Si alguien tenía dudas que Granma tenía jugadores para discutir un campeonato de béisbol en Cuba, esta 54 Serie Nacional las eliminó de raíz. Su mentor Carlos Martí ha demostrado –tras varios años alejado del puesto de timonel- que los resultados se logran con disciplina, inteligencia y a puros batazos, armas incuestionables para disfrutar hoy del primer lugar compartido, tras vapulear con par de nocaos al líder Matanzas.

La mayor fortaleza histórica de los conocidos “Alazanes”  es su artillería pesada, la cual han desplegado esta temporada con 71 cuadrangulares (11 frente a los yumurinos) y 117 dobles, en tanto los refuerzos escogidos para la segunda fase le han estado rindiendo con acierto, especialmente el receptor Yulexis La Rosa, una garantía además para dirigir a los lanzadores.

“Hacía rato que no dirigía por razones de salud, pero acepté volver a los terrenos y este equipo tiene todas las herramientas para discutir los play off  y mejorar el bronce de 1989, que es el mejor resultado de la provincia en una Serie Nacional”, comentó el director de los granmenses, quien valoró como injusto el no haber contemplado para la Serie del Caribe en San Juan a su abridor Lázaro Blanco, rey en victoria con 12.

Aunque Carlos Martí sabe mover las piezas como pocos para conseguir éxitos, reconoce que esta temporada ha sido muy fuerte dada las tres interrupciones. “Hay que ser magos para mantener a los muchachos en buena forma deportiva con tantas paradas, no obstante, vamos a luchar por nuestro objetivo. Esa es la mentalidad que tenemos, consciente de que tenemos que trabajar mucho con la defensa y el pitcheo”, argumentó.

No titubea cuándo se le pide un sueño a los 65 años de edad. “Ganar una Serie Nacional luego de haber estado envuelto en 27 temporadas, 12 Selectivas y dos Superligas, en las cuales he dirigido más 2 400 partidos y he triunfado en más de 1200. La pelota ha sido mi vida y hoy estoy más cerca que nunca de ese sueño”, reconoció.

Pase lo que pase en la actual campaña, Granma ha devuelto confianza y respeto a su afición —el estadio Mártires de Barbados registra récord de público sin haber finalizado el campeonato—, la cual disfrutó del Juego de las Estrellas el pasado diciembre y no deja de apoyar en cada turno al bate a Roel Santos, Alfredo Despaigne, Yordanis Samón, Urmaris Guerra, Lázaro Alfredo Cedeño y Guillermo Avilés, sus jugadores luceros en cuanto a rendimientos.

Desde el box, Lázaro Blanco se consolida como un abridor ganador y el número uno de ese staff de pitcheo. Dariel Góngora y Alaín Tamayo lo secundan con una buena efectividad, aunque lo más trascendente será verlos en una final, con relevistas y cerradores que han sido tan o más efectivos que los primeros.

Más allá de la reseña merecida a la tropa de Carlos Martí, esta semana llamó la atención el balance positivo de cuatro victorias y dos derrotas de Isla de la Juventud tras chocar contra Industriales y Pinar del Río, así como el repunte tardío de Artemisa, capaz también de hilvanar cuatro sonrisas y comenzar a ser un hueso duro para los virtuales conjuntos clasificados  a la postemporada.

Los 18 juegos que restan para avanzar a las semifinales serán de recia porfía por el cuarto cupo, pues Matanzas, Granma e Industriales parecen – y fíjense que escribo parecen  —tener pie y medio dentro. ¿Podrán los pineros desplazar a pinareños y avileños y colarse en ese selecto cuarteto? ¿Los renovados Vegueros de Pinar mostrarán la extirpe de campeones vigentes y no se dejarán robar su espacio? ¿Le alcanzará a Roger Machado con el aporte desde la lomita de los tigres avileños Vladimir García, Ismel Jiménez y Yander Guevara?

Todas las respuestas se esclarecerán en apenas tres semanas: el 19 de marzo.