridor yumurino Yohan Hernández. Sin embargo, este no puso un strike y tiró dos bolas mientras el bateador estuvo afuera. ¿Qué les parece?
Sin duda, la falta de concentración es uno de los males que golpea más fuerte al béisbol cubano. En eso deben trabajar seriamente los mentores, pues por ahí se escapan muchos partidos.
También hay que insistir en el corrido de las bases, porque muchos peloteros van trotando para primera cuando batean por el cuadro. ¿Ya están cansados y acabó de empezar la temporada?
Dejo para el final la respuesta al pedido inusual de una lectora, quien se interesó por conocer cuál es el pelotero más alto del campeonato. Pues bien, se trata del lanzador cienfueguero Yasmany Insua (1,97 metros).
Pero una pregunta lleva a la otra: ¿y el más bajito? Ahí también ganó Cienfuegos, pues Adriano García y Lázaro Rodríguez miden apenas 1,66 metros, según los datos oficiales divulgados por la Comisión Nacional. Para mayor curiosidad, ambos son del municipio de Palmira.
Por último, el que más pesa es el holguinero Lerys Aguilera (132 kilos), por delante de Yosvani Peraza y Joan Carlos Pedroso (123 kg cada uno). Aquí Cienfuegos compite también con Osvaldo Arias (122 kg).
En cambio, el más delgado es el lanzador zurdo camagüeyano Dariel Góngora, con solo 60 kilos y 1,82 metros de estatura. Menos mal que apenas tiene 18 años y le caben muchas libras todavía. ¿Qué me dicen?
Tomado de juventudrebelde.cu
Todavía sin Michel Enríquez en la nómina, los pineros aprovecharon bien el descanso de los días previos y salieron a guapear frente a un equipo pinareño que no logra enderezar el rumbo. El mayor problema de Juan Castro es el pitcheo, pues los relevistas son una caja de sorpresas.
Este miércoles, detrás del abridor Yosvani Torres desfilaron Disdiel Martínez, Jaliosky Sánchez, Erlis Casanova y Alain Castañeda. Los dos últimos no pudieron mantener la ventaja mínima con que su equipo llegó al final del noveno capítulo.
Erlis Casanova tiene enormes potencialidades, pero no acaba de cuajar por uno de los males más frecuentes en el béisbol cubano: la falta de concentración.
Precisamente, la pasada semana criticamos en esta columna cómo Jonder Martínez le sirvió un lanzamiento por el centro del plato a Rudy Reyes, en conteo de dos strikes sin bolas, y el antesalista capitalino conectó enorme jonrón con las bases llenas.
¿Cómo es posible que cometa tal pecado un lanzador del equipo Cuba? Sencillo: por desconcentración.
Todos los días vemos varias situaciones de ese tipo, porque muchos atletas salen al terreno con la cabeza en las nubes. Sobran los ejemplos, pero voy a ilustrar mi tesis con uno bien «fresquito».
El pasado domingo, el receptor matancero Yaismel Alberro conectó un jonrón con las bases llenas y al darle la vuelta al cuadro sobrepasó a un compañero que corría delante, por lo cual fue puesto out. Había sucedido otras veces, pero siempre hay que decir lo mismo: ¡le zumba el mango!
Según nos contó el colega Glauber García, quien ese día casi se infarta en el estadio Capitán San Luis, en ese propio juego el árbitro César Valdés vio que el pinareño Donald Duarte demoraba demasiado para entrar al cajón de bateo y le ordenó lanzar al abridor yumurino Yohan Hernández. Sin embargo, este no puso un strike y tiró dos bolas mientras el bateador estuvo afuera. ¿Qué les parece?
Sin duda, la falta de concentración es uno de los males que golpea más fuerte al béisbol cubano. En eso deben trabajar seriamente los mentores, pues por ahí se escapan muchos partidos.
También hay que insistir en el corrido de las bases, porque muchos peloteros van trotando para primera cuando batean por el cuadro. ¿Ya están cansados y acabó de empezar la temporada?
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