Cuando el próximo miércoles culminen las subseries que inician hoy, cada equipo habría celebrado 21 partidos de los 45 previstos para esta segunda vuelta de la 58 Serie Nacional. O lo que es lo mismo a decir, que el segmento complementario de la temporada se aproximaría a la mitad de su calendario, punto a partir del cual podríamos afirmar que comienza la recta final.

Marcaría, además, el punto más alto de exigencia para los rezagados Holguín e Industriales, porque desde ya todos los partidos les cuentan o les cuestan. Al propio tiempo, el cuarteto vanguardista buscaría asegurarse en la postemporada con solo jugar para más de 500 de average en ese último tramo.

Quedan ahora mismo 27 encuentros y si los cuatro que hoy anclan en zona semifinalista salieran con balance de 14-13, es decir, muy por debajo del ritmo que han tenido hasta hoy, llegarían a más de 32 victorias (Las Tunas-35, Sancti Spíritus-33, Ciego de Ávila-32 y Villa Clara-32) y estarían virtualmente clasificados. ¿Por qué? Obligarían a Industriales a triunfar en 18 de los 27 desafíos por jugar, con lo cual la escuadra azul alcanzaría los 32 éxitos. Pero eso significa que tendría que hacerlo para average de 667 y en lo que va de esta ronda su mejor índice no ha llegado a 500.

Para los holguineros un comportamiento de la zona alta con los indicadores mencionados, sería su despedida oficial, pues en este momento necesitan ganar 23 de los 27 en pos de arribar a 32 triunfos, un rendimiento de 852 que es galáctico y prácticamente imposible de lograr.

¿Está decidida la postemporada ya? Claro que no, pero lo que sí pudiera pasar si Industriales y Holguín no mejoran, es que antes de entrar en el último tercio de esta fase, y para eso solo restan 12 partidos, sepamos serán los cuatro grandes de la presente temporada.

Son varios los elementos de esta fotografía de la campaña, pero al margen del impacto del estreno del reordenamiento para la fase de seis equipos, lo cierto es que la ofensiva es el foco principal de esa imagen. Ha sido un campeonato de bateo y los que más han hecho sonar los maderos, son justamente los adelantados.

Los cuatro primeros de la tabla de posiciones, lo son también en el ataque: Las Tunas (320), Sancti Spíritus (317), Villa Clara (315) y Ciego de Ávila (296); en el orden sabermétrico ocurre lo mismo. El OPS, la referencia que mide la integralidad ofensiva o a los bateadores más completos, tiene a los villaclareños con 832, a los tuneros en 823, en tanto espirituanos y avileños acumulan 804 y 759, respectivamente. Industriales promedia 277 y Holguín 282, en una serie cuya media es de 301, y en el ops, los azules solo llegan a 716 y los Cachorros a 738, muy inferior al valor de la contienda, que es de 780.

En la superioridad ofensiva de la serie, los refuerzos han tenido muchísimo que ver. Los 14 jugadores de posición que hoy visten algunas de las franelas del sexteto en competencia, alcanzan average de 334 y han pegado más de la mitad de los jits de este segundo segmento de la 58 Serie Nacional, con 574 por 564 el resto. También han conectado más del 50 % de los cuadrangulares del torneo 44 por 36 los demás. Y para no desentonar, los que fortalecieron a los tuneros, muestran colectivamente los mejores parámetros: la suma de Jorge E. Alomá y Alexander Ayala es de 362 de average, 33 remolques y un ops astronómico de 1065.

No ha habido otra manera de entender la presente temporada, ella solo habla un idioma, el de los bates.