Granma noqueó hoy 12-2 a Matanzas en el séptimo y decisivo partido de la semifinal y clasificó por primera vez en la historia al match por el trono del Campeonato Cubano de béisbol, su mejor actuación de siempre.

Los Alazanes del oriente del país, dirigidos por Carlos Martí, echaron por tierra la mayoría de los pronósticos, que daba como favoritos a sus adversarios.

Todo comenzó con un duelo de lanzadores entre el zurdo matancero Yoannis Yera y el derecho granmense Lázaro Blanco. Dueños de la tarde, ambos serpentineros exhibieron un dominio superlativo sobre los bateadores enemigos hasta el cuarto inning.

En la parte alta de ese episodio, Granma marcó una carrera y tomó la delantera en el partido, tras ligar doblete de Roel Santos contra las cercas de los jardines izquierdo y central con sencillo impulsor de Yunior Paumier. Acto seguido, el slugger Alfredo Despaigne disparó sencillo al jardín izquierdo, que provocó la explosión de Yera, quien salió "rabioso" tras notar la poca confianza que le tiene el manager de Matanzas, Víctor Mesa, pese a haber ganado 13 partidos en la etapa regular.

Con un out y hombres en primera y segunda bases, Mesa colocó en el montículo al derecho relevista Frank Medina y este respondió al llamado de su director al retirar a los dos siguientes bateadores sin contratiempos.

El 1-0 favorable a Granma trasmitió cierto temor a las huestes matanceras, que veían como se les escapaba el playoff y las posibilidades de discutir la corona nacional. El récord de 70 victorias para temporadas de 90 juegos, impuesto este año por los Cocodrilos, pasaría a ser una simple anécdota.

Y entonces llegó la debacle.

Granma cargó todos los cañones y su artillería aniquiló al pitcheo matancero en el quinto capítulo con un kilométrico rally de 10 carreras, coronado por cuadrangular de Yoelkis Céspedes con las bases llenas.

En ese ramillete también influyeron un infield hit de Roel Santos, un elevado de sacrificio de Yunior Paumier, un sencillo productor de dos carreras de Dennis Laza y un error del torpedero de Matanzas Yurisbel Gracial, además de dos boletos y par de pelotazos propinados por los tiradores de los Cocodrilos.

Ya todo estaba decidido. El público comenzó a abandonar en masa el estadio Victoria de Girón, de la ciudad de Matanzas. Todo era fiesta y celebración en el banco de los Alazanes.

A partir de ahí todo era cuestión de tiempo. Matanzas marcó una carrera en el final del quinto y otra en la parte baja del séptimo, mientras Granma registró una en el principio del inning de la suerte (7) para sellar el nocao.

El crédito de la victoria correspondió a Blanco, la segunda en la postemporada. El derecho granmense lanzó los siete episodios del partido, en los que permitió apenas dos carreras, con tres ponches recetados a la mejor ofensiva de la temporada regular.

Por los ganadores los mejores a la ofensiva fueron Céspedes (jonrón y cuatro impulsadas), Laza (sencillo y dos remolques), Santos (dos sencillos y un doble, una impulsada y dos anotadas) y Paumier (hit y dos empujadas), mientras por los derrotados ningún bateador sumó más de un imparable.

La hombrada de los granmenses toma matices aún más dramáticos si recordamos que llegaron al Victoria de Girón obligados a ganar los partidos seis y siete de la serie, para poder incluirse en la finalísima. Y así lo hicieron tras imponerse ayer por 9-6 y hoy por nocao 12-2.

Ahora, Granma enfrentará a Ciego de Ávila en la gran final del campeonato, pactada al mejor de siete.

El enfrentamiento por el trono de Cuba comenzará el próximo miércoles en el estadio José Ramón Cepero, cuartel general de los Tigres avileños, quienes defenderán la corona, tras conquistarla en las últimas dos temporadas (2015 y 2016).

A priori, ese día lanzarán Vladimir García, por los monarcas; y Yoelkis Cruz o Noelvis Entenza por los retadores.