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Es aún temprano para alarmarse, pero no tan tarde como para preocuparse. Es la disyuntiva que tiene ante sí la selección espirituana que interviene sub 23 que se acoge al descanso esta semana.
Terminaron los primeros doce partidos, que es como decir casi el primer tercio de un torneo que apenas permite mucha respiración con 40 encuentros calendariados y subseries que, de un golpe, juegan cuatro encuentros.
Los espirituanos no han podido ganar ningún cotejo particular. Empataron ante Las Tunas y Camagüey y perdieron tres vs Ciego de Avila, que se recuperó de su mala racha frente a la tropa de Lázaro Martínez.
Así se ubican en los puestos del cuatro al seis en la zona oriental, pero bien alejados (a seis y cinco juegos) de los dos primeros lugares, a la postre los que tienen derecho a dirimir el boleto para la discusión del título y por lo que se ha visto hasta aquí, parecen los elencos a derrotar con nóminas un poco más curtidas en la Serie Nacional.
Los santiagueros, actuales campeones, han perdido un solo partido, en tanto los camagüeyanos presentan las dos derrotas ante los yayaberos
Pero hagamos la radiografía en casa. Por lo que dicen las estadísticas y las trasmisiones radiales, al parecer el foco se localiza en la poca productividad del bateo con hombres en circulación, pues en los tres departamentos: bateo, defensa y pitcheo, Sancti Spíritus tiene mejores guarismos que la media nacional.
Resulta hasta cierto punto contradictorio que un elenco que batea 271 (la media nacional es de 261), se ubique con el quinto mejor promedio entre los 16 elencos contendientes, pero es, al propio tiempo, el cuarto que menos carreras anota con 38, a pesar de que conectan casi diez hits por partido.
Sucede que, además de que la inmensa mayoría de las conexiones son sencillos, pues Sancti Spíritus es junto a Guantánamo el que menos extrabases batea con 15 (14 dobles y un triple), ninguno de ellos cuadrangular, algo que ya había previsto el manager Lázaro Martínez cuando asumió la falta de fuerza de sus jugadores.
Tal laguna ha tratado de suplirse con el llamado juego táctico, sobre todo con el toque de bola y el robo de bases que no ha sido tan efectivo con seis estafas y la misma cantidad de hombres sorprendidos. ¿Resultado general? De los 170 corredores que han logrado llegar a posición anotadora —unos 14 por juego— solo treinta han podido llegar a home. Un detalle que, por cierto, no hay cómo recogerlo en números, es la cantidad de corredores que se han sido out por pasarse de la base mientras realizan el corring.
El propio manager muestra insatisfacciones: “Nos han hecho alrededor de 16 doble play y a veces los toques de bola no han dado el resultado que esperamos, sin contar que por la ansiedad los corredores a veces se pasan y son sorprendidos, son cosas que debemos corregir sobre la marcha y que aprovechamos para trabajar sobre ellas en estos días”.
Fíjense si lo de la improductividad decide en los resultados que cinco de los regulares compilan sobre 300: Yankiel Mencía: 333, Rodoleisi Moreno: 326, Javier Valdivia: 325, Diasmani Palacios: 318 y Alberto Rodríguez: 304, en tanto Geisel Cepeda está bien cerca con 295.
En un torneo donde la defensa no es lo más brillante (963) Sancti Spíritus es príncipe en mundo de “mancos”, con 968, el cuarto mejor promedio del torneo , aunque la combinación de doble play no es hasta ahora de las más brillantes (novena) y a los receptores le roban más (5) de los que capturan (4).
Desde el box las cosas se han comportado de manera favorable con un 2.77 pcl, el cuarto mejor de un evento donde se compila para 3.55 pcl, detrás de los guarismos galácticos de Camagüey, con 1.60 pcl y Ciego de Ávila, 1.67 y La Habana: 2.67, además de ser el quinto elenco que menos le batean con 250, aunque deben mejorar el control, pues es el sexto cuerpo que más concede boletos con 53.
Algunos nombres han comenzado ha sobresalir en esta arrancada, sobre todo Camilo Tamayo, con dos victorias sin derrotas, 13 ponches y 2.05 pcl; Pedro Álvarez, quien a pesar de tener balance adverso de un triunfo y dos reveses, se ubica décimo entre los mejores lanzadores con 1.57 pcl y dos juegos completos y entre los más trabajadores de la lid con 23 entradas, y Ramón Zúñiga, quien en seis entradas no ha permitido carreras limpias, con once ponches, un solo boleto, un juego ganado y otro salvado. La mala noticia para Lázaro Martínez ha sido la salida por el resto de la serie del derecho Aldo Conrado, aquejado de lesión en una mano.
De sobra se sabe que parte de las máximas esperanzas del box espirituano para la próxima Serie Nacional se centran en esta categoría y ya elencos como Santiago y Camagüey han mostrado la validez de darle juego a los brazos nuevos para que se forjen como lanzadores.
Luego de esta temprana semana de descanso, los espirituanos se mantendrán en casa y enfrentarán de lunes a jueves a los granmenses, tercero de la zona oriental con balance de 7-5.
“Quedan 28 partidos y resta tiempo. Ahora lo que interesa es jugar bien juego a juego, existe un buen ánimo entre los muchachos y trataremos de aprovechar el reinicio en casa”, añadió finalmente el manager espirituano.
Terminaron los primeros doce partidos, que es como decir casi el primer tercio de un torneo que apenas permite mucha respiración con 40 encuentros calendariados y subseries que, de un golpe, juegan cuatro encuentros.
Los espirituanos no han podido ganar ningún cotejo particular. Empataron ante Las Tunas y Camagüey y perdieron tres vs Ciego de Avila, que se recuperó de su mala racha frente a la tropa de Lázaro Martínez.
Así se ubican en los puestos del cuatro al seis en la zona oriental, pero bien alejados (a seis y cinco juegos) de los dos primeros lugares, a la postre los que tienen derecho a dirimir el boleto para la discusión del título y por lo que se ha visto hasta aquí, parecen los elencos a derrotar con nóminas un poco más curtidas en la Serie Nacional.
Los santiagueros, actuales campeones, han perdido un solo partido, en tanto los camagüeyanos presentan las dos derrotas ante los yayaberos
Pero hagamos la radiografía en casa. Por lo que dicen las estadísticas y las trasmisiones radiales, al parecer el foco se localiza en la poca productividad del bateo con hombres en circulación, pues en los tres departamentos: bateo, defensa y pitcheo, Sancti Spíritus tiene mejores guarismos que la media nacional.
Resulta hasta cierto punto contradictorio que un elenco que batea 271 (la media nacional es de 261), se ubique con el quinto mejor promedio entre los 16 elencos contendientes, pero es, al propio tiempo, el cuarto que menos carreras anota con 38, a pesar de que conectan casi diez hits por partido.
Sucede que, además de que la inmensa mayoría de las conexiones son sencillos, pues Sancti Spíritus es junto a Guantánamo el que menos extrabases batea con 15 (14 dobles y un triple), ninguno de ellos cuadrangular, algo que ya había previsto el manager Lázaro Martínez cuando asumió la falta de fuerza de sus jugadores.
Tal laguna ha tratado de suplirse con el llamado juego táctico, sobre todo con el toque de bola y el robo de bases que no ha sido tan efectivo con seis estafas y la misma cantidad de hombres sorprendidos. ¿Resultado general? De los 170 corredores que han logrado llegar a posición anotadora —unos 14 por juego— solo treinta han podido llegar a home. Un detalle que, por cierto, no hay cómo recogerlo en números, es la cantidad de corredores que se han sido out por pasarse de la base mientras realizan el corring.
El propio manager muestra insatisfacciones: “Nos han hecho alrededor de 16 doble play y a veces los toques de bola no han dado el resultado que esperamos, sin contar que por la ansiedad los corredores a veces se pasan y son sorprendidos, son cosas que debemos corregir sobre la marcha y que aprovechamos para trabajar sobre ellas en estos días”.
Fíjense si lo de la improductividad decide en los resultados que cinco de los regulares compilan sobre 300: Yankiel Mencía: 333, Rodoleisi Moreno: 326, Javier Valdivia: 325, Diasmani Palacios: 318 y Alberto Rodríguez: 304, en tanto Geisel Cepeda está bien cerca con 295.
En un torneo donde la defensa no es lo más brillante (963) Sancti Spíritus es príncipe en mundo de “mancos”, con 968, el cuarto mejor promedio del torneo , aunque la combinación de doble play no es hasta ahora de las más brillantes (novena) y a los receptores le roban más (5) de los que capturan (4).
Desde el box las cosas se han comportado de manera favorable con un 2.77 pcl, el cuarto mejor de un evento donde se compila para 3.55 pcl, detrás de los guarismos galácticos de Camagüey, con 1.60 pcl y Ciego de Ávila, 1.67 y La Habana: 2.67, además de ser el quinto elenco que menos le batean con 250, aunque deben mejorar el control, pues es el sexto cuerpo que más concede boletos con 53.
Algunos nombres han comenzado ha sobresalir en esta arrancada, sobre todo Camilo Tamayo, con dos victorias sin derrotas, 13 ponches y 2.05 pcl; Pedro Álvarez, quien a pesar de tener balance adverso de un triunfo y dos reveses, se ubica décimo entre los mejores lanzadores con 1.57 pcl y dos juegos completos y entre los más trabajadores de la lid con 23 entradas, y Ramón Zúñiga, quien en seis entradas no ha permitido carreras limpias, con once ponches, un solo boleto, un juego ganado y otro salvado. La mala noticia para Lázaro Martínez ha sido la salida por el resto de la serie del derecho Aldo Conrado, aquejado de lesión en una mano.
De sobra se sabe que parte de las máximas esperanzas del box espirituano para la próxima Serie Nacional se centran en esta categoría y ya elencos como Santiago y Camagüey han mostrado la validez de darle juego a los brazos nuevos para que se forjen como lanzadores.
Luego de esta temprana semana de descanso, los espirituanos se mantendrán en casa y enfrentarán de lunes a jueves a los granmenses, tercero de la zona oriental con balance de 7-5.
“Quedan 28 partidos y resta tiempo. Ahora lo que interesa es jugar bien juego a juego, existe un buen ánimo entre los muchachos y trataremos de aprovechar el reinicio en casa”, añadió finalmente el manager espirituano.
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